VIII

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2006.

Un golpe.

Otro golpe.

Y otro más.

Harry abrió los ojos todavía aún adormilado y giró su rostro hacia la ventana, donde provenían ese maldito e irritante ruido que no le dejaba conciliar el sueño.

Una pequeña piedra volvió a golpear parte de su ventana.

Refunfuñó algo sin sentido y caminó hacia la ventana arrastrando algo de sus sábanas por el suelo, sus pies descalzos consiguieron erizar su piel al sentir el frío del piso.

Abrió la ventana y miró al frente.

-¿Qué mierdas haces Lou?-

Preguntó un poco molesto al observar a su mejor amigo en la ventana de enfrente, tan solo a unos metros de distancia, con su pijama y pequeñas piedras en sus manos.

Éste se encogió de hombros.

-Me aburro-

Harry gruñó.

-¿Y por eso me tienes que despertar?—giró su rostro hasta el reloj de su habitación y abrió los ojos como platos—son las cuatro de la mañana mamón, cuenta ovejas o algo-

Louis rodó los ojos y se apoyó aún más fuera de la ventana, balanceando sus pies en el aire.

-No puedo dormir, al parecer tomarme dos cafés no ha sido tan buena idea-

El ceño del rizado se relajó y sin poder evitar soltó una sonrisa, le era imposible no hacerlo siempre que se trataba de las ocurrencias de su mejor amigo.

-Pero si a ti no te gusta el café-

Le acusó apoyándose en la ventana al igual que él.

-Lo sé—le sonrió de lado y se encogió de hombros—lo odio, está asqueroso y encima no te deja dormir, no sé porqué los adultos toman tanto de esa mierda-

Harry sonrió aún más, se rascó un poco la cabeza sintiendo la mata de rizos molestarle un poco la nuca.

-Según mi hermana te ayuda a estudiar mejor—dije agarrando la cadena de mi cuello y jugando con ella por incercia—se pasa las noches despiertas bebiendo eso mientras estudia-

Louis sonrió como un idiota al visualizar la cadena de oro de su mejor amigo, y por instinto acarició la suya por encima de la camiseta del pijama.

-No quiero crecer y estudiar más—se quejó el ojiazul con una mueca—odio el instituto-

Harry asintió jugando con la letra L que colgaba de su cuello, ladeó la cabeza y miró por unos segundos a Louis.

-Sólo te quedan tres años Lou—intentó animarle, aunque él hizo un berrinche que hizo que soltase una pequeña risita—tonto no te quejes, a mi me quedan cuatro-

Y la desgracia de Harry consiguió hacer reír a Louis, el rizado giró los ojos, era habitual que su mejor amigo se burlase de él.

La risa del ojiazul se fue apagando hasta que quedasen ambos en silencio.

Harry miró a Louis.

Louis miró a Harry.

El verde y el azul se mezclaron, se fundieron, se entrelazaron, se enamoraron aún más sin saberlo.

Louis sonrió de lado al pensar en una idiotez.

-¿Y si nos escapamos?-

Harry alzó ambas cejas y soltó una carcajada sin esperarse aquello.

-¿Escaparnos? ¿A dónde?-

Louis se encogió de hombros aún sonriendo, sus pies se balancearon y miró hacia el cielo totalmente estrellado, la luz de la luna y las pequeñas y fugaces estrellas les alumbraban a ambos.

Y consiguió arriesgarse a decir que los ojos de Harry eran más bonitos que todas esas estrellas.

-Cualquier parte—volvió a mirarle y sonrió aún más al darse cuenta que él también le estaba mirando—solos tú y yo-

Harry le brincó el corazón.

-San Francisco-

Louis frunció el ceño y sin poder evitarlo una ladeaba sonrisa amenazó con salir de sus labios.

-¿San Francisco?—pestañeó varias veces—¿porqué?-

Esta vez fue el rizado quien se encogió de hombros, bajó la mirada un poco sonrojado ante la curiosa y penetrante mirada de su mejor amigo.

-Están las mejores galerías de arte—explicó y levantó la mirada con atrevimiento—me gustaría ir...algún día, y quizás ver mis fotografías ahí-

Dijo realmente ilusionado, pasó la lengua por sus labios un tanto nervioso pero no dijo nada más, sus verdes ojos miraron al frente y casi se sintió desfallecer en el momento en que la perdida mirada del ojiazul se encontraba sobre él.

Louis suspiró embobado al ver hablar Harry de algo que le apasionaba por primera vez.

Lo sentía.

Sentía algo por su mejor amigo.

-Iremos a San Francisco Hazz—dijo Louis totalmente enserio—te lo prometo.

Y Harry también sonrió porque ambos sabían que las promesas del ojiazul jamás se rompían y siempre, siempre, se cumplían. Y aquello le hacía realmente feliz al rizado.

-Pero solos tú y yo—avisó el mayor y sin disimularlo nada hizo una mueca de asco—no traigas a Taylor-

Harry mordió el interior de su mejilla para ocultar una grata sonrisa que amenaza por salir, miró divertido al mayor y sintiendo como su corazón cada vez latía más rápido.

Había pasado un año y no había podido desmentir sus sentimientos.

-Ya no estoy con ella—dijo el rizado sin ninguna pizca de tristeza—era muy pegajosa-

Louis alzó ambas cejas sorprendido y hizo todo el esfuerzo posible para ocultar su felicidad, mordió su labio inferior sin dejar de mirar a aquellos ojos verdes que no le dejaban dormir, aparte del café por supuesto.

-¿Estás soltero y entero para mi Styles?-

Harry soltó una carcajada.

-Lo estoy Tomlinson-

Y con atrevimiento le guiñó un ojo que consiguió que el mayor de mirada azul se sonrojara un tanto sorprendido por ese lado coqueto que no sabía que tenía su mejor amigo.

Ambos siguieron hablando por el resto de la noche sobre sus sueños futuros y miles de promesas más que harían en unos años cuando tuviesen el suficiente dinero y responsabilidad.

Las pequeñas estrellas en el cielo fueron las únicas presentes en ver como los corazones de ambos chicos latían con fuerza y sus emociones y sentimientos aumentaban con cada gesto o mirada.

A Harry le gustaba Louis y eso estaba bien.

Era lo único que estaba bien en ese momento.

Aunque le fuesen a romper el corazón dentro de poco.

Seguía estando bien.

J U S T  T O O  Y O U N GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora