Capitulo 31

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Narra Sofía

Sofía por favor pásame esas papas—exclama mi madre señalando una fuente de patatas doradas detrás de mi,
sin dudarlo se las pasó y ella se las lleva al comedor.

Hoy es el funeral de Valeria, están todos apunto de llegar al velorio, Alex se pudo contactar con algunos amigos que tenía Valeria, ellos vendrán y gente del pueblo que les conmovió la noticia y vendrán a mostrar apoyo hacia nosotros.

Salí de la cocina y doy un gran salto cuando Alex aparece enfrente de mi—¡Me asustaste!—exclamé.

—Perdón, quería avisarte que ya llegaron algunos amigos de Valeria, el cuerpo lo traen en media hora más y después de eso estaremos aquí dos horas y nos iremos al cementerio—exclama algo nervioso.

—Si lo se Alex, yo planeé todo.

—¡Oh verdad!, bueno no está mal hacer un recordatorio.

—Tu tranquilo, todo va a salir bien, Valeria tendrá un hermoso funeral—exclamé dándole una mirada esperanzadora.

Da un bocado de aire—Esta bien.

—¿Y tu cómo estás?—exclamé notando la angustia en sus ojos.

—No te dire que bien porque estoy echo pedazos, cada vez que piens...—Alex baja la cabeza sin poder terminar.

Me acerqué rápidamente y lo abrace, él de inmediato me devolvió el abrazo y acomode mi cabeza en su pecho.

—Tranquilo—exclamé sobándole la espalda—Se que esto es difícil pero más adelante saldrás adelante, es obvio que cuesta, la amabas, pero con el tiempo esa herida se irá curando y cuando recuerdes a Valeria será con felicidad y sabiendo que diste todo por ella cuando Valeria estaba contigo, pero no te rindas—exclamé mientras Alex sollozaba.

—Tengo que demostrar que estoy bien, para planear todo esto, pero no puedo, me cuesta trabajo ya demostrar ser fuerte, me han dado tantos golpes en la vida que ya no quiero más, todas las personas que amo las pierdo.

—No tienes porque demostrar nada, tú tienes sentimientos es obvio que estás sufriendo y ahora estás débil, no tienes porque demostrar estar bien eso te hará peor porque no liberarás todo ese dolor que tienes dentro de ti y todo eso después será una tortura para ti.

Alex no dijo nada y se separó de mí—Iré a la sala—exclamo alejándose de mi.

Después de unos minutos la gente empezó a llegar, ya todos estábamos aquí, los chicos me ayudan atender a la gente mientras otra consola a las personas que lloran frente al cajón de Valeria.

El ambiente está delicado, la gente está en silencio, los amigos y compañeros de trabajo lloran en la sala.
Al fin de cuentas Valeria tenía muchos conocidos y todos están aquí hoy.

—Amor—exclama Tayler rodeando sus brazos en mi cintura y dándome vuelta.

Le doy una dulce sonrisa—Hola.

—¿Estas bien?.

—Si, solo un poco cansada, hay mucha gente y atender a todos agota.

—Si quieres puedes descansar un momento, Valentina con Peyton pueden seguir solos por un rato.

—No, no te preocupes, no los dejaré solos igual deben estar estresados y cansados, toda la noche tuvimos que quedarnos despiertos para arreglar el velorio.

—Está bien, Alex n...

Tayler no logra terminar ya que Valentina llega y lo interrumpe—Ya llegó el auto de la funeraria, nos iremos ahora.

—Está bien—exclamé separándome de Tayler.

***

Estamos todos alrededor de el ataúd de Valeria mientras el padre dicta unas palabras, los amigos de Valeria lloran mientras a Peyton le cae una lagrima por la mejilla, Valentina mira con algo de tristeza junto con Tayler y yo, pero Alex está serio, solo mira el ataúd, se que está más que dolido pero a él siempre le a costado mostrar sus emociones.

—Bueno por último dejare para que alguien diga unas palabras—exclama el padre.

Unos de los amigos de Valeria se seca las lágrimas y da un paso adelante—Bueno creo que no todas las personas que están aquí conocían a Valeria, ella era una persona fantástica, a pesar de todo los problemas que tenía y los traumas junto con el dolor que ella arrastraba siempre sonreía y te trasmitía alegría, ella era de esas amigas que siempre te iban apoyar, si uno estaba mal ella aunque estuviera peor iba hacer lo posible para sacarte una sonrisa, ella...—el chico baja la cabeza sin poder terminar mientras lágrimas caen por sus mejillas—Ella no se merecía estar acá,...no lo merecía—exclama en llanto.

Después de unos segundos de silencio por las palabras del chico el padre da un paso adelante—¿Alguien más quiere dar unas palabras?.

Todos miramos a Alex creyendo que diría algo pero...,nada. No dijo ni una palabra.

El padre dando un  suspiro cierra la biblia que está en sus manos—Bueno.. , por favor—da una señal para que Alex tirara un puño de tierra.

Alex tomó un puño de tierra y lo tiró al hoyo donde estaba el ataúd.

Todos tomamos un puño e igual lo tiramos, después de que los más  cercanos tiraran la tierra uno de los jardineros comenzó a tirar la tierra con una pala.

El chico que había dado las palabras comenzó a llorar y abrazó a la chica que estaba detrás de él mientras tiraban la tierra.

A algunas  de las personas se les caían un par de lágrimas mientras que otras  pocas  simplemente miraba apenada, Tayler se secó unas pocas lágrimas y quedó mirando serio al igual que Alex, Peyton, Valentina y yo.

El jardinero terminó de tapar con tierra y puso una capa de césped  junto a la lápida.
Después de que la gente comenzara a dejar las flores comenzaron a irse.

Toda la gente se fue y quedamos solo los chicos y yo.

—Bueno ya es hora de irse—exclama Peyton discretamente.

—Yo me voy contigo—Exclama Valentina.

—¿Ustedes se van?—exclama Peyton mirándonos.

—Yo me quedaré—exclama Alex serio mirando la lápida.

—Nosotros nos vamos igual—exclamé tomando a Tayler de la mano.

—Buenos adiós Alex—exclama Peyton.

Todos nos despedimos de Alex y comenzamos a caminar  hacia el auto.

Narra Alex

Los chicos se fueron y me senté de piernas cruzadas en el césped.
Saque un cigarrillo de la caja que estaba en mis bolsillos y lo puse en mi boca.

Encendí el cigarrillo y di un suspiro mientras solo se escuchaba el canto de algunos pájaros en el bosque.

El cementerio está cerca del bosque, casi está en el bosque.

Solo, en completo silencio y con un cigarrillo en mi mano, comienzo a llorar.

Lágrimas salen lentamente sin parar de mis ojos, mientras un vacío siento en el pecho.

—¡Mira lo que me causaste maldita camarera!—exclamé riendo.

Ese era su apodo cuando me retaba o trataba de ponerme nervioso, simplemente lo ocupábamos en la intimidad.

—Ya me haces tanta falta, no puedo creer que estés enterrada aquí,¿Y nuestros planes?, ¿Nuestro proyecto de irnos y mandar todo al carajo?—exclamé en lágrimas—¡Ya hice  pagar a Alejandra!, tú muerte  esta vengada pero nadie te traerá de vuelta de nuevo... si nunca hubie...—no logro terminar y agacho  la cabeza sollozando —¡Te amo!...,¡Te amaba carajo y nunca te lo dije!.

El pasado  vuelve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora