TERCER TRABAJO

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—Amigo, por favor mátame ya— William suplicaba de rodillas.

—Oh William, mi pequeño niño travieso— era la voz de Súcubo pero era obviamente esa hermosa mujer que conocí en el velorio —William mi niño, ¿Porqué dejaste de venir? Aún tienes algunas deudas pendientes conmigo.

Los triángulos aparecieron desgarrando la ropa de William, lo levantaron del suelo y comenzaron a hacer cortes muy finos por todo su cuerpo.

William comenzó a sangrar.

En cuestión de segundos ya había un charco de sangre en el suelo y William fue lanzado contra el suelo.

Desenfunde mi revólver y apunte a la Alemana. Dispare, de nuevo, de nuevo, lo intente de nuevo. Mis balas no impactaban en ella, sus triángulos las atrapaban en el aire.

Los triángulos se unieron como cadenas sujetándome de las muñecas, intente sacármelas pero los triángulos eran demasiado afilados y cortaban mi piel con cada movimiento, si seguía así me reventaría las venas.

—Moe, cariño— su suave y cálida voz comenzó a volverse un áspero gorjeo —Eres tan divertido.

La Alemana movió los triángulos de nuevo, estos crearon dos perros con tres cabezas del tamaño de caballos. Se acercaron a su ama y se postraron a sus pies, los seis pares de ojos nos miraban fijamente a William y a mí, parecían hambrientos.

—William... ¿Por qué te alejaste de mi?— la Alemana se acercó a William seguida de cercas por sus bestias —Pensé que nos divertíamos.

—A... a... aléjate... de mi— William apenas y podía hablar, el daño que recibió había sido masivo.

—Maldita hija de puta... Aún lo necesito vivo— aún en mi situación debía comportarme altanero contra ella.

—Cariño, le hacemos un bien al mundo al matarlo, es una lástima que me sea imposible hacerlo, pero no te imaginas como disfrutaré intentándolo— Se sonrojo y descubrió sus grandes pechos dejándolos expuestos mientras sus mascotas los lamían.

—¿Quién eres?— la extraña escena logró doblegarme.

—Solo dime Alemana, soy una bruja roja y quizá la última bruja mayor de los seguidores de la obscuridad.

No sabía que me sorprendía más, que fuese una bruja, que existiesen distintos tipos de brujas o que los seguidores de la obscuridad aún existiesen.

Calme mis ideas y volví a hablar.

—No quiero tener problemas con usted, Alemana, solo vine aquí por algo de información.

—¿Enserio?— más triángulos aparecieron creando un trono que parecía estar echo de dientes, tanto humanos como de animales —¿Qué es lo que quieres saber?— se despojó de toda su ropa antes de sentarse en su inquietante trono.

—Veras... tu hermano, el pastor Goodman, me dio la tarea de cazar a este infeliz y matarlo.

Señalé a William, había olvidado mis cadenas y estas me lastimaron cuando señalé a William.

—Pero recibí otro trabajo, de alguien más, debo reunir un grupo de personas y entre ellos está William— esta vez solo lo señalé con la mirada —No se que debo hacer, por eso lo traje aquí, quizás Súcubo podría ayudarme a entrar a sus memorias y saber si debo matarlo o dejarlo con vida.

Mientras hablaba, del enfermizo trono comenzaron a salir una gran cantidad de cucarachas que bailaban sobre el cuerpo de la Alemana concentrándose en sus zonas erógenas.

—Moe... me alegra que también tú estes interesado en Súcubo.

Con un movimiento de manos llamo a su lado a sus mascotas que se sentaron a ambos lados, ambos tenían sus miembros expuestos.

—Mi niño, como seguro ya notaste el infierno se fue al carajo en cuestión de días— la bruja estimulaba los miembros de sus bestias —Mis socios me abandonaron, con la repentina muerte de Ratman me e quedado sin uno de los mayores atractivos de mi club, el idiota de Candyman ya a anunciado que dejará el negocio y sin mencionar que Toymaker se a aislado por completo en su fabrica sin dar explicaciones... Ni siquiera El Ahorcado sabe qué pasa por su cabeza últimamente.

—Vamos directo al grano, ¿Te parece preciosa?.
Una de sus bestias saltó contra mí quedando a escasos centímetros de mi cara.

—Por favor se más respetuoso cuando te dirijas a mi— La bruja se veía divertida —Pero tienes razón.

Ya la tenia donde quería, o ella a mi, de cualquier modo tenía que sacarle algo de nueva información.

—Te daré un nuevo trabajo, debes ir al Old Industrial park.

—¿Estas bromeando cierto?.

—¿Acaso el intrépido detective tiene miedo de ese lugar?— Soltó una sonora carcajada, muy similar a las que suele lanzar Cocinero.

—Es solo... bien si, no creo en todas esas leyendas... pero debe existir un motivo por el que ningún policía entra a ese lugar sin importar cuantas llamadas de urgencias salgan.

Sin duda alguna estaba aterrado, en mi corto periodo como policía pude descubrir que nadie en su sano juicio entra a ese distrito, era la única zona de toda la ciudad que había vuelto a ser invadida por la obscuridad, como si la humanidad jamás hubiera podido recuperar ese territorio, iría al fin del mundo de ser necesario pero entrar a ese distrito era dictar una sentencia de muerte.

—Niño, si no tienes el valor de ir a ese lugar jamás podrás sacarle información a ese triste intento de ser humano— señalo a William —Verás, mi milagro me permite controlar el espacio, puedo controlar la creación con mis triángulos de luz, pero yo no puedo entrar a la mente de las personas, para eso necesito de alguien con el poder de la lectura.

Ya comenzaba a entender de que trataba esto.

—Tu lector... ¿Es la mesera que me recibió la otra noche?.

—Exacto, tengo la sospecha de que Toymaker la secuestro para el.

—Creí que ella era algo así como una máquina, una inteligencia artificial... así fue como ella misma se describió — le expliqué.

—Una pequeña mentira para alejar a los curiosos— continuó estimulando a su bestia con una de sus manos y a la otra la estimulaba con sus pies —La verdad es que Súcubo es como una hija para mi, es mi socia principal en este negocio.

—¿Tu también tienes esa extraña manía de rescatar huérfanos de Rat Hole Royal?— al parecer todos en esa familia estaban locos —¿Y a que dios le sirve tu causa?.

—Yo soy una bruja roja, una de las últimas brujas mayores que sirven a la obscuridad, el Dios dragón es a quien sirvo — se levantó de tu trono aplastando los testiculos de una de sus bestias en el proceso —Todo lo que vez aquí no tiene nada que ver con mi religión, solo es una forma de ganarme la vida y hacerle un bien al mundo y no, yo no soy como esa idealista de Mama.

—¿Un bien al mundo? No entiendo como un prostíbulo le hace un bien al mundo— jugué mis cartas esperando lo mejor.

—Todos los pacifistas le hacemos un bien al mundo a nuestro modo y nos apoyamos mutuamente como hermanos que somos.

—Supongo que tener cientos de vagabundos en las cloacas es un bien para la humanidad.

—¿Como sabes eso?— volé cercas del sol y me quemé, ahora debía retomar el vuelo.

—Conocí a  Chester, un agradable sujeto, trate de  ayudarlo pero no fui rival para Bull.

—Bien... supongo que puedo confiar en ti después de todo— con un movimiento de manos me quito las cadenas y me permitió levantarme —Si estas dispuesto a ayudarme yo te ayudaré con tus problemas, no sé cómo lo aras pero quiero a Súcubo aquí conmigo, después de eso te ayudaré a recolectar a las personas de tu lista, ya tomarás una decisión de que pasara con este idiota después.

—En realidad aún tengo algunas dudas— ambas bestias comenzaron a ladrarme.

Salí huyendo del lugar.

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