Capitulo 12

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Dolía, dolía demasiado, todas las palabras que le dije a Tayler eran verdad pero...a la vez mentira. Me dolía hacerle daño, me dolía ver su rostro tan triste como si cada palabra mía fuera un disparo.
A él no le dolió dejarme o a lo mejor si pero nunca volvió sabiendo que yo me moría por dentro.

Cuando se fue Tayler caí en la cama llorando, estaba sentada en mi cama ahogándome en mi pena y mis pensamientos.

Decidí pararme y ponerme un chaleco para salir.
Me puse un chaleco negro y salí de mi habitación, ya eran las 1:30am, todos estaban durmiendo.
Tome mis llaves y salí de la casa.

Quería caminar un rato, de hace mucho no hablaba con nadie sobre el tema de mi hijo y me pone muy mal el tema.

Iba caminando por el pueblo y el silencioso abundaba, las luces del pueblo no eran muchas y algunos postes parpadeaban dejando en completa oscuridad por unos segundos.

Seguí caminando por el centro del pueblo y escuché unos gritos que venían de un callejón.
Me acerqué sigilosamente y me asomé para ver qué estaba pasando.
De inmediato vi a una niña más o menos de unos 15 años siendo forcejaba por unos tipos de más o menos de unos 32.

Entre en el callejón y unos de los tipos se dio cuenta de mi presencia, era un tipo gordo, tenía un tajo en la cara y no tenía mucho pelo, traía unos jeans cafés con una sudadera blanca manchada con cerveza y algo de sangre.
El otro señor era muy flaco, traía una chaqueta de cuero y unos jeans azules, tenía un bigote y su pelo era gris, tenía un aspecto asqueroso y muy temible a la vez.

El tipo flaco tenía pegada a la niña en la pared sosteniéndole las manos mientras besaba su cuello y la niña lloraba, la niña traía un vestido floreado que estaba arriba mientras él tipo la tocaba.

¡Hijos de puta!.

¡Déjenla!—gritó enojada y el tipo flaco suelta a la niña haciéndola caer llorando mientras se acariciaba los ante brazos.

El gordo me da una sonrisa y mira al otro—Mira Pancho, doble premio—exclamó el gordo mientras se acercaba a mi.

El flaco me mira de pies a cabeza y se acerca lento a mi—Nuestra noche de suerte—exclama el tal Pancho.

Los dos me rodean y me comen con la mirada—¡Es la noche de suerte para mi!—doy una risita sarcástica.

—Mira una valiente—ríe el gordo.

El flaco me toma de la cintura aferrándome a él mientras yo forcejeo—No te retengas, te lo meteré tan duro que no podrás caminar niñita—exclamó el flaco.

¡Que asco!.

El gordo  se iba acercar a tocarme y doy una patada hacia atrás empujando al flaco, el gordo trata de tomarme pero en un movimiento rápido lo tomó de la cabeza y le muerde el cuello extrayendo cada gota de sangre mientras todos incluyendo la niña gritaban.

El gordo aún con conciencia trata de sacarme pero lo desnuco.

—¡Que!...¡Que mierda!—grita el flaco tratando de correr pero alguien de capucha aparece de la nada y le muerde el cuello.

¿Quien mierda es?.

Me trasladé rápido hacia el tipo y le saque la capucha.

¿¡Alejandra?!.

Ella tira el cuerpo a un lado y me da una sonrisa pícara—Hola Sofía, tanto tiempo sin verte—exclamó mientras yo aun sigo en shock y la niña sigue llorando.

—¡Alejandra!...Que...¿Que haces aquí?.

Ella da un suspiro y se agacha para abrir el cuerpo del flaco—Volví para cobrar algo que me debes—exclama mientras habré el cuerpo.

¿Y a esta que le pasa?.

La miro sorprendida—¿De que mierda me estás hablando?—exclamé acercándome a ella.

—Sabes perfectamente Sofía—me da una sonrisa—hiciste que Tayler me echara de su casa, me tuve que ir por tu culpa, estaba enamorada de Tayler y tú echaste a perder todo.

—Espera, espera, yo no hice nada, tu sola fuiste la que arruinaste eso, Tayler estaba enamorado de mi, no de ti, si tu te hiciste ilusiones con él no es mi culpa, y si es de Tayler de quien hablamos, te lo regalo, no me importa, pero a mi no me vengas a molestar.

—Valla, valla, ¿Es que te rompió el corazón?—exclama dándome una sonrisa fingida.

—Yo y él hace mucho que ya no estamos juntos, si quieres anda y trata de enamóralo, pero sabes que no se va a poder, porque sabes que él siempre a estado enamorado de mi—me acerco a ella quedando frente a frente—Nunca pero nunca pudiste superarme o ser mejor que yo, sabes que Tayler siempre te quizo como amiga, yo siempre fui la más importante para él, y lo sigo siendo, así que no pierdas tu tiempo en el pueblo—exclamé irritada.

Alejandra me da una risita sarcástica—Y si le importas tanto ¿Por que te dejo votada en tu transición?.

—¿Y dime porque volvió Alejandra?—exclame en un tono satisfecho.

Alejandra me fulmina con al mirada—Eres una pu...—no alcanza a terminar y me agarra de la nuca estampando mi cabeza contra la pared.

En un movimiento brusco me zafo de su amare y la agarró del cuello—¡Ya no soy la misma Alejandra!, ya no soy la misma niña débil, ahora soy mucho ma fuerte que tú, porque soy mitad humano y mitad Vampiro, lo sabes perfectamente bien , no te quiero ver mas en el pueblo porque la  próxima vez, te mato—exclamé fulminándola con la mirada.

La solté y callo al piso sobándose el cuello.
La niña que estaba tirada comenzó a correr y yo la agarre del brazo mientras ella lloraba y Alejandra estaba tirada tosiendo.

—¡Ey!, te irás y no le contaras a nadie lo qué pasó nunca—exclamé mirándola fijo a los ojos para hipnotizarla.

La niña sacude la cabeza mirando a su alrededor confundida. Comienza a caminar y Alejandra se para trasladándose a ella y mordiendo su cuello.

—¡Noooo!—gritó enojada—¡Que carajos hiciste!.

Alejandra tira el cuerpo de la niña sin vida y se acerca a mi—¡Si fueras mejor que yo, sabrías que en este mundo no se deja ni un cómplice ni si quiera porque la hipnotizas!.

—Pero...pero ella...no...no tenía que morir ¡carajo!—gritó mientras lágrimas caen por mis ojos.

¡Estaban a punto de violarla y yo la salve!.
¡Podía tener una vida sin acordarse de esto!.

Alejandra me da una mirada y se va del lugar,me agache para abrir el cuerpo del gordo y de la pobre niña.

Deje los cuerpos ahí tirados y me fui del lugar. Ya tenía sueño así que me iba a mi casa.

Estaba en mi cuarto acostada mirando el techo, la luz de las estrellas y la brillante luna pasaba por mi ventana alumbrando parte de mi habitación, la noche era fría y un leve viento entraba por mi ventana entre abierta  que causaba el movimiento leve de mis cortinas.

No me gusta esta vida, no me gusta estar matando a gente que no se lo merece, nunca debí convertirme, creo que si Tayler hubiese estado conmigo en todos el proceso sería mucho más fácil pero...sería la misma vida de asesinato que llevo.

¡Nunca debí conocer a Tayler y arruinar la vida de mi familia!.

El pasado  vuelve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora