Mi primer pensamiento es volver y tirarle la caja en la cara pero intento aguantarme a pesar de que la idea es muy tentadora. Empiezo a morder mis uñas mientras voy de un lado a otro por el salón. Se supone que ahora mismo debería estar disfrutando de mi sueño reparador, pero claro, tal y como ha estado haciendo últimamente ha logrado salirse con la suya. ¿Pero cómo puede una persona ser tan hipócrita? Fue él mismo el que dijo que no me iba a molestar más y ahora ¡me envía mi sujetador! el cual deje en la habitación del hotel hace un año. Ademas ¿qué hacía él con mi sujetador durante todo este tiempo? ¿Será un pervertido? Mira quién habla.
Este hombre me va a volver loca. Vuelvo a leer lo que pone en la tarjeta. Miro por la ventana y ya ha dejado de llover, oh no, eso es demasiada tentación. Miro la hora, bueno podría faltar a la primera hora. Mi madre me acabará matando por su culpa. Me pongo una chaqueta por encima y meto la maldita caja elegante en mi bolso. Diosito apiádate de mi por favor. La calle está vacía, pero por suerte logro coger un taxi, el cual me deja justo enfrente del cabaret.
—¿Tu no te habías ido hace una hora?—pregunta el tipo de seguridad.
—Tendrás que soportar mi presencia un poquito más.—me regala una sonrisa falsa y se la devuelvo.—¿Sabes si el jefe sigue dentro?—le pregunto y cruzo los dedos mentalmente para que me diga que no está.
—Si ¿Porqué?
—¿Cómo que porqué? Ademas ¿A qué vienen tantas preguntas?—suspira con cansancio, seguramente se ha pasado todo el turno lidiando con adolescentes con las hormonas revolucionadas que quieren entrar a esta hora. No sé como sus familias les dejan estar hasta tarde, yo a su edad mi madre me preguntaba hasta a dónde iba cuando me levantaba del sofá. Ves Selena, ya te pareces a tú abuela y todo, muy bien sigue así.—En fin yo voy a entrar ya, adiós.
No espero a que me conteste, ya estoy lo suficientemente nerviosa como para lidiar con más preguntas o comentarios. ¿Porqué haces estas cosas Selena? ¿Porqué no puedes quedarte en casa durmiendo? Callo mis pensamientos, ya es demasiado tarde, ya estoy aquí y no pienso volver a mi casa sin recuperar algo de mi dignidad. ¡¿Pero este quién se ha creído que es al enviarme el sujetador?! Me armo de valor y tapo mi perfil con el bolso, no quiero que Tom y Lydia me vean. Preparo una buena bronca en mi mente mientras empiezo a subir las escaleras. Ahora si que me va a ver la verdadera cara. Una vez enfrente de la puerta la abro furiosa y sin tocar. Mala idea.
Él esta durmiendo sobre su silla con un montón de papeles encima de la mesa más otro montón a su izquierda. Pobrecito, debe de haber estado trabajando mucho. ¿Y la dignidad Selena, dónde está? Me recuerdo a mi misma el propósito de mi visita. Toso con fuerza para despertarlo, a pesar de que una pequeña parte de mi quiere sacar el móvil y hacerle fotos. ¿Cómo puede seguir estando tan bueno mientras duerme? Normalmente la gente está en su peor aspecto mientras duerme, con ronquidos, babas y la boca abierta, pero él está, está, está perfecto. Un poco de dignidad, por favor. Vuelvo a toser con más fuerza y al final se despierta. Al principio está confundido por mi presencia, pero después sus ojos bajan a la caja que hay en mis manos y se forma una sonrisa de las grandes en su cara que me da unas ganas de estampar la caja elegante en su cara, a ver si después sigue sonriendo así. Cálmate Selena y di no a la violencia contra idiotas guapos.
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Shameless
Romance¿Qué pasa si el mejor sexo de tu vida acaba siendo tu jefe? Selena vive en la ciudad con su mejor amiga, su vida consiste en compaginar sus estudios con su trabajo. Nada del otro mundo, pero cuando el hijo del dueño del cabaret en el que trabaja, Da...