¿Qué pasa si el mejor sexo de tu vida acaba siendo tu jefe?
Selena vive en la ciudad con su mejor amiga, su vida consiste en compaginar sus estudios con su trabajo. Nada del otro mundo, pero cuando el hijo del dueño del cabaret en el que trabaja, Da...
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Hace un año.
Al parecer la facilidad con la que las personas entraban en mi vida, era la misma facilidad con la que salían de ella, solo que esta última dolía. La mayoría de ellas tenían la costumbre de hacerme quererlos y después acabar con todo mi amor y cariño, saliendo de mi vida o echándome de la suya. Y al a mis veintiún años sigo sin entender eso y sigo convirtiéndome en la broma de todo el mundo y ellos en personas de mi pasado que solo saben romperme.
—Realmente no eres tú, soy yo.—Soltó James mientras me regalaba una de esas miradas de compasión, lo cual hizo que sintiera una irá tremenda en vez de sorpresa o tristeza. Pero también sentía como mi corazón se estaba rompiendo.
—No eres tu, soy yo ¿Enserio?—pregunté con rabia.—Te tenía por alguien más creativo, James.—dije demostrando solo mi rabia y no lo mucho que me dolía.
—Selena, yo...
—No te preocupes, de hecho acabas de ahorrarme un gran sufrimiento.—eso lo confundió. De hecho me confundió hasta a mi misma, al parecer había llegado mi momento de hablar sin pensar.—Yo ya quería romper contigo desde hace semanas, solo que no sabía como.—a James se le escapó una de esas sonrisas arrogantes suyas.
—No te creo.
—¿Porqué no?—puse mi cara más inocente—nunca me entiendes, la tienes pequeña, siempre te olvidas de lo más importante y besas realmente mal.—mentira. Todo es mentira. La sonrisa se borró de su rostro y yo me dispuse a recoger mi bolso para salir lo más rápido de aquí. Sentía que me iba a echar a llorar en cualquier momento.—Adiós James, que...
—Selena, sabes una cosa...—sujetó mi brazo antes de que me fuera. Sus ojos fríos como el hielo se encontraron con los mios.— Realmente estamos rompiendo por tu culpa, tu actitud tan fría y tan distante es realmente molesta.
—¿Fría? Así que para ti he sido muy fría contigo ¿No?—él no dijo nada. De hecho no le hacía falta decir más, había dado justo en el clavo. Cogí la bebida que había encima de la barra y se la tiré por encima de la cabeza.—Lo de que la tienes pequeña iba muy enserio.—el arrepentimiento era muy evidente en su mirada, pero no me permití a mi misma quedarme ahí de pie. Salí del bar y empecé a caminar por las solitarias calles.
Creí que él era diferente, por alguna razón me permití diseñar un futuro demasiado rosa. Tonta Selena, tonta. Todos son iguales. Sentí lo más parecido al amor con él, le conté cosas que solamente Sam sabía y después me llamaba fría. Perdí mi virginidad con él. Desde luego al principio sí que me mostré algo fría, pero era por la tendencia de la gente a irse de mi vida sin ninguna razón. Le dije te quiero un mes después de que él me lo dijera, pero se lo dije y para mí no era fácil. ¿Porqué? No seré la persona más cálida del mundo, pero con él lo intenté, y vaya si éramos cálidos en la cama. El sexo era fenomenal, se muy bien que para él también. Que lo jodan.
