La noche buena llegó rápidamente, al final decidí darle de regalo a Juan Pablo un reloj nuevo que tenía dibujado en el cristal un diseño de banjos, la verdad era que estaba dolida y aún me perseguía la imagen de él abrazando a su ex novia, era algo estúpido porque él no me debía cuentas, no éramos nada más allá del contrato.
Después de ayudarle un poco a Clemencia en la cocina, subí a arreglarme para la cena. No me esmeré mucho, solo me di una ducha rápida y dejé mi cabello húmedo.
Al bajar, me di cuenta que en la sala de estar no solo estaban la familia de Villa, sino que también se encontraba Gabriela a lado de Juan Pablo, en cuanto la chica me vio su sonrisa se ensanchó, seguro victoriosa de restregarme en la cara que toda la mañana el castaño había estado desaparecido con ella.
¿A quién le importa? A nosotras no, porque Villa no significa nada.
-Alex, ella es Gabriela-dijo Clemencia con una mueca.
-La ex novia de Villa-habló Laura y le sonrió con sarcasmo a la aludida, quise reírme y abrazarla.
Villa mostró incomodidad en su rostro, mientras Clemencia miró retadoramente a Laura por su comentario que causó tensión.
-Me gusta tu música-comentó Gabriela.
-Ah, qué bien-le sonreí cortamente.
-Eh, estará hoy con nosotros porque su familia salió de viaje y bueno...
-Se invitó sola-volvió a decir Laura sin tapujos logrando que Gabriela se pusiera colorada.
-¡Laura!-la regañó Clemencia, mientras la aludida le sonrió con inocencia.
-¿Por qué no vamos a la mesa?-sugirió Mauricio.
Laura enganchó su brazo alrededor de mi cuello, deteniéndome y dejando que los demás se adelantaran.
-Ella no me cae bien-me dijo la castaña.
-Vaya-respondí sin saber qué más decirle, no quería confesarle que tampoco me caía bien a mí.
-Hizo sufrir muchísimo a mi hermano-dijo-. En serio no sé qué pretende al venir aquí, eso de que sus padres se fueron me huele a cuento chino.
-Quién sabe, quizá es cierto, además no es lindo estar solos en estas fechas.
-Qué tierna eres, Alex. Yo en tu lugar le hubiera echado la bronca a mi hermano por traerla-respondió. Me reí forzadamente, tenía ganas de gritarle a Villa por traer a la chica, pero no podía hacerlo porque él y yo no éramos nada, no tenía derecho.
Me senté a un lado de Juan Pablo mientras que Gabriela se encontraba frente. Pude sentir que la cena transcurrió con mucha incomodidad de parte de todos, me limité a concentrarme en comer el pavo y en mantener la vista baja.
Para cuando llegó la hora de abrir los regalos, decidí excusarme e irme a "dormir".