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Chan lo había escuchado claramente.

–Nada, nada.–El castaño tomó una de las tostadas y dió una gran mordida para no tener que hablar más.

Con una sonrisa Chan cerró sus ojos y se quedó apoyado en él, no tardó en dormirse por el silencio y la comodidad que el menor le transmitía.

Ni sentía energía como para soñar, a las horas abrió con lentitud sus ojos y se encontró en una habitación, que asumió sería de ChangBin, con las cortinas cerradas.

Se sentó en la orilla y restregó su rostro para reaccionar, un bostezo involuntario salió de su boca mientras se levantaba.

Se dirigió a la puerta, abrió y un rayo de luz lo cegó por unos momentos, su quejido llamó la atención del castaño que se encontraba leyendo.

–Buenas tardes.–Le saludó desde la mesa.–Te dejé un plato con comida en el microondas.

–Gracias.–El de cabellos grises se dirigió hacia la cocina, calentó su comida y luego volvió con el menor, sentándose frente a él.

Comenzó a comer, mientras observaba al menor que estaba completamente concentrado en su lectura.–¿Qué lees?

–Estoy estudiando para un examen.–Comentó mientras pasaba la hoja.

Tragó la comida en su boca y volvió a hablar.–Ahora que lo pienso no me has dicho que estudias.

–Es cierto.–El castaño miró de reojo a su mayor.–Estudio diseño multimedial.

El australiano asintió con lentitud.–Suena... divertido.

–No sabes de qué trata ¿verdad?.–Changbin soltó una suave risa mientras colocaba un marcapáginas y cerraba el libro.

–En realidad no.–Rasca su nuca.–Me vine a corea en vez de entrar a la universidad.

–¿Quieres que te explique?.

–No es necesario.–Soltó una leve risa y volvió su mirada a la comida a la vez que su expresión se oscurecía levemente.–No tengo interés en entrar a una universidad por el momento.

–Entiendo.–ChangBin acercó su mano y acarició la del mayor.–Hablemos de otra cosa, ¿Dormiste bien?

–Lo sentí como un parpadeo, todavía estoy algo cansado.

–Si quieres puedo ir a comprar yo mientras tú descansas.–El de cabellos grises levantó la vista y vio en su menor una mirada que transmitía seguridad y calma.

Este negó.–No dejaré que vayas solo.–Comentó el mayor a la vez que acercaba otra cucharada a su boca.–A demás, me sentiré mucho mejor durmiendo a tu lado.

El comentario le sacó una sonrisa al menor, mientras Chan terminaba de comer el dueño de casa se levantó para preparar algunas cosas antes de que pudieran salir a comprar.

Ya estaba oscureciendo cuando el dúo salió del departamento hacia el centro, caminaban entre risas y comentarios al azar que hicieron que el trayecto se sintiera mucho más corto de lo usual.

Se adentraron a una tienda de mascotas, dónde el mayor sacó una parte suya a la luz que dejó prendado a ChangBin.

Fue nada más entrar y ver como el de cabellos grisáceos se dirigía hacia las jaulas a ver a los animales que estaban ahí, comenzó a juguetear con ellos ocupando un tono de voz sumamente agudo.

El más bajo estaba parado atrás suyo con una sonrisa divertida, admirando como su compañero se divertía.

–Woh.–Chan llamó la atención del contrario por su tono sorprendido.–Binnie, Binnie, se parece a ti.–Comentó mientras veía a un pajarito pequeño de pelaje oscuro y cara de pocos amigos.

ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora