TIGRE.-I

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Dago me despertó cuando ya había anochecido.

La inflamación en la cara de Dago había bajado, ambos estábamos empapados, me ayudó a levantarme y me recargue en su hombro para poder caminar.

Nos acercamos a la entrada y sin pensarlo mucho entramos.

No tenía noción del tiempo pero el lugar ya no tenía clientes, un pequeño asiático intento echarnos, o al menos eso creo ya que nos hablaba en chino, pero entre algunos insultos y empujones Dago recordó pedir la salsa "Red Dragon" a lo que el mesero reaccionó primero un poco confundido y después entró a la cocina bastante apresurado.

Volvió con un par de uniformes similares al suyo, unos pantalones negros con camisa blanca y un muy llamativo chaleco con lentejuelas color rojo.

Aunque nos negamos en un principio nuestras ropas estaban empapadas y con algunas manchas que podría jurar qué eran sangre aunque las manchas de basura las encubrían.

Al final nos los pusimos sin los chalecos aunque el pequeño asiático insistió en que debíamos usarlos, discutimos por unos momentos y al ver nuestra firme postura nos llevó a la cocina.

—Amigo, no se como decírtelo pero no venimos a pedir trabajo— Dije tratando de razonar con el asiático.

El sujeto nos contestaba pero ninguno de nosotros hablaba chino.

Nos señalaba el refri, Dago y yo intuimos que debíamos moverlo y no ocupamos moverlo mucho cuando vimos que había un agujero de un metro de alto.

Nos metimos en él y avanzamos hacia abajo por un estrecho túnel totalmente obscuro, de un momento a otro comenzamos a escuchar una ligera y muy suave melodía, no podía saber el que, pero algo me tenia muy nervioso.

Al final del túnel podíamos ver una pequeña luz roja, conforme nos acercábamos pudimos ver que era un letrero neón que decía "LIMBO" sobre una puerta de cristal que fue abierta por un sujeto vestido de mayordomo.

—Buenas noches caballeros— Dijo el mayordomo con un  ridículo y muy forzado acento francés —¿Es su primera vez aquí?, Por sus vestimentas les invitaré a tomar el elevador "Ira y Pereza" y presionen el botón del lado derecho — Toda la oración era memorizada y se sintió antinatural.

Entramos al elevador y presionamos el botón derecho. El elevador estuvo bajando por unos absurdos diez minutos, nada podía estar tan abajo.

Hubiese podido aceptar las interminables e incómodas musiquitas de elevador pero en su lugar solo tuve un incómodo silencio de diez minutos dentro de un elevador con un pandillero que podía matarme en cualquier momento.

El elevador al fin se detuvo y antes de poner un pie fuera de él Dago me detuvo.

—Tranquilo niño bonito— Dijo Dago mofándose de mi —Sea lo que sea que esté allá afuera recuerda que somos un equipo amigo, nos fue bien en nuestro trabajo para cocinero así que espero lo mismo esta vez, solo estamos buscando a William, es todo—

—Estoy de acuerdo contigo, y solo para estar claros obviamente tú conoces este ambiente mejor que yo así que asumo que tu vas a hablar y yo solo seré tu asistente—

—Claro, pero yo nunca e estado en este lugar— Se excusó Dago —Esto es nuevo para mi también, solo camina detrás de mí y estaremos bien —El salió primero y yo lo seguí.

Llegamos  a una habitación con poca iluminación, allí estaban varios sujetos con nuestro mismo uniforme sin chaleco, algunos tenían caras tristes, otros estaban asiendo calentamiento y otros estaban extrañamente contentos.

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