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ChangBin estaba a punto de tomar la bandeja cuando sintió la mano del más alto en su brazo. Se giró para preguntarle si todo estaba bien pero al encontrarse con la mirada del contrario no pudo formular palabra.

El menor probablemente nunca había visto una mirada tan intensa en el contrario. Lo dejó casi hipnotizado.

Se sentó a su lado nuevamente, algo embobado. Para cuándo se dió cuenta el mayor lo estaba abrazando.

Nervioso le correspondió el abrazo, rodeando el torso de su contrario con sus brazos.

–Hay algo que quiero hacer, pero necesito saber cómo te sientes tú al respecto.–Escuchó el tono serio del australiano y sus nervios no hicieron más que crecer.

Asintió lentamente, mientras en su mente repasaba las posibles palabras del más alto.

–¿Podría besarte?.–Dijo al fin el mayor.

ChangBin se quedó de piedra mirando al contrario, sin saber que responderle.

El mayor tomó su silencio como una respuesta negativa, a lo que sólo sonrió forzadamente.

–Lo siento, olvídalo.–Habló Chan, dispuesto a levantarse.

Saliendo de su trance ChangBin le impidió irse y respondió al fin.–Si puedes.

El más alto dirigió su mirada hacia él con algo de sorpresa, volvió a acomodarse frente a él.

Tras unos segundos las manos del australiano se posaron en las mejillas del menor.–¿Seguro?

El recién nombrado asintió, inconscientemente dejando su boca entreabierta.

Cerró sus ojos como impulso, esperando a que el mayor hiciera lo que quisiera.

A la vez que sentía al contrario acercarse sus nervios se incrementaban, hasta que por fin sintió como se juntaron sus labios.

ChangBin se elevó a otro plano en ese momento, estaba prácticamente en las estrellas. Aún así no tardó en corresponderle.

El tiempo se detuvo a su alrededor, y los segundos que estuvieron sus labios juntos pasaron a ser eternos para el dúo.

Una vez separados el menor abrió los ojos, creyendo volver a la realidad. Al frente de él estaba Chan, con un leve rubor y su mano cubriendo la mitad de su rostro sonrojado.

Se cuestionó si no estaba soñando, o si el contrario no era producto de su imaginación.

El pequeño ChangBin relamió sus labios, sintiendo la mezcla de sabores de los dulces que el contrario había comido. Se le escapó una leve risita.

La mirada del mayor se dirigió hacia él, algo curioso del porqué su risa.

–¿Vamos a dormir?.–Cuestionó una vez chocaron sus miradas.

El australiano asintió con una sonrisa torpe, soltando al menor para que este pudiera levantarse.

–Adelantate.–Habló con una sonrisa. Se levantaron a la vez, Chan se dirigió a la habitación mientras que el dueño de casa tomaba la bandeja y llevaba las cosas a la cocina.

Estando ahí solo se detuvo a analizar lo recién ocurrido. Tocó sus labios con la punta de sus dedos a la vez que una sonrisa se formaba en estos.

Se dispuso a guardar los dulces restantes en el refrigerador para posteriormente apagar todas las luces tras suyo hasta llegar a la habitación.

Ahí se encontró al castaño mayor bastante concentrado hablando, o bueno algo parecido, con el felino.

Se quedó ahí parado en la puerta por unos segundos, divertido por la escena.

–¿De qué hablan?.–Comentó al fin con una sonrisa burlona. El mayor se giró hacia él con un leve rubor, notablemente avergonzado.

A la vez que ChangBin se acercaba para sentarse en la orilla de la cama el australiano respondió.–De nada en especial.

Ambos se miraron por unos segundos para posteriormente reír.

–¿Quieres dormir en el lado de la pared?.–Habló en tono tranquilo el dueño de casa a la vez que se dirigía hacia su closet en busca de algo de ropa.

–¿Puedo?.–Siguió con la mirada al contrario desde la cama.

–Quiero que estés cómodo.–Respondió el de baja estatura mientras sacaba un pijama.

–Si puedo abrazarte poco me importa el lado.–Un rubor se formó en el rostro del menor tras escuchar aquello.–Pero aceptaré tu oferta.

ChangBin soltó una risa nerviosa.–¿Vas a cambiarte?.

El más alto se miró por unos segundos.–Sería lo mejor.–Comentó con gracia para posteriormente levantarse y rebuscar en su bolso.

–Puedes ocupar el baño si quieres.–El menor aprovechó la distracción del contrario para cambiarse de ropa a sus espaldas.

Chan lo pensó por unos segundos.–No, está bien si tú me ves.–Dijo al fin rompiendo el pequeño silencio que se había formado.

El coreano se quedó levemente sorprendido por unos segundos, mirando al mayor fijamente.

–¿Estás seguro?.–Cuestionó, a sabiendas de la incomodidad del australiano por mostrar sus cicatrices.

El joven asintió.–Si, confío en ti.–Habló con una sonrisa amplia.

ChangBin sólo pudo sentirse en extremo halagado, asintió con lentitud para luego dirigir su mirada a su ropa nuevamente.

Dejó la ropa que recién se había quitado en un cesto que se encontraba en la esquina de la habitación, mirando de reojo un par de veces al contrario.

–Dame la ropa que acabas de ocupar, la lavaré con la mía.–Habló una vez el más alto terminó de cambiarse. Este le entregó las prendas, las cuales dejó en el cesto recién nombrado.

El mayor se acomodó en el lado de la cama que quedaba pegado a la pared mientras que el contrario dejaba la puerta entrecerrada, con el espacio necesario para que el felino pudiera entrar y salir a su gusto, y las luces apagadas.

Posteriormente se recostó a su lado, cubriéndolos a ambos con las mantas.

–¿Estás cómodo?.–Cuestionó el dueño de casa.

Cómo respuesta sólo recibió un abrazo del mayor, quien se acomodó apoyando su cabeza en el pecho del contrario.

ChangBin sólo atinó a acomodarse para poder acariciar con calma el cabello del castaño mayor.

–Hace frío.–Se le escuchó susurrar al más alto.

El más bajo depositó un beso en su cabeza.–Puedes abrazarme hasta que pase.

🌹

sus comentarios son lo mejor de escribir este fic, gracias por todo perdón por tan poco JDKDKF

ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora