Capítulo 7

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Él tampoco me dirigió la palabra en todo el recorrido.
Ya en Starbucks, le pido a Sandy mi café grande y Carter pide un venti.
Cuando nos entregan las bebidas calientes, nos sentamos frente a frente y yo pongo el café en una pequeña mesa a esperar a que se enfríe un poco. Lo miro directamente a los ojos sin decir nada. Soy buena jugando a la ley del hielo.
-Oye, Kina... -se rasca la nuca nervioso buscando las palabras. Se ve tan hermoso.
Pero perdiste Carter.
-Mmh -dije a modo de respuesta.
-Siento mucho lo de hace rato -dice muy cauteloso porque sabe que pisa territorio desconocido. ¿Que se cree? Estamos en el siglo XXI, las "niñas" ya saben defenderse solas. Pff, no me conoce.
Lo miro con indeferencia haciéndolo sufrir.
-Enserio lo siento muchísimo, no sabía que te pondrías así.
-Lo que no sabías es que las mujeres ya aprendimos a valernos por sí solas -ataco bruscamente.
-Lo lamento, Kina, fue algo que dije sin pensarlo -me mira a los ojos, ¡já!, como si eso resolviera todo.
-Ajá, ¿y qué más?
-La verdad ya no sé qué decir -pone cara de perrito y yo finjo que no lo vi, porque en realidad se ve muy tierno, pero no daré mi brazo a torcer-. Mira, siendo honesto, yo quería defenderte, no hacía falta que llegaras a mi rescate como si yo fuera la damisela en peligro -lo interrumpo.
¿Me esta jodiendo?
-Si Carter, tu podías contra tres, claro. No me jodas.
-¿Quieres tu disculpa? -asiento con obviedad-. Entonces no quiero interrupciones -esa se la cobraré luego-. Bien, no quería que te metieras en la pelea pero... -sí, lo vuelvo a interrumpir.
-¿Entonces qué mierdas querías?
-¡Sin interrupciones, maldita sea!
-Lo siento -murmuro rendida.
-Ok, ¿en qué estaba?
-En que no querías que me metiera.
-¡Era una pregunta capciosa! -parece nena en sus días.
-¡Deja de gritarme Carter!
-¡Es que me haces olvidar mi disculpa! ¡Estoy esforzándome! Casi siempre soy al que le piden diculpas -eso es lindo-. Bien, pues no lo quería, pero me asombró mucho que actuaras de esa forma, pense que eras otra chica indefensa; ya sabes, por lo del día en que saliste corriendo como si hubieras dejado los frijoles en la lumbre, y me impresionaste.
Yo no dejo los frijoles en lumbre, ni siquiera sé cocinar.
-Disculpe señor, los clientes se quejan de sus gritos, ¿podrían dejar de hacer tanto ruido? -le dice la compañera de Sandy Barbie a Carter Linda.
No creí que estuviéramos gritando tan fuerte.
-Oye, linda, estoy pidiendole diculpas aquí ¿sí? Gracias.
¿Le dijo "linda"? ¿Enserio? Creí que solo me decía eso a mí.
-No es mi culpa que tu novia se enfade contigo porque le das celos -me mira a mí. -Cariño, debes aeljarte de él, nunca cambian, mira -señala a una rubia chichistosa atrás de mí-. Esa chica de allá lleva coquetándole desde que llegaron, ¿es que no te das cuenta? Tipos como él nunca cambian.
Efectivamente, volteo y veo a la rubia haciendole ojitos a MI Carter; cuando se encuentra con mi mirada amenazante baja la suya hacia sus gigantescos pechos.
El detector de zorras esta por las nubes: pi pi pi pipipipipipi.
Me dirijo rápidamente hacia la estúpida chica, que al parecer se llama Betty, perfecto nombre para una tabla, y le apunto con el dedo.
-Mira, perra vagabunda, ¿quién te crees para hablarme así? -me paro para seguir diciéndole cosas-. Aparte, el no es mi no... -Carter me interrumpe cortándome la inspiración.
-Linda -al decirle esto, Carter a esa puta, esta se sonroja-. Si nos dejas tranquilos prometo comprar la bebida más cara que tengas.
-¿Qué? -pregunto desconcertada.
¡LE VOLVIÓ A DECIR "LINDA"! ¡Maldito, maldito, maldito!
Mi yo interior esta tirada en una esquina llorando maldiciéndo y comiendo helado. Tal vez sea una predicción del futuro.

No lo toquen, perras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora