iii.

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"𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘢𝘵𝘦𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳, 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘳𝘰."
-End of the day, One Direction.

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Me senté aburrida en un sillón que se situaba en el rincón, observé a mi alrededor a las personas que iban y venían. Adelaide me obligó a ir junto a los Morat a ver el rodaje que tenían con Reik, aunque me sentía como una extraña ahí, sin nada que hacer, como una planta adornando el lugar. Esperaba que Nathalia estuviera ahí, pero no pudo asistir al rodaje por cuestiones de trabajo.

Lo interesante fue cuando empezaron a grabar, me sentía un poco afortunada de escuchar las primicias de la canción, aunque ya se hubiera filtrado por error días atrás. Me acerqué un poco más recargándome en el palco para observar mejor. En ese instante estaban haciendo las tomas de los chicos junto a Reik, debo admitir que mi vista se detuvo en ojitos bonitos, se veía bien con esa gabardina azul marino, aunque bueno, al idiota todo le quedaba bien.

Decidí dejar de verlo como una acosadora y me retiré de ahí para hablar por FaceTime con Sebastián.
Después de unos segundos de espera, mi amigo respondió.

-¡Ay, pero si es la desaparecida!-dijo en cuanto contestó y rodeé los ojos.

-Perdón, he tenido trabajo.

-¿Ese trabajo se llama Juan Pablo Villamil?-preguntó-, ¿cuándo me lo ibas a decir, eh, Alex?

-Pronto, te lo iba a decir pronto-. Sebastián entrecerró los ojos, examinandome.

-Ok, sueltalo.

-¿Eh?-pregunté confundida y ahora fue el turno de él de rodar los ojos.

-Dime qué te traes, porque no te ves nada emocionada al hablarme de Villa-dijo.

-A veces odio que me conozcas tan bien-me quejé. El colombiano sonrió con victoria-. Ahora mismo no puedo decirte qué sucede.

-Pero...

-Necesito contarte en persona-respondí.

Por supuesto que iba a decirle toda la verdad a mi mejor amigo. Sebastián era prácticamente lo único que tenía, mi familia y entre nosotros jamás había secretos.

-Está bien, está bien-respondió Sebastián-. El fin de semana tengo que ir a México, llego a tu casa.

-Seguro-respondí.

Estaba a punto de preguntarle sobre sus padres, cuando Tini, su ahora novia lo llamó. Rodeé los ojos y me despedí de mi amigo, la chica no era mucho de mi agrado, pero la toleraba y eso era porque ella creía que yo tenía sentimientos escondidos por Sebastián. Ew.

Guardé mi teléfono en el bolsillo de la chaqueta y entré de nuevo al teatro. Me recargué en la barra de mármol del palco, ya no estaban grabando, ahora Morat estaba teniendo una corta sesión de fotos. Villamil tenía puesto otro cambio de ropa, una camisa negra que le hacía ver aún más atractivo de lo que ya era.

la última vez | j.p. villamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora