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Chan miraba por la ventana del auto rojizo de su compañero de trabajo mientras en los otros asientos había una animada charla. El grupo se dirigía hasta la casa del más bajo dónde el australiano pasaría un par de días.

Sin haberse podido negar a la propuesta de ChangBin ahora sentía una ligera culpa por los inconvenientes que creía darle al menor.

Después de todo el joven siempre lo sacaba de problemas, y por mucho que se lo agradeciera jamás se sentía conforme con la situación.

-...nnie... ¡Chan!.-La voz del antes nombrado sacó de su trance al castaño. Sin darse cuenta ya habían llegado a su destino.

-Lo siento.-Respondió con una pequeña risita el mayor, por fin de vuelta en la realidad.

Con ayuda del grupo bajó del auto, las pocas pertenencias que logró rescatar se encontraban en un bolso que el menor cargaba.

-¡Cuidalo bien por nosotras!.-Exclamó Jeongyeon por la ventana del auto que comenzaba a alejarse.

El joven respondió con una sonrisa mientras se despedía con su mano libre, al igual que el más alto a su lado.

Entraron al edificio para luego subir al departamento con tranquilidad, el grupo de la mañana ya no se encontraba en el lugar al igual que el vecino del pequeño ChangBin.

-¿Puedes esperar en el sillón a que ordene un poco?.-Cuestionó el dueño de casa una vez dejó a su acompañante en el sofá.

Chan sólo pudo asentir, aún con la lengua algo adolorida. ChangBin entendiendo esto dejó un vaso de agua en la mesa de centro antes de ponerse a ordenar el lugar.

Algo mareado el mayor decidió recostarse en el sofá pero al momento de apoyar su espalda en los cojines sintió algo pinchando su espalda. Se removió incómodo para luego rebuscar entre estos en busca del objeto.

Ahí encontró una pequeña bola de plástico con un cascabel dentro, al instante recordó a su mascota en su departamento y sólo pudo maldecir en voz baja.

-Shit...-Soltó sin pensar.

-¿Pasa algo?.-El menor no tardó en aparecer tras escucharlo.-¿Te duele algo?

Chan negó.-Sunnie... tiene que estar hambriento...-Una expresión culpable se posó en su rostro.

-Mierda, es cierto.-Exclamó el más joven recordando al pequeño animal.

-Debería ir a buscarlo...-El mayor dirigió su mirada hacia el dueño de casa a la vez que se levantaba.

Para su mala suerte ChangBin no le permitiría salir en ese estado, el más bajo agarró al australiano del hombro y lo empujó, tratando de no ser muy brusco, hacia el sofá otra vez.

-Iré yo, no te preocupes.-Habló con una sonrisa confiable.-¿Me prestas tu llave?

BangChan miró los ojos del menor por unos segundos para luego asentir. Acto seguido observó al pequeño ChangBin colocarse una chaqueta de cuero y sacar las llaves del departamento del mayor para llevarlas en su bolsillo.

-Sientete como en casa, trataré de no demorar.-Dijo con rapidez el recién nombrado mientras se dirigía a la puerta, lo último que vió Chan fue al joven cerrando la puerta con una sonrisa.

Estando ya solo soltó un gran suspiro de cansancio. Un fuerte dolor de cabeza lo venía siguiendo desde que despertó esa mañana.

Con cuidado se levantó, bebió el vaso de agua que el contrario dejó para él y se dirigió a la habitación de este.

Algo dudoso se quedó mirando la cama unos segundos, ChangBin dijo que podía sentirse como en casa pero... ¿Qué significa realmente eso?

Chan sospechaba que su definición de estar en "casa" era muy distinta a la que el menor conocía.

Casa... Pensó.

Estar con ChangBin era lo más parecido a estar en un hogar para él, pero como podría explicarle eso a alguien.

Se recostó con cuidado sobre las sábanas pensando en eso.

La cama del menor era bastante cómoda, una ola de relajación invadió al australiano tras sentir el olor característico del joven sobre las almohadas.

Sin darse cuenta cayó dormido abrazando una de estas.Lo siguiente que sintió fue una lengua áspera sobre su mejilla.

Al abrir sus ojos se encontró con el gato recostado frente a él lamiendo algunas lágrimas que cayeron de sus ojos mientras dormía.

-Sunnie...-Susurró el castaño para posteriormente soltar un bostezo.

Se sentó en la cama a la vez que secaba sus mejillas. Miró alrededor, todo se veía muy oscuro dado que las cortinas estaban cerradas y la puerta medio abierta.

Acarició levemente la cabeza del gatito a su lado para luego levantarse en busca de su amigo.

Salió de la habitación y recorrió el lugar hasta llegar al salón. Ahí reconoció al menor sentado en el sofá mientras miraba su celular.

El castaño se acercó en silencio para luego abrazarlo por la espalda apoyándose en el respaldo del sofá. Posó su cabeza entre el hombro y el cuello del contrario para después hablar.

-Me dormí.-Fue lo único que atinó a decir a la vez que cerraba los ojos.

-Lo noté.-Respondió el contrario entre una risita nerviosa esperando el mayor no notara su rubor.-Te traje algo de ropa.

-Gracias.-Susurró.

-¿Quieres comer algo?.-ChangBin dirigió su mano hacia el cabello del mayor para hacerle cariño.

Chan sólo abrió su boca y, como reflejo, se acercó para morder el lugar donde anteriormente se encontraba apoyada su cabeza.

Sus ojos se abrieron al instante que se dió cuenta lo que había hecho, se quedó congelado unos segundos para luego separarse.

Sin poder ver la expresión del contrario se sintió asustado a la vez que apenado. Su rostro hasta sus orejas tomaron un color rojizo a la vez que sentía su voz temblaría en el caso de hablar.

Vió como el menor dirigía la mano que anteriormente estaba en su cabeza hacia la zona que mordió y la cubrió. A los segundos ChangBin se dió vuelta con un leve rubor a la vez que reía.

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ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora