D I E C I O C H O

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Selena.

-¿No vas a quedarte más tiempo?-le pregunto a mi madre mientras arreglo su bufanda.-Aún no te he enseñado muchas cosas y tampoco te he llevado a todos los buenos lugares a los que quería llevarte.

-¿Tanto has crecido que quieres llevarme a buenos sitios ahora?-dice apretando mis mejillas.-Si no es un antro no quiero nada-me guiña un ojo y mira a Sam.-Sam cielo cuídate mucho.

Sam va hasta mi madre y le da un abrazo.

-Usted también cuídese mucho.

-No he tenido el tiempo de hablar de esto, pero tu madre quiere que la llames. No sé qué ha pasado cariño, pero sigue siendo tu madre y te quiere mucho.

Sam no dice nada y la entiendo, yo tampoco sabría que contestar. Miro de reojo a mi madre por decir eso y ella me da un codazo.

-¡Mamá, por Dios el autobús!

Cojo su maleta y empiezo a correr para dejarla junto a la de los otros pasajeros. Cuando acabo veo a mi madre detrás de mi.

-¿No tendría que haber dicho eso?

-Puede ser-veo el arrepentimiento en sus ojos-Pero no te preocupes, tienes razón y Sam seguro que te ha entendido.

-¡Pasajeros del autobús quince cojan sus asientos!-grita el conductor.

-Mamá, la otra vez no hablamos muy enserio, pero no quiero que sigas en contacto con ese amigo, la deuda está pagada ya no hay razón para que siga hablándote o para que Malcom nos moleste.-mi madre parece querer decir algo, pero al final asiente.

-Está bien Selena.

-Te echaré tanto de menos.-la abrazo con lágrimas en los ojos.

-Ahh, por eso siempre coges mis llamadas-me río.

-El amor se expresa de muchas maneras señora madre.-nos llenamos de besos hasta que finalmente ella sube al autobús. Me quedo esperando en la parada hasta que el autobús sale de mi vista, entonces vuelvo hasta Sam.

Sam esta con la mirada perdida, como su mejor amiga se perfectamente que pasando dentro de su cabecita. Estará pensado en que si sus acciones han sido las correctas o si su felicidad vale más que el visto bueno de sus padres.

-Bombón-con una mano le doy una cacheado en una nalga y paso la otra por sus hombros y ella rueda los ojos ante mi coqueteo.

-¿Te apetece ir a la uni?

-¿Me apetece? No, ¿tengo que ir? Si. Hay una beca que mantener mi ciela.

-Tienes razón-el desánimo en su voz me hace sentir culpable.

Cojo su mano y la pongo en mi frente.

-No me notas hoy como muy caliente, osea no caliente de lo buena que estoy, sino que caliente de fiebre.

-No, tu fiebre parece estar bien.

-No sé yo, como que estoy tosiendo más de lo normal-hago una tos falsa, Sam parece captar mi intención y sonríe.

-Creo que una vuelta por el centro comercial te vendría bien.

-¿Tu crees?

-Absolutamente.

-¡El autobús!

Grito al ver como el autobús arranca apara irse. Sam y yo empezamos a correr de la mano hasta llegar al bus, por alguna razón siempre es el mismo conductor el que nos pilla en nuestros peores momentos. Nos hacemos hueco entre la multitud de gente y nos apañamos para estar de pie todo el camino hasta el centro comercial.

ShamelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora