Capítulo 19

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-Wow, digo... Wow -me sonrojo levemente y agacho la mirada.
-Cierra la boca y vámonos.
-Lo que usted diga, mademoiselle -le sonreí y el me dejó pasar haciéndose a un lado.
Salí del apartamento no sin antes despedirme de Yuuna y le dí las gracias. Entramos al elevador y Carter me preguntó qué botón presionaba, a lo que yo respondí:
-Pues a dónde más, idiota. Al lobby. A menos que quieras hacer una parada en otro piso para descansar -dije con obviedad.
En el lobby, Paul y Landon me sonrieron sospechosamente, y no quiero saber por qué.
Al salir del edificio Carter me mira.
-¿Tengo un moco o qué? -él se ríe.
-Si lo tuvieras, ¿qué harías? -me reviso rápidamente la nariz pero no tengo nada.
-Ja ja.
-Bien, ¿a dónde te gustaría ir?
Empezamos a caminar, y ahora que me pregunta eso, supongo que caminamos sin rumbo.
-Pensé que ya tenías un lugar pensado.
-Pues claro que lo tengo, pero quiero saber si quieres ir a un sitio en especial.
Retiro lo dicho.
-Pues.. -no, no se a dónde ir-. Creo que podemos ir a...
-No sabes a dónde, ¿cierto? -me pregunta burlándose de mí.
-¡Basta de burlas! Desde que te conozco te burlas de mí.
-Lo siento, linda.
-¿Y cuál es tu manía de llamar a todas "linda"?
-No te pongas celosa. Solamente no sé de qué otra forma llamarlas.
-No estoy celosa.
-Sí lo estas.
-No lo -un grito sale de mi boca y me encuentro en el piso, mi rodilla me arde- estoy. ¡Carter!
-¿Yo qué hice?
-¡Nada! ¡Por eso ven y ayúdame!
-Oh, si, lo siento -me da sus manos y yo me levanto con dificultad-. Creo que te tropezaste.
-No me digas, genio.
Ambas rodillas sangran. Oh, me siento tan humillada en este momento.
-Déjame ayudarte con eso.
-Yo puedo Carter -sigo caminando, pero a cada paso que doy cojeov como si estuviera recién desvriginada.
-Yo creo que no. Ven -me toma en sus brazos, sí, como si estuvieras recién casados, y sigue caminando hasta encontrar una banca en la que me coloca con la mayor delicadeza del mundo.
-¿Enserio debías hacer eso?
-Entonces te hubiera dejado en la calle agonizando gimiendo mi nombre suplicándome que volviera para ayudarte mientras te desvanecías en el olvido.
-Que intenso eres.
-Tengo mis momentos.
-Bien. ¿A dónde iremos? -una viento frío me abraza haciéndo que cubra mis brazos con mis pequeñas manos de niña. ¿Por qué siempre olvido mi chaqueta?
-¿Tienes frío? Ten -me da su chaqueta café y él mismo me la coloca-. Yo tengo un suéter abajo.
-Gracias.
-No entiendo cómo nunca llevas un abrigo contigo. Kina, es ne noche, y estamos en Londres.
-¡Lo sé! Sólo que a veces se me olvida. Responde a dónde iremos.
-¿Quieres ir a cenar?
-¡Sí! Muero de hambre.
-Entonces párate y vamos -se levanta y empieza a caminar.
-¡Carter!
-¿Qué? -se voltea. yo señalo mis rodillas y el se golpea la frente recordando que estoy incapacitada-. Oh, claro.
-Gracias -le digo con obviedad.
Carter me carga en sus hermosos y fuertes brazos durante el recorrido. Conversamos sobre cosas sin sentido logrando que ambos riéramos. La risa de Carter es adorable.
-Llegamos, princesa -me dice bajandome con cuidado de sus brazos.
-¿Ahora me dices princesa?
-¡Mujer! ¡No te contentas con nada!
-¿Este es el restaurante? -le pregunto señalando el gran edificio a mis espaldas.
-Claro.
-Se ve muy caro Carter -aunque yo puedo pagarlo, claro. ¿Pero Carter piensa pagar todo lo que yo coma?
-¿Y?
-Pues, tal vez no contemos con el dinero para pagarlo.
En el planeta Tierra, quién sabe sin en otros planetas sepan, solamente Yuuna, mis padres y los padres de Yuuna saben que tengo dinero, mucho dinero. Bueno, prácticamente solo le he dicho a Yuuna.
Si hay algo que me moleste, que son muchas cosas, son las amistades por conveniencia. Así que, realmente nunca menciono que tengo dinero.
Aunque puede que ciertas personas lo noten porque, pues, vivo sola, me mantengo sola, y en Londres.
Pero bah.
-Yo pagaré Kina.
-¿Seguro? Podemos ir a cenar pizza o algo.
-Seguro.
-Bien -no discutiré más el tema.
Entramos al "restaurante" cuyo nombre es Heston Blumenthal.
Enserio, se ve realmente elegante. me siento desubicada.
Nunca voy a restaurantes como estos porque no tengo la ropa adecuada para entrar.
-Carter.
-¿Si, Kina?
-Para este tipo de lugares hay una regla de vestimenta.
-Le pagué al gerente para que nos dejara pasar.
-¿De verdad?
-Claro.
-¿Y si hubiera dicho que solamente quería un helado?
-Pues hubiera sido dinero mal gastado.
-Carter.
-¿Si, Kina?
-¿Tienes el dinero para pagar esto?
-¿Podemos dejar de hablar de dinero y sentarnos a cenar, por favor?
-Claro -pero retomaré este tema después, ya me dejó con la duda, y yo soy muy curiosa.
-Gracias.
Un mesero llega con nosotros y nos guía a una mesa para dos personas. Al pasar, todos los ancianos millonarios me miran como bicho raro. Ésta es exactamente la clase de personas con las que no quería tropezarme.
Llegamos, yo cojeando, y Carter me abre la silla. Que lindo, el mesero lo iba a hacer y el le ganó, pero que lindo.
-Buenas noches jovencitos. Mi nombre es Arthur y yo los atenderé en esta velada. ¿Se les ofrece algo para comenzar?

No lo toquen, perras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora