C U A T R O

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Selena

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Selena.

Mi corazón estaba latiendo a la velocidad de la luz, vale quizá este exagerando un poco, pero de verdad que mi corazón estaba latiendo extremadamente rápido. En cambio sus ojos se movían lentamente al igual que sus labios. No podía ser, había pasado muy bien desapercibida la noche anterior. ¿Qué vas a hacer ahora, idiota?

Su facciones no habían cambiado obviamente, pero había algo en él que si había cambiado si me fijaba demasiado. Su sonrisa ahora estaba más suave, el hoyuelo de su mejilla izquierda estaba un poquito más marcado. Tenía la barba de hace unos cuantos día probablemente. Su postura, sus ojos, todo en el emanaba seguridad.

—¿Perdona?—bien, vas a hacer como que no recuerdas al mejor sexo de tu vida, muy bien Selena, cada día te vuelves más lista.

—¿Cuánto tiempo piensas seguir escondiéndote?—pregunta sin mover sus manos de mi cintura. Su rostro está agachado y tan cerca del mío que tengo que ir con cuidado para no rozarnos.

—Lo siento, creo que me estás confundiendo con alguien, porque yo no te recuerdo.

—¿No me recuerdas?—repite mis palabras con un tono divertido. Bien Selena, sigue así. Nótese mi sarcasmo.

—Quiero decir que no te conozco, porque yo nuca olvido una cara.—me mira con atención y yo lo único que quiero hacer es salir corriendo, sigo pensando que México sería perfecto para mudarnos. Se acerca un poco más y yo dejo de respirar. ¿Acaso quiere matarme indirectamente?

—Bien, debo haberte confundido con una chica que conocí hace un año. Tuve con ella el mejor sexo de mi vida ¿Sabes?.—oh no. Empecé a toser como una idiota por haberme atragantado con mi propia saliva. 

—¿En serio? O sea me alegro, quiero decir que tengo que volver al trabajo señor...—y ahí me doy cuenta de que sigo sin saber su nombre. 

—Damián.—se presenta dándome la mano. 

—Selena.—me presenté yo.

—Selena,—repite mi nombre con un tono que me parece el más sexy que he oído nunca.

—Selena.—vuelvo a repetir mi nombre.

¿Sabéis esos momentos en los que te quedas perdida en los ojos de alguien sin sentir ninguna incomodidad, simplemente miras sus ojos y esa persona mira los tuyos? Eso es exactamente lo que me está pasando. Por alguna razón quitar la mirada de la suya me parecía algo imposible. Su nombre seguía retumbando en mis oídos. ¿Porqué su nombre también tenía que ser sexy? En un despiste mis ojos bajan hacia sus labios y recuerdo la forma con la que me había besado. En como besó mis muslos, mi vientre y mi sexo. Siento como el calor sube por mis mejillas y vuelvo a mirar sus ojos los cuales van de mis labios a mis ojos. Se acerca un par de centímetros más y yo no me muevo de mi sitio.

—¡Selena por el amor de Dios! ¿Porqué tardas tanto en tirar la basura?—Tom entra gritando y del susto yo también grito. Su voz fue perdiendo fuerza cuando vio con quien estaba y lo cerca que estaba de él. Su boca permanece medio abierta y sus ojos van de mi a él.

ShamelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora