*FLASHBACK*
-¡Hey, chicos! Llegué, no tienen idea de lo larga que es la fila para... -su jodida voz-. ¿Qué? ¿Llegué en mal momento? -bromea y sus amigos me miran a mí. Santísima mierda-. ¿Ki-kina? -dice asombrado y diría que un poco asustado.
-Carter -trago saliva, no sé por qué me sentí tan nerviosa de repente.
*
Dios, que vergüenza.
*
-¡Si me toca o no, es mi problema! ¡No tuyo ni de Jesús! ¡Mi puto problema!
-¡También es mío! ¡No dejaré que alguien ponga sus sucias manos sobre ti!
-¿Y TU SI PUEDES?
-¡YO SI PUEDO MALDITA SEA! ¡YO PUEDO PORQUE SOY TU..!
Guarda silencio. Bien, es díficil saber que no somos nada. Duele.
-¿Mi qué, Carter? ¡No tienes ningún derecho sobre mí! -mi voz tiembla al reconocer yo misma que no existe nada entre Carter y Kina. Diablos, duele mucho. Ya había empezado a ponerle nombre a nuestro "romance". Pensé en Kiter o Carna, pero ambos son pésimos.
-Yo... tú... -Carter mira al suelo sin saber qué decir-. Yo... lo siento.
-Sí, justamente eso creía. Ahora déjame en paz.
*
Oh, los putos nombres para nuestro romance.
*FIN FLASHBACK*
Ahí estaba él, con sus ojos verdes hermosos, y su hermoso cabello negro peinado a la perfección y sus hermosas pecas en su rostro, mi chico del café.
-...na! ¡Kina, mierda! -los terriblemente altos gritos de Yuuna me devuelven a la realidad.
-¿Qué? -giro para verla a los ojos.
-Te le quedaste viendo al chico durante siglos -oh, que pena.
-Déjame vivir, mujer -regreso mi vista hacia Carter.
¿Qué le digo? ¿Qué se supone que debo decir si la última vez que hablamos me vió en ropa interior y luego le prohibí la entrada a un edificio y lo evite durante dos meses?
Puedo intentar con "Hola".
Antes de que pueda hablar, él me interrumpe.
-Son £5.40 -su expresión seria, la forma en que habló y el que me trate como si no me conociera, me dolió hasta lo más profundo de mi, justo en el orgullo.
Muy bien Carter, juguemos este juego, pero será con mis reglas.
-¿Sabes qué? Me hicieron falta algunos libros. Creo que puedes ayudarme -miro con toda la obviedad que puedo su gaffete-, Carter.
Yuuna por fin se da cuenta de lo que pasa, pero prefiere no intervenir.
Me dirijo a nosédónde, con Carter a mis espaldas, moviéndo exageradamente las caderas y caminando con las manos igualmente en las caderas tratando de provocarlo de una extraña forma.
-Eh, ¿qué buscaba, señorita?
-Oh, pues que bueno que preguntas. Buscaba a un chico de un metro setenta y cinco muy parecido a ti -espero que entiendas la indirecta Linda.
-Pues precisamente, yo también buscaba a alguien que me dejó plantado en una azotea hace dos meses.
Tengo que mejorar.
-Que mal qur no todo en esta vida se puede -me dan unas inmensas ganas de lanzarme a sus brazos. No, ¡abstinencia Kina!-. En fin, buscaba libros de...
Vamos, piensa, ¡de lo que sea!
-¿De...?
-De...¡sexo!
-¿Sexo? -Carter me mira asustado.
-Si, rápido, búscalos.
Terminé escogiéndo uno al tin marin para salirme rápido de la incómoda situación.
Carter entra detrás de la caja para cobrarme.
-Explícame -cuando hay gente presente aparte de nosotras dos, Yuuna y yo solo decimos palabras clave.
-Auto.
Que le explicaría en el auto.
Carter cobra los libros nervioso.
-Bien, dime cuánto es.
-¿Cuánto es qué?
-¡El total idiota!
-Oh -mira los libros atentamente-. ¿Enserio 50 Sombras de Grey, Kina?
-Sí, muy enserio, ¿cuánto me va a costar?
-Pues -me mira a los ojos, ¿qué haces? ¡Los ojos a tu trabajo, inepto!-. Te costará una cita conmigo.
Oh no.
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No lo toquen, perras.
Novela JuvenilHay una enorme variedad de esas historias tontas, novelas y demás que se centran siempre en la chica que sufre el mayor desamor de su vida y que al final siempre termina en donde empezó, con el chico guapo que la veía como una más del montón; ya sab...