—Bien, voy a escuchar y vosotros os vais a explicar.Miro a los cuatro hombres frente a mi; Tom, Liam, Jack y Damián. Uno con el ojo morado, otro con el labio roto, otro con la mandíbula morada y otro con todo eso. Suspiro y los miro uno por uno esperando una explicación o lo más parecido a eso.
Cuando salí de casa después de persuadir a mi madre, no esperaba encontrarme con este panorama.—¡Selena! Yo solo quería separarlos y mira como estoy.—Tom viene hasta mi lloriqueando y me compadezco de él. Tom jamás se metería en una pelea si no es para separar.
—Deberías ir a ponerte algo de hielo.—toco su ojo morado y él pone una mueca de dolor. Sale por la puerta y miro a los tres restantes.
—Yo solo estaba ayudando a mi mejor amigo. —reclama Liam y eso me coge por sorpresa.
—¿Mejor amigo? ¿Desde cuándo?—bufo.
—Desde está mañana.—contesta como si fuera la cosa más normal del mundo y miro a Damián.
—Me ofrecí a llevarlo está mañana en coche.—Damián se encoge de hombros restándole importancia.
—Es tu jefe no tu amigo.—escucho a Jack hablar por primera vez desde que llegué.
—Pues claro que es mi mejor amigo ¿Tu sabes el vínculo que se crea después de escapar de la casa de...
—Tú calla y ven aquí.—Sam lo arrastra y se lo lleva fuera. Le doy las gracias internamente, lo último que quiero es echarle sal a la llaga.
Solo quedamos Jack, Damián y yo. Los miro a los dos y sinceramente no sé quién está peor que el otro. Ni que fueran adolescentes para emplear la violencia para solucionar las cosas. Nunca he estado en una habitación con tanta tensión. Al ser hija única siempre envidié a las personas con hermanos, creía que tenían un vínculo especial o algo por el estilo, pero ahora viendo a estos dos, creo que necesitaré reflexionar sobre el tema.
—¿Porqué estáis haciendo esto?
—Yo no tengo que explicar nada.—Jack pasa por mi lado y lo paro.
—Jack, espera.—le paso el pequeño bote de crema para heridas y espero a que lo acepte. Lo acepta y sale de ahí sin siquiera dirigirme una mirada.
Ahora solo quedamos Damián y yo en su despacho. Él empieza hablar pero lo callo y hago que siente en el sofá mientras saco el otro bote de crema para heridas.
—No sois adolescentes, sois los suficientemente mayores para saber que la violencia no lleva a nada.
—Ayer fuiste muy violenta con Tiffany.—muerdo mi lengua ante sus palabras y pongo la crema de golpe sobre sus labios.—¡Ay, ay!
—Perdón ¿Te ha dolido?
—Mentirosa.—mi enfado desaparece un poco al ver el hoyuelo que se forma en su mejilla cuando sonríe de forma burlona a pesar del dolor que le debe causar. Su sonrisa hace que pueda convertirme en una idiota irracional en cuestión de segundos.
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Shameless
Romance¿Qué pasa si el mejor sexo de tu vida acaba siendo tu jefe? Selena vive en la ciudad con su mejor amiga, su vida consiste en compaginar sus estudios con su trabajo. Nada del otro mundo, pero cuando el hijo del dueño del cabaret en el que trabaja, Da...