XVI

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2015.

-Tommo, la chica del Audi ya está aquí—anunció Josh, su compañero de trabajo, a unos metros de él—escúpele en algún asiento por mi-

Dijo molesto y provocando una sonora carcajada en el ojiazul, éste dio una última vuelta a la tuerca que faltaba y salió de debajo del coche.

-¿Y eso a qué se debe?-

-La tía está buena pero es un grano en el culo—rodó los ojos con pesadez pasándome un trapo para limpiarme las manos—no ha parado de insistirle a su novio que venga a por ella porque este sitio es muy "antihigiénico"-

Louis negó con la cabeza divertido mientras se limpiaba los restos de aceite, tenía un poco de sudor pegado a su espalda y el calor abrumador de pleno julio no ayudaba para nada.

-Será la típica niña mimada—dijo Louis comprobando el auto por última vez—ni sabrá lo que son los escapes-

Josh asintió dándole la razón.

-La diré que pase para que se vaya de una vez, malditas pijas—hizo una mueca de asco—espero que no te la folles amigo.-

Murmuró marchándose de nuevo con repugnancia, Louis volvió a reír ya que su amigo no tenía nada de paciencia con las típicas niñitas de papá que venían con sus coches de lujo.

Y desde que dejó a Eleanor no ha parado de insistir que se folle a todo lo posible, por muy extremo que fuese el caso.

Cogí mi libreta donde tenía varios problemas del auto apuntados, por inercia miré al lado de ésta donde se encontraba mi cadena.

Me la volví a poner dejándole encima de mi camiseta, ya que solía trabajar sin ella por miedo a que se perdiese en algún auto.

Harry.

Tragué saliva al pensar en él, como era habitual, y sacudí mi cabeza tratando de olvidarlo en este momento.

Me aparté el sudor con el dorso de mi mano, y con mi otra mano peiné un poco mi cabello, debía de cortármelo pronto ya que estaba casi por mis hombros.

Leí algunas anotaciones hasta que sentí unos tacones acercarse, por suerte al estar las puertas del garaje abiertas conseguía visualizar a la perfección a la chica que se acercaba hacia mi.

Y como Josh había dicho se trataba de una pija de ciudad.

Rubia, ojos azules, alta, y vestida con una vestido veraniego y tacones, era realmente bonita a decir la verdad pero su supuesta actitud me había echado hacia atrás.

-Hola, tú debes de ser Camille, la dueña, soy Louis el mecánico—dije de forma amable mientras me acercaba a ella y la tendí la mano en forma de saludo, pero ella hizo una mueca sonrió con incomodidad sin estrecharme la mano, rodé los ojos sin que pudiera verme—he arreglado algunos engranajes que estaban algo sueltos, y he cambiado el motor a uno con más-

-¿No le habrás hecho ningún rasguño a mi bebé verdad?-

Me interrumpió de forma abrupta mientras miraba con detenimiento y preocupación su coche rojo, alcé una ceja observando como se paseaba alrededor.

-No, claro que no—murmuré un poco extrañado pero volví la mirada a mi libreta—lo que le decía es que al cambiarte el motor a uno de mejor calidad puede que al arrancar sea un poco-

-Ugh que asco—volvió a interrumpirme haciendo una exageradamente cuando sin querer apoyó su mano en mi mesa de trabajar—si hay una sola mancha asquerosa en mi bebé tendremos un serio problema-

Suspiré pesadamente y apreté mi agarre en mi libreta, tuve que contar mentalmente hasta cinco para evitar escupirla en la cara.

Odiaba la parte de cara al público, yo era feliz trabajando con mis motores y no atendiendo a estúpidas pijas que se gastaban el dinero de papi en coches que ni sabían cómo iban.

J U S T  T O O  Y O U N GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora