El tiempo pasa volando.
No he visto a Carter desde la escena de "novio celoso" y lo de la azotea. De hecho, no he vuelto a salir, la depresión se siente terrible. Ni siquiera asistí a la famosa fiesta de halloween que hacen por mi colonia.
Carter trató de contactarse conmigo por teléfono, incluso llegó un par de veces al edificio pidéndome entrar, pero les pedí a Paul y a Landon que no le abrieran la puerta.
Viéndolo desde un punto de vista exterior, todo el asunto no fue tan malo.
Mi problema era que tenía miedo de engrentarlo y hablar. Sentí muchísima vergüenza cuando me vió en ropa interior, también que hubiera pensado que me le insinuaba a uno de sus amigos y el reconocer que no eramos absolutamente nada.
Una vez fui a comprar comida china y me encontré con David, el guapo amigo de Carter, y me sonrió. Pensé en pedirle su número pero no traía el ánimo necesario. Bueno, últimamente, nunca estoy de ánimo. Necesito a mi chico del café.
Falta una semana para Navidad y mi espíritu navideño esta por los suelos. Díganme Kina Grinch.
En fin...
He leído al menos dos veces todos los libros que tengo, necesito comprar más.
Salgo de mi habitación, si es que se le puede llamar habitación, y al tratar de cruzar las montañas de ropa y el río de calcetines, mi pie se topa con algo asqueroso. No estoy segura si es chocolate o pizza podrida. Puaj.
Lo primero que se me ocurre es lavarme el excremento de pizza en el lavabo de la cocina.
Voy a la cocina dando brincos en un pie pero al tratar de subir el pie sucio al lavabo que no he usado en un buen tiempo, el pie no se mete dentro del lavabo. Lo presiono con fuerza para que entre y así poder lavar el excremento de pizza.
¡Carajo! No se quita.
¡Doble carajo! Tocaron el timbre.
-¡Quién mierda es! ¡Estoy ocupada! -el sonido del timbre para-. ¡Gracias al cielo! -y empiezan a tocar la puerta, parece que quieren tumbarla-. ¡Ya voy, maldito hijo de perra!
¿Quién carajos es? Digo, debe ser alguien que conozco, si no es así, Paul y Landon no lo hubieran dejado pasar. Y no puede ser Carter, porque el tiene esrictamente prohibido pasar.
Trato de cruzar la sala de estar saltando en un pie.
Y me tropiezo. Genial. Hay ropa por todo el lugar.
¡Bravo! Apláundanme por pendeja.
Bien, falta poco para llegar a la puerta. Puedo arrastrarme.
-¡Aggggh! -el tomo de la puerta esta muy alto, falta pocoooo...
Cuando por fin abro la puerta encuentro a la sorpresa más grande de mi corta vida, y no es una carta diciendo que mis padres murieron dejándole el testamento a su única hija a la cual no quieren.
Instantáneamente sonrío ampliamente, sospecho que nadie logrará quitarme esta sonrisa en un largo tiempo.
¡He vuelto a sonreír! Mi tarde de diciembre ha mejorado.
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No lo toquen, perras.
Teen FictionHay una enorme variedad de esas historias tontas, novelas y demás que se centran siempre en la chica que sufre el mayor desamor de su vida y que al final siempre termina en donde empezó, con el chico guapo que la veía como una más del montón; ya sab...