Selena.—¿Algo de beber?—sí, tú. Damián me pregunta mientras deja su chaqueta sobre uno de los sofás. Me quedo en la entrada apoyada en el marco de esta mientras disfruto de la vista. Sé perfectamente lo que hay debajo de su camisa y sus pantalones, lo cual tan solo aumenta el deseo interior que siento por él. Me lo imagino levantándome de las piernas y estimándome sobre la mesa de cocina. Un pensamiento tan pequeño como este consigue despertar un cosquilleo en mi parte íntima y disminuir considerablemente el ritmo de mi respiración, pero a la vez acelera los latidos de mi corazón.
Damián se gira hacia mi y sé que la lujuria y el deseo que siento se reflejan en él. En un segundo lo tengo delante de mi. Sus manos se posan en mi cintura y el tacto de su piel contra la mía hace que un pequeño jadeo se me escape. Agacha su cabeza y a cerca sus labios a los míos, cierro los ojos esperando el beso más apasionado de mi vida, pero este tarda en llegar. Lo miro y un sonrisa ladea en la comisura de sus labios.
—Así que a quién podemos considerar ganador señorita Selena.
Acerco esta vez yo mis labios hacia los suyos y cuando tan solo nos separan un par de milímetros me vuelvo a separar. Llevo mi mano hasta su vientre y la deslizo lenta y tortuosamente hacia abajo, cuando consigo un gemido de su parte me siento poderosa. Cambio el rumbo de mi mano hacia arriba, hasta su pecho y entonces lo empujo un poco, alejandolo de mi. Bajo su atenta mirada doy un par de pasos hacia detrás sin apartar mis ojos de los suyos bajo un tirante del vestido, luego el otro. Ahora solo tendría que dejar de soltar el vestido para que esté caiga al suelo, y eso es lo que hago. Mis pechos quedan al descubierto para él. Bajo la vista hasta su erección. Esta vez soy yo la que sonríe. Sus ojos estudian todo mi cuerpo despacio y sin prisa, desde el vestido tirado en el suelo hasta mis senos y finalmente mis ojos. Con paso lento camino sobre la pequeña distancia que nos separa. Se vuelve a agachar para besarme y me vuelvo a apartar. Me gusta esta mirada de deseo incontrolable en sus ojos. Cojo una de sus manos y la empiezo a pasar desde mi cuello hasta mis senos y de ahí a mi vientre, la bajo un poco más hacia abajo y está vez soy yo la que jadea.
—Selena, me estás volviendo loco.
Deja su mano debajo de la mía y se agacha para besarme, esta vez cegada por el deseo cedo y le devuelvo el beso. Tal y como me imaginaba este beso esta siendo el beso más apasionado de mi vida. Parece que los escasos milímetros que nos separan son demasiado y ambos hacemos lo posible para estar tan pegados como nos sea posible. Con mi mano aún sobre la suya la bajo aún más abajo rozando ya mi sexo, esto envía placer a todo mi cuerpo y nubla todos mis otros pensamientos. Damián toma el control sobre su mano y empieza a acariciarme jugando conmigo, dejándome al borde de sentirlo todo a la vez. Tan solo soy capaz de concentrarme en el placer que siento y en besarlo. Deja de besar mis labios y pasa a mi cuello llenando de mordiscos y besos, sigue bajando y llega a mis pechos y pasa un tiempo tortuoso en cada uno. Cuando empieza a dejar una fila de besos desde mi vientre hasta mi cadera siento mis piernas temblar. Él sigue bajando hasta que finalmente se pone rodillas ante mi. Deposita un beso encima de mi sexo y yo me siento al borde de la locura.
—Déjame darte placer Selena.—su voz grave, sus palabras y su mirada me dejan sin la capacidad de contestar, tan solo soy capaz de asentir.
Empieza a bajar mis bragas y al mismo tiempo deposita besos por todas partes cerca de mi sexo. Saco las piernas de las bragas con su ayuda y también me ayuda a quitarme los tacones. Vuelve hacia mi sexo y me mira antes de volver a el. Nunca creí que era posible distinguir tanto deseo con claridad en la mirada de una persona, pero los ojos de Damián me transmiten eso, me transmiten un deseo insaciable y sé que mis ojos se ven igual, porque yo también siento un deseo insaciable hacia él.
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Shameless
Romance¿Qué pasa si el mejor sexo de tu vida acaba siendo tu jefe? Selena vive en la ciudad con su mejor amiga, su vida consiste en compaginar sus estudios con su trabajo. Nada del otro mundo, pero cuando el hijo del dueño del cabaret en el que trabaja, Da...