| 17 |

2.9K 443 28
                                    

Por la noche el pequeño gatito se quedó bajo cuidados de ChangBin, al día siguiente, como no tenía clases, se juntó nuevamente con el peligris para llevarlo a una consulta en el veterinario más cercano.

Llegaron por la mañana al local, el más bajo se quedó en silencio durante toda la consulta, estando completamente sumergido en sus pensamientos.

Pensamientos sumamente desordenados.

Con una bolsa de remedios y algunos consejos se fueron nuevamente al departamento del menor.

Al llegar ahí Chan dejó al pequeño mínino durmiente sobre la mesa para luego dirigir su mirada nuevamente hacia ChangBin.

-Estás muy callado, Binnie.-A la vez que hablaba se dirigía al sofá donde el recién nombrado se encontraba sentado.-¿Todo bien?

La mente del castaño lo tenía en una especie de transe, al escuchar a su mayor hablar sólo pudo responder con un "hm", a lo que Chan respondió con una mueca y otra pregunta.

-¿Qué te tiene así?.-Su voz sonaba suave, ChangBin dirigió su mirada hacia el australiano y logró notar la sincera preocupación.

-Estoy... pensativo.-Habló con un tono algo dudoso.

-¿Y en qué piensas?.-La mano del anteriormente rubio se acercó para acariciar la suave mejilla del castaño.

-No lo tengo muy claro.-Bajó nuevamente su mirada, sintiendo las suaves caricias en su mejilla.

-No quiero agobiarte con preguntas, pequeño, pero me preocupas.-Chan no quitó su vista ni un segundo del menor, a pesar del agotamiento por haber trabajo de noche.

-Lo siento, no era mi intención.-Un destello de culpa atacó al pequeño, a sabiendas de lo agotado que debería estar su mayor y aún así estaba preocupandolo.

-No tienes porqué disculparte.-Alejó su mano, y a pesar de sus ganas de reclamar ChangBin mantuvo su silencio.-Si quieres que haga algo dímelo, inclusive si necesitas que te deje solo un rato estará bien.

-No.-Respondió el menor casi automáticamente, al levantar su mirada dejó ver al peligris un poco de temor en su rostro.

Temor a estar solo en ese momento, a qué la calidez que el mayor le entregaba siempre se esfumara cuando más le necesitaba.

Chan no quiso forzarle más, depositó un suave beso en su frente y se levantó del sofá.-Hace frío, prepararé algo para que desayunemos.-Su brillante sonrisa le dió a entender al pequeño que no lo dejaría.

Algo aliviado ChangBin asintió, al mismo tiempo que el australiano se adentraba en la cocina él fue a revisar el estado del pequeño animalito que ya estaba despierto.

El minino maullaba hambriento, con delicadeza lo tomó entre sus brazos y con la bolsa traída del veterinario se dirigió también a la cocina, para servirle un poco de comida.

Le sonrió de lado al mayor y dejó al pequeño sobre el mesón, sacó un posillo y abrió el sobre de la comida, los maullidos aumentaron notablemente.

–Ya, ya pequeño.–El más alto tomó al pequeño animal dándole así tiempo al castaño para mezclar el remedio con la comida.

–Gracias.–Virtió el sobre y lo revolvió con la comida ayudándose con una pequeña cuchara.–Y... ya está listo.–Una diminuta sonrisa se posó en su rostro y con el posillo en una mano tomó al pequeño Sun con la otra.

–Haré algo rápido.–Habló el peligris, recibió como respuesta a ChangBin asintiendo antes de verlo irse de la cocina.

El castaño dejó al pequeño al lado de la ventana comiendo, y se quedó ahí agachado viéndolo comer completamente embobado.

A los minutos Chan apareció con dos vasos de jugo y tostadas para los dos, las dejó sobre la mesita de centro en silencio y se quedó unos segundos observando al pequeño ChangBin.

–Binnie.–Llamó con suavidad, el menor al darse vuelta tenía un leve rubor por la vergüenza.–Ya está listo.–Le regaló otra sonrisa cariñosa para luego sentarse en el sofá.

El menor imitó la acción del australiano y se sentó a su lado, tomó una tostada y comenzó a comer mientras el más alto bebía jugo a su lado.

–Hoy tengo libre.–Rompió el silencio.–Pasaré por el centro a comprarle unas cosas a Sunnie.

–¿Puedo ir?.–Dijo el menor después de tragar el alimento en su boca.

–Pero mi departamento te queda lejos ¿no?, y la universidad?.–El mayor lo miró confuso.

–Me refería a acompañarte de compras.–Una pequeña risita se le escapó al ver el rostro de su acompañante.

–No me gustaría dejarte venir hasta aquí solo por la noche.–Chan se abrazó al menor, dejando sus manos alrededor de su cintura.

–Entonces quédate a dormir.–El menor se acomodó un poco con él mientras tomaba su caso de jugo.

–¿Lo dices en serio?.–Una sonrisa añiñada apareció en el rostro del más pálido, se soltó de inmediato para colocar su rostro frente al del castaño.

–Sip.–Un leve rubor apareció en ChangBin debido a la cercanía.–Vamos a comprar y luego volvemos aquí.

Chan dejó un beso en la mejilla del menor.–Me encanta la idea.–Se levantó con energía sacándole una risa al menor.

El australiano se dirigió hacia el pequeño gatito y lo levantó con delicadeza.–Hoy dormiremos juntitos Sunnie.

El gato maulló, los dos chicos estallaron en risas puesto que pareciera que el pequeño le hubiera respondido.

ChangBin tomó al pequeño gatito sin levantarse del sofá.–Los tres juntos estaremos apretados.

–¿Uh?.–Chan se volteó para verlo.

–No te voy a dejar durmiendo en el sofá, y es muy incómodo para mí.

–Por mí bien.–Sonrie abrazándose a él, de pronto algo vino a su mente–Oye, dentro de poco son 6 meses desde que nos conocemos.

–Siento como si hubiera sido un año o más.–ChangBin dejó nuevamente al pequeño en el suelo y este se puso a caminar por el departamento.

–¿Verdad?, siento que te conozco mucho.–Apoya su cabeza en su hombro.

–Yo siento que te quiero mucho.–Susurró el pequeño con una suave sonrisa.

–¿Uh?

🌹

ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora