Capitulo 14

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Narra Valentina.

Me dolió verlo desordenado porque se que estaba pasando. Me dolió ver a la chica bajar con tanta confianza en él.

¡No se que me está pasando!, ¡Por eso tenía miedo a sentir algo de nuevo por alguien!.

Subí a paso seguro hasta la habitación de Alex mientras él me seguía.
Llegue y comencé a buscarlo revolviendo todo.

Alex trataba de tomar mi mano pero yo me corría para que no me tocara—¡Vamos Valentina!, ¿Que te ocurre?, ¿Por que estás enojada?.

—¡No estoy enojada!—exclamé lo más fría que pude.

—Vamos Valentina, se que te ocurre algo.

Encontré mi arete y traté de salir pero Alex se puso enfrente de mi—¡Alex sal¡—exclamé nerviosa ya que él estaba sin polera frente a mi.

¡Se ve tan sexy!, su espalda tan grande, sus pectorales tan grandes, sus perfectas facciones tan marcadas me traen loca.

¿Pero que te ocurre?—pregunto tomando mi mentón haciendo que lo mirara a sus ojos.

¡Sus perfectos ojos!, ¡Tan, tan verdes!.

Alex quiero irme solamente—exclamé nerviosa mientras Alex me aferraba más a la puerta.

—Valentina vamos, lo de la otra vez solo fue un beso—me da una sonrisa pícara.

—¡Lose carajo!—gritó clavando mi mirada en sus ojos.

Alex puso sus manos al lado de mi cabeza rodeándome—Valentina...—exclama acercándose a mi rostro—puedo ponerte así de nerviosa, ¿Por que conmigo no te acuestas en la primera noche?, vamos, podemos acostarnos y ya.

Sin pensarlo estampe mi mano en su cara—¡No te permito que te refieras así de mi!, si me acuesto con hombres en una noche es porque puedo y porque se me da la maldita gana!.

Alex me miro sorprendido y me beso, entrelazó su lengua con la mía.
Una electricidad se apodera de mi, cada músculo se contrajo. Alex me tomó de la cintura y me aferro más a él.

Di un impulso y Alex me tomó, puso sus manos en mi trasero mientras sentía como el bulto en sus pantalones crecía.
El me pego a la puerta y comenzó a besar mi cuello, comencé a bajar mis manos mientras él me tenía en sus brazos, Alex empezó a subir mi vestido y dejar a descubierto mis bragas.

¡No Valentina!, ¡El no te quiere, no te ilusiones más!.

Lo empuje y baje mi vestido acomodando mi cabello, él me miro confundido y yo abrí la puerta bajando rápidamente las escaleras para que no me alcanzara.

Llegue abajo y Sofía con Valeria me miraron sorprendidas, Sofía entendiendo lo que había pasado se paro rápidamente del sillón.

Alex llegó abajo y me extendió su mano—¡Toma, tu aro!.

Lo tome y me di vuelta de inmediato, Sofía abrió la puerta y se despidió de todos menos yo.

¡Quiero ya irme de aquí!.

Narra Sofía.

¡¿Que?!—exclamé sorprendida.

Cuando Valentina bajo asumí que había pasado pero no tanto como lo que me contó.
Estábamos en mi habitación acostadas, nos venimos de inmediato a mi casa después que salimos de la casa de los chicos.

—¡Si!, nunca imagine que pasaría eso, y ademas me dejó muy claro que solo soy su diversión, es por eso que tenía miedo a sentir algo por alguien y cuando lo siento, mata todas mis expectativas sobre volver a tener a alguien a mi lado.

—Pero debías saber cómo es Alex, siempre fue así, había cambiado antes pero volvió diferente, volvió como siempre fue.

Valentina se acomoda en mi pecho—Extraño a Peyton.

—No sabes cuánto yo igual.

—Con él todo era diferente, me sentía bien, me sentía protegida, amada...

—Lose, es difícil aún superarlo, pensar que an pasado dos años desde su...su muerte y aún duele.

—Creo que nunca volveré a sentir lo que él me hacía sentir, con Alex fue Yam fuerte el sentimiento que creí que sentí lo mismo, pero no lose, esa electricidad nunca la sentí desde que Peyton murió, creí que siempre sería la que se divierte con los hombre pero llega Alex y se divierte con migo.

Horas después...

Estaba poniéndome un chaleco para salir al cementerio, ya es de noche y me gusta ir cuando solo la brisa del viento se hoye en  el lugar , Valentina ya se fue a su  casa así que puedo ir.

Iba caminando hacia el cementerio, la noche era muy fría, la niebla divagaba por todo el pueblo y las luces eran escasas.

Llegue al cementerio y me salte una reja, caminé entre la niebla y la oscuridad hasta llegar a la tumba de Peyton.

Me senté y di un suspiro—¡Hola!—exclamé para mi—quería venir, han pasado tantas cosas, Tayler supo que tuve un hijo, bueno siempre supe que algún día sabría—una sonrisa sale naturalmente de mi rostro—¡Te necesito tanto!.

Miro hacia el cielo pintado de estrellas y cerré los ojos dando un suspiro.

¡Esta tranquilidad no se paga con nada!.

—¡Yo te elegí como mi mejor amigo por tus pequeñas imperfecciones qué para mi te hacían tan perfecto. No te elegí porque pensábamos igual, es más, te elegí porque eras unas de las personas que se animaba a combatirme, porque con un abrazo, una llamada y un mensaje me alegrabas el día, porque siempre estabas ahí para apoyarme...—sollozo—porque para mi eras y serás siempre el mejor amigo que pude tener y...y yo no soy de decir estas cosas pero de lo único que no me podría arrepentir es de elegirte como mi mejor amigo—lágrimas caen por mi rostro.

¡Lo necesito!, necesito sus abrazos, necesito su apoyo, necesito que esté conmigo, que me diga 'siempre estaré contigo'. Esas pequeñas cosas nunca las tome tanto en cuenta y ahora me arrepiento de cada pelea, de cada vez que nos enojábamos, y me arrepiento de no haberlo abrazado tan fuerte la última vez. Mierda me arrepiento de que no te haya aprovechado.

—¡Ojalá nunca te hubieses subido  a ese maldito auto!—gritó llorando, un mar de lágrimas se apodera de mis ojos, mis pies estaban plantado al césped húmedo sin poder moverme.

Sentí como unos brazos rodean mi cintura.

Ese olor  tan Perfecto que nadie lo tiene, esa electricidad que nadie me causa se apoderaban de mi.

¡Tayler!.

Reaccione y me separé de él dándome vuelta—¿Que haces aquí?.

—Escuché unos llantos y vine a ver—exclamó mientras nuestras miradas estaban conectadas por completo, el estaba navegando en mis ojos y yo en los de él.

—Bueno ahora sabes que no hay nadie puedes irte.

—¿Por que me evitas?.

—No te evito, simplemente no quiero verte ni estar contigo.

—Eso es evitarme.

—¡Claro que no!.

¡Quería tranquilidad!, pero claro desde que llegó él no la e tenido en ni un momento, siempre tiene que estar ahí para arruinarlo.

El pasado  vuelve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora