Damián.Pip pip pip pip
Un sonido que no había escuchado en mucho tiempo, este era el único atisbo de esperanza que tenía, pero también era algo de lo que me quería deshacer, aunque ahora daría lo que fuera para recuperarlo. Desde los quince hasta los veinte años cerraba los ojos y rezaba para que mi padre abriera los suyos, pero nunca funcionó. Pasaba todas la fiestas y mi cumpleaños junto a él esperando buenas noticias en cualquier momento. Cuando iba al instituto salía corriendo nada más tocaba el timbre para pasar la tarde con él y cuando empecé a estudiar en la universidad, conducía horas y horas para seguirlo viendo.
Mi madre volvió a casarse cuando yo tenía dieciséis años y aunque quisiera decir algo malo del señor Christian, no podría. Él siempre fue una buena persona conmigo y siempre me trató de la misma manera en la que trataba a Jack, aunque con este ultimo me costaba relacionarme y casi nunca hablábamos, teníamos nuestros momentos de cercanía pero son tan escasos que podría contarlos con los dedos de una sola mano. La mala vibra entre nosotros aumentó después de que yo me fuera al extranjero tras el fallecimiento de mi padre y en este momento es aún más palpable, todo por la señorita que está junto a mi ahora mismo.
Selena esta junto a mi sentada en una silla con su cabeza tumbada sobre la cama del hospital y su mano sujetando la mía con fuerza. Esta es la primera vez que me despierto antes que ella y la veo dormir. Joder como la echaba de menos. Su pelo cae sobre su rostro y lo aparto con la mano que tengo libre para admirarla mejor, es hermosa. No entiendo su tira y afloja conmigo, pero ahora que está aquí no pienso soltarla y si tengo que usar la excusa del hospital para que se quede, lo haré encantado. El saber que ella le gusta a Jack no es algo que me vaya a echar hacia detrás. Juego con su cabello y sigo mirándola. Ella empieza a abrir sus ojos y los levanta hasta los míos, hay ligeras ojeras debajo de sus ojos y de repente deja caer una lágrima.
—Lo siento, lo siento, lo siento muchísimo. No sabía que eras alérgico, de haberlo sabido yo...
—Shh, tranquila no pasa nada.—la callo cuando empieza a sollozar y cojo su mano que aún está enganchada con la mía para darle un beso. Ella deja de llorar y me mira perpleja. Aparta su mano y se limpia las lágrimas.
—¿Te duele algo? ¿Quieres que te traiga algo?—habla rápido y su preocupación hace sonría internamente.
—Te quiero a ti, aquí conmigo, así que no vayas a ninguna parte.—ella calla y no dice nada, solo me mira con una expresión de tristeza y culpabilidad.
—¿Te encuentras bien?—pregunta evadiendo mi respuesta de antes. Creo puedo aprovechar esta situación.
—De hecho me duele la tripa y estoy mareado.—miento.
—No te muevas de ahí, voy a llamar a un medico.—entra en pánico y empieza a hablar rápido, se levanta y cojo su brazo tirando de ella hasta que cae sobre mi. Suelta un pequeño grito de sorpresa, pero se paraliza cuando ve lo cerca están nuestros labios. Miro sus labios hipnotizado y con mucho deseo de volver a probarlos.
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Shameless
Romance¿Qué pasa si el mejor sexo de tu vida acaba siendo tu jefe? Selena vive en la ciudad con su mejor amiga, su vida consiste en compaginar sus estudios con su trabajo. Nada del otro mundo, pero cuando el hijo del dueño del cabaret en el que trabaja, Da...