PERRO.-I

16 10 10
                                    

Si bien el Golden Star era realmente una cafetería, la verdad es que ve más dinero de su venta ilegal de alcohol, era un sitio en el que podías conseguir cualquier tipo de mercancía por más ilegal que fuese, el dueño, Cocinero, se había portado muy agradable conmigo en mi primer trabajo con Sebastian, sin duda alguna podría ayudarme a encontrarlo.

Apenas me acerqué al lugar pude darme cuenta que atraía las miradas de todas las pandillas que rondaban la zona.

Después de todo lo que había visto los últimos días no sería fácil de que un simple negrata de dos metros me intimidará, pero una jauría completa de ellos era otra historia.

Avance temeroso por todo Old forest asta que llegue a la cafetería.

Apenas entre me reconocieron.

—Sebastian no está aquí— un negrata de precisamente dos metros fue quien me encaró.

Me había sobrestimado demasiado pues sin duda alguna me intimidó.

—Busco a Cocinero— le conteste a secas sin voltear a verlo y avance hacia la cocina.

—El jefe tampoco está aquí— Otro negrata no tan alto como el anterior me planto cara.

—Lo buscaré yo mismo— Conteste a secas de nuevo y me abrí camino rumbo a la cocina.

El sitio estaba lleno de pandilleros y no podrían decir quién fue, pero alguien se sujeto del cabello y me lanzó al suelo.

Antes de poder reaccionar ya tenia a uno de esos sujetos sobre mí intentando golpearme, lo contraataque con un golpe certero en la cíen, no me detuve a ver si seguía con vida, pero por la forma en que se desplomó apostaría a que murió al instante.

Ya de pie, tres sujetos más intentaron atacarme, pude derribar a uno haciéndolo perder el equilibrio pero los otros dos consiguieron atacar antes.

En el reparto de golpes me vi derrotado, conseguí evadirlos para poder enfrentarlos uno a uno.

El primero fue fácil, era más rápido que él y pude conectar un par de golpes tanto en su mejilla como en su mentón, él segundo que resultó ser un negro de dos metros, apenas y tubo tiempo de acercarse a mí cuando una línea se dibujó en su cuello y la sangre comenzó a brotar sin control. El sujeto calló muerto en cosa de segundos, había sido decapitado.

—¿Cuantas veces debo decirles que no tomen decisiones ustedes solos?— El negro calvo había salido de la cocina.

—Cocinero... Vengo a hablar de negocios con usted— Me adelante antes de que el siquiera preguntara algo.

—¿Moe? Pero que gusto me da verte con vida— Me abrazo con fuerza torturándome por mis viejas heridas —Escuche lo qué pasó con Dago... era un buen chico— parecía estar realmente afectado por ello.

—Si... fuimos compañeros por poco tiempo pero no era un mal tipo— me sinceré con Cocinero, nadie había tocado ese tema conmigo.

—Mi hermano al fin pudo recuperar el cuerpo, Sebastian fue muy amable al buscar y entregar el cuerpo a la familia— Cocinero acercó dos sillas para nosotros.

—Precisamente de Sebastian quería... ¿Tu hermano?— no podía ser lo que creía —¿Dago era tu sobrino?.

—Así es, Dago fue hijo de mi hermano, le apodamos el Guapo— se carcajeó cuando mencionó el apodo —Bueno... Hoy será el velorio, tal vez debas ir, después de todo tu fuiste el último en verlo con vida.

El TopoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora