Chan acaba de ver como el menor salía de la sala para buscar unas cosas a su departamento, al encontrarse solo suspiró con fuerza.
Todo le dolía, sus nudillos ardían y la cabeza le daba vuelta, aún así trataría de que el menor se preocupara lo menos posible por él.
Se quitó el hielo de la cabeza en cuanto Jihyo entró a la sala.–El pequeño vendrá por ti en un rato.–Dijo la mujer acercándose para revisar las manos del menor.
–Gracias por esto, de nuevo.–Suspiró, aquellas chicas estaban ligeramente acostumbradas a atender al rubio, quién, como Sana dijo, suele meterse en peleas por ayudar al resto.
–Estaba muy preocupado, ¿Es primera vez que te ve así?.–La mayor estaba botando el agua por la ventana hacia el jardín que había ahí.
–Si...me encontró en el suelo y me ayudó a ahuyentar al grupo de idiotas... Es un buen chico.–El rubio seguía los movimientos de la castaña.
La chica asintió y se paró frente a él.–No le vuelvas a hacer eso, Chris.
El nombrado suspiró, no podía evitar meterse en esos líos por su actitud.
Y es que más que hay más que nobleza y empatía en el corazón de Chan, hay dolor e inquietud también.
Él sabe que no puede ayudarse a sí mismo y trata de compensarlo dando un pequeño apoyo al resto, porque él más que nadie sabe lo que es afrontar las cosas solo.
Y aunque sean desconocidos, Chan conoce las guerras internas que cada uno puede estar luchando.
Porque la suya ha durado mucho.
Dejó que la mayor le cambiara algunas vendas que ya estaban manchadas con sangre, luego de eso salió para hablar con el resto.
Las chicas le habían preparado distintos postres, se sentaron todos juntos en una gran mesa y mientras el rubio comía todas charlaban.
Hasta que el castaño llegó nuevamente, BangChan, quién ya estaba terminando su cheesecake, se levantó a abrazarlo.
–¿Vamos?.–El menor tocó la frente y luego la mejilla del más alto.
–Sip.–Se giraron a ver a las chicas, quienes estaba con una amplia sonrisa viendo al dúo.–Gracias por todo.
El castaño asintió.–Fueron muy amables conmigo... gracias.
Se despidieron del grupo y salieron, podían caminar hasta el departamento del mayor y así lo hicieron.
Claro que a paso lento por petición de ChangBin, el menor no quería hacer que el rubio se mareara o algo.
–Channie, ¿No has pensado en ir a cantar a otro lado?.–Cuestionó el pequeño.
–Claro pero... mmm.–Se quedó en blanco, no tenía muchas razones para quedarse ahí más que la costumbre, y claro para poder ver todos los días pasar al pequeño estudiante.–No podría verte tan seguido.
El menor se ruborizó por el comentario.–Pero es más importante que estés bien, seguramente ellos vuelvan a buscarte...
Ahí Chan entendió que el menor estaba realmente preocupado, incluso si no pudiera verlo siempre no quería verlo mal.
–Tal vez podría pensarlo...–El rubio desvió la mirada algo pensativo, ¿Qué tanto lo quería ese pequeño?.
Llegaron al departamento, entraron y Chan se disculpó por el desorden, el rubio se sentó en el sofá mientras el pequeño ChangBin miraba alrededor.
–Es lindo.–Sonrió el menor y se sentó a su lado.–Yo... dormiré aquí, en el sofá.
El rubio negó.–No puedo dejar que duermas aquí siendo visita.
–Channie, no voy a dejar que tú duermas aquí en ese estado.–El menor hizo un puchero.
–Entonces duerme conmigo.–El mayor no quiso darle un doble sentido al comentario, simplemente no se sentiría tranquilo si el menor dormía en el sofá.
–Pero tus golpes...–El pequeño trató de no pensar en algo más que el bienestar del mayor.
–Tranquilo, es una cama grande.–Se estaba esforzando bastante por no malpensar sus propias palabras.
–¿Estás seguro?.–Cuestionó nuevamente y en cuánto vió que el mayor no cambiaba de idea se rindió y accedió.–¿Tienes hambre?
El mayor sorpresivamente negó.–Comí bastante con las chicas.
El castaño se acercó y examinó su rostro.–¿Entonces que quieres hacer antes de dormir? Queda bastante para que oscurezca.
Chan se quedó unos segundos examinando el rostro del menor.–¿Te he dicho que eres muy lindo?–Quiso levantar su mano para tocar al menor, pero el dolor lo mantenía quieto.
Las mejillas del pequeño tomaron un color rojizo, asintió sentándose al lado del mayor.–Bastante.
Chan ama que el castaño nunca niegue cuando le halaga.–Siempre te ruborizas cuando te lo digo.
El más bajo tocó sus mejillas, sintiendolas calientes.–No puedo evitarlo, es algo que ocurre solo..
–¿Y pasa con todos?.–El mayor sólo quería distraer al pequeño de sus heridas, escucharle hablar sobre él.
ChangBin negó después de unos segundos pensando, una sonrisa apareció en el rostro del rubio.
Chan tiene claro que no ha sido el primero en hacer sonrojar al pequeño pero al menor le alivia ser el único en esos momentos, aunque no tiene muy claro porqué.
Las horas pasaron con rapidez hasta que anocheció, el dúo se dirigió a la habitación del mayor.
El menor insistió en ayudarle a cambiarse, pero el rubio se negó y se adentró en el baño, usualmente duerme sólo con bóxers pero como está ahí el pequeño no se sentiría cómodo mostrándole las cicatrices que no estuvieron visibles para él.
Se colocó un pijama, algo tan simple como una playera grande y unos shorts.
Salió del baño y se encontró al castaño vistiendo algo parecido a cuando este fue a visitarle, sólo que está vez no traía pantalones si no, igual que él, unos shorts bastante cortos.
–Te ves bien.–Comentó el australiano apareciendo tras suyo, el menor se ruborizó levemente y se esperó a que el mayor se metiera a la cama para entrar junto a él.
–Binnie.–El rubio observaba al menor mientras este estaba mirando el techo.–Gracias por cuidar de mí hoy.
Chan cerró sus ojos, escuchó al contrario susurrar un "de nada" y trató de dormirse, aunque su mente no le permitía se negó a abrir nuevamente los ojos.
Le encantaría ver al pequeño a su lado, abrazarlo o algo por el estilo pero sabe que en estas situaciones su autocontrol se va muy lejos.
Y con alguien tan lindo cómo ChangBin a su lado sería más complicado no dejarse llevar.
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Este cap se lo dedico a shofipozi porque es el amor de mi vida, jaja saludos.
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ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ.
FanfictionDesde que ingresó a la universidad ChangBin siempre a utilizado el mismo camino por las mañanas y tardes para ir y volver. No es si no hasta que su exnovio le rompe el celular por sus maniáticos celos que se ve obligado a caminar sin su preciada mús...