SERPIENTE.-I

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En camino de regreso al Limbo varias personas nos reconocieron, algunos aplaudieron y otros nos felicitaron por nuestro desempeño en el combate.

La mayoría solo querían saludar a Dago pero hubo algunos que me felicitaban exclusivamente a mi y me preguntaban que método había tomado para despedazar los cuerpos de ese modo, no lo había notado pero era muy fácil deducir que esa "obra definitiva de la expresión humana", o al menos así lo llamaban ellos, fue echa por mis manos ya que tenía una gruesa costra de sangre en mis manos, zapatos y pantalón de un solo color uniforme asta las rodillas.

Me sentí asqueado de lo que a esas personas les parecía maravilloso.

Pronto llegamos al elevador que nos devolvió al Limbo, allí el mayordomo nos recibió de nuevo.

—Buenas noches caballeros— Jugaba con sus manos mientras hablaba —¿Como a sido su experiencia en estos días?.

—De la mierda, gracias por... disculpa... ¿Dijiste días?— No podía creerlo, es cierto que no tuve noción del tiempo pero no creí que hubiera sido tanto.

—Seis días para ser exactos caballeros, se que el tiempo vuela allí abajo— Su sonrisa comenzaba a fastidiarme —Ustedes salieron más rápido de lo usual.

—Oye Moe— Dago me paso el brazo sobre los hombros y comenzó a susurrarme —Llevamos una semana aquí, no puedo perder más tiempo dame tu sobre y me largo de aquí— Saco otro sobre de su bolsillo trasero —Es tu paga, tómala y dame tu sobre.

—Sabes... estás metido en algo muy interesante— Estuve a punto de tomar su sobre —Creo que me quedaré en el negoció, después de todo ya se demasiado y tendrías que eliminarme, ¿No es así?.

—Jajaja, chico listo— Aguardo su sobre —No tardes demasiado, iré a ver a Sebastian, no se como va a reaccionar...— Lucia muy preocupado —No pierdas el tiempo y averigua dónde está ese sujeto, iré a buscarte a tu casa después para terminar el trabajo, cuídate amigo.

Dago se fue y al mismo tiempo tomé el elevador con el letrero neón de Lujuria.

Me sentía muy extraño al estar solo en un lugar tan extraño, en el primer elevador había sido secuestrado así que no sabía que esperar del segundo.

Cuando se abrió la puerta me mostró una gran habitación obscura iluminada únicamente por luz de láser y luces estroboscopicas.

No había entrado a muchos antros antes pero estaba seguro que estaba en uno, una mujer que vestía un traje excesivamente sexualizado de mucama se acercó a mi, me tomo de la mano y me llevo asta una mesa solitaria, me dejó allí y pronto volvió con una bandeja de plata con una botella de alcohol que jamás había visto y una cuántas pequeñas dosis de drogas, abrí la botella y bebí un poco, era un vodka muy fuerte y de buen sabor, le dije que Dorei había preparado una habitación para mi, hizo una mueca de desagrado y me pidió que la siguiera.

El lugar era un asco, en un primer vistazo pensé que las personas bailaban en ese sitio pero después de verlos detenidamente la mayoría de las personas allí presentes estaban participando en algo similar a sexo grupal, pero algo en ello no estaba bien, no sabría decir que era pero sentía que algo estaba muy mal en todo este lugar.

Salimos del sitio atravesando una puerta que llevaba a un largo y obscuro pasillo con los muros maltratados, me llevo asta una puerta grande de acero y me pidió la botella de regreso, me dijo que ahí dentro no la necesitaría, abrió la puerta y la cerró justo cuando entre dejándome en total obscuridad.

Una luz se encendió a la distancia, era una pequeña vela, me acerqué a ella y la levante tratando de alumbrar un poco el lugar, acerqué la vela a las paredes y estaban echas de madera, alumbrando las paredes me topé con unas extrañas cortinas, que si bien eran totalmente ordinarias, se suponía que estaba bajo tierra, ¿Qué objeto podrían tener las cortinas en este lugar?, las aparte y vi lo que se suponía debía de ver, una ventana.

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