MONO.-I

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Nadie dijo una sola palabra el resto del camino. Nos detuvimos en un pequeño callejón, todos bajamos del auto; todos marcamos una distancia considerable de Olivia.

Dominic nos guió por el callejón asta la entrada a una alcantarilla, que aunque trataba de ser un pasadizo "secreto" era realmente estupido, las entradas a las cloacas siempre estaban en la calle y no en callejones, era un verdadero sinsentido.

Dante destapó la alcantarilla con una sola mano con ridícula facilidad.

—Entren— dijo sin voltear a vernos.

—Jessi, tú eres la más fuerte— Dorei se apresuró a hablar y empujó a Jessi al frente.

Supuse que no tendría tiempo más adelante, así que realice mi cambio de cabeza, algo de lo que no me había percatado es que la cabeza que me retirara sufría un proceso de aparente deshidratación reduciendo su tamaño a la de una muñeca. Esta vez tan solo sufrí un ligero mareo pero no me desplome, mi cuerpo comenzaba a acostumbrarse a estos cambios.

Todos tenían sus miradas clavadas en mi con los ojos abiertos como platos.

—¿Dago?— preguntó Dorei.

—Descuida, soy Moe, este es mi milagro— le expliqué —Puedo cambiar mi cabeza con cualquiera, así asimiló sus habilidades físicas y por obvios motivos puedo utilizar sus milagros.

—La próxima vez que hagas eso procura hacerlo en privado... fue asqueroso— Dom fue quien respondió.

Jessi se perdió en la obscuridad del pequeño túnel a las cloacas. Después de un momento nos llamo para continuar.

—Bajen de uno en uno— Dante sonaba demasiado serio —Una vez lleguen al fondo darán una señal para que el próximo baje, no se apresuren en bajar y en caso de que no den la señal tal como lo hizo Jessi cerraremos la alcantarilla y los dejaremos a su suerte.

Dorei se apresuró a bajar y tal como Dante lo ordenó no tardó en dar la señal.

Los siguió Dominic que a su vez dio su señal
.
Olivia fue la siguiente, dio su señal más rápido que los demás.

—No se que demonios seas amigo, tu milagro es... fuera de lo normal— Dante trataba de decirme algo.

—Creí que eras nuevo en esto de los milagros.

—Relativamente nuevo, tengo más de un año en esto— saco un extraño cigarrillo con una punta de madera que le daba un aspecto muy elegante —Dominic y yo conocimos a Dorei en alguna
borrachera, nos peleamos con algunos idiotas esa noche y nos ofreció trabajo en su club— dio una larga calada al cigarro —Hace algunos meses esa arena era el mejor lugar para pelear.

—¡Señoritas! ¡¿Podrían bajar?!— Dominic estaba irritado.

No nos molestamos en responder, baje yo primero y apenas di la señal Dante ya estaba bajando.

—Escúchenme bien— era la voz de Dante, no podíamos ver nada —Les daré una vara luminosa a cada uno, avanzaremos en grupos de dos y tomaremos distancias largas entre cada grupo, si vemos que una sola vara cae al suelo se abortara la misión y todos volveremos por donde vinimos.

Escuchamos un crujido y una pequeña vara se iluminó, era Dante en la obscuridad, en poco tiempo todos teníamos una pequeña vara fluorescente.

—Dom, tú guía al grupo— ordenó Dante.

—Claro.

Dom hizo una seña a Dorei que lo siguió sin chistar.

Después de un rato Jessi y Olivia se fueron juntas.

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