Capítulo 13

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Realmente su nombre no es Martha, pero me gusta llamarla así, tiene cara de Martha. Se llama Vivian, pero ese no le queda.
Martha es como mi mamá real, mi única madre.
Nunca le he mencionado a nadie nada sobre mis padres porque son unos bastardos. Mi papá se divorció de mamá cuando yo tenía 3 años. La dejó por una bailarina exótica, para no decir prostituta, y se hicieron multimillonarios juntos. Mi mamá es igualmente multimillonaria, pero solo piensa en compras: ropa, zapatos, bolsos, maquillaje. Nunca se amaron ni me amaron a mí. Cuando me fui de casa siendo menor de edad, ni siquiera se preocuparon por lo que me fuera a pasar. Desde pequeña soy dependiente, así que no los necesito, estúpidos padres arrogantes.
Cuando llego a mi apartamento voy hacia la cocina y me preparo un café bien cargado. Busco mi iPhone.
-¡Hace siglos que no llamas! Pensé que te había tragado un hoyo negro o algo -Yuuna responde alegre al tercer "Beep".
-Hey -respondo desanimada.
-Oye, ¿qué sucede?
-Oh Yuuna, si supieras.

Pasé un par de horas hablando por teléfono con Yuuna. Le conté todo con lujo de detalles y ella solo se mostró comprensiva y atenta, haciendo algunas bromas para subirme al ánimo; me gusta este lado de ella, pero prefiero verla peleando.
Por lo que pasó hoy, posiblemente Carter y yo no volvamos a hablar.
Ya de noche me pongo mi short de pijama y una blusa negra para ir a la cocina y servirme un vaso de leche.
Cuando voy cruzando por la oscuridad, escucho que alguien toca la puerta.
Me sobresalto y prendo todas las luces.
¿Quién toca mi puerta a casi media noche? ¿Carter? Oh, Dios mío, no, me veo horrenda.
Saco un tenedor de ensaldas, que es lo primero que encuentro a la mano. La puerta sigue sonando, abro y no encuentro nada.
Miro hacia abajo y está un estúpido pelirrojo ahí.
-Mi mamá me obligó a venir -Jimmy viene vestido con su infantil mameluco azul con ovejitas. Parece tan angelical.
-¿Qué quieres?
-No seas grosera, intento disculparme -me hace un puchero. Oh, mi vida.
-Agh, hazlo rápido -tal vez estoy algo decepcionada de que no fuera Carter.
-Perdón por haberte dejado semidesnuda frente a esos chicos -el gremlin se ríe.
-Bien, ¿es todo?
-Sipi.
-¿Y con qué te chantajeo tu mamá?
-Cho-co-la-te, perra -dice separando las sílabas.
-¡Oye, tu no puedes..! -sale corriendo, agh estúpido.
-¡Adiós Panties Negras!
Cierro la puerta fastidiada y me largo a mi habitación.
Me acomodo en mi cama y abro mi libro en donde me quedé, trato de leerlo pero mis pensamientos no me dejan.
No sé cuánto tiempo me tomó para dormirme. Lo último que recuerdo es la cara de mi chico del café.

No lo toquen, perras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora