Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)

II. Juego

Hola hola hermosuras ! Aquí les dejó otro capítulo, especialmente dedicado a aquellos que aprecien el romance...o...algo así. Jeje No olviden dejarme sus votos y comentarios ! Comentarios sobre todo :)

Los dedos de Devnet se cirnieron sobre la empuñadura de la daga que mantenía oculta bajo su manga, mientras que obligaba a sus ojos a acostumbrarse a la oscuridad. No era tan estúpida como para gritar "¿Quién está ahí?" y delatar su posición. Sin hacer ruido, manteniendo la espalda contra las puertas de las pesebreras de los caballos, se deslizaba lentamente hacia la salida, cuando una mano le tapó la boca para evitar que gritara y tiró de ella hacia la oscuridad. Devnet se relajó al cabo de un momento, sonriendo contra la familiar palma que la hacía callar. La sombra la arrastró hasta un rincón oscuro dónde se almacenaba el heno limpio. La empujaron violentamente contra la pared y la mano en su boca fue reemplazado por unos labios demasiado familiares besándola con una pasión al rojo vivo.

Devnet gimió suavemente en aprecio, separando sus labios y permitiendo que su lengua jugara una lucha lenta y sensual con la otra que estaba explorando vorazmente su boca. En la oscuridad, sus manos se cerraron alrededor de los duros músculos de un par de antebrazos, se trasladaron al norte hacia la cabeza y finalmente se hundieron en la espesa mata de rizos, acompañadas po un suspiro satisfactorio por parte del hombre .

Las manos de Lancelot viajaron por sus caderas, aferrándose a los firmes muslos de la chica sobre la falda de su vestido, alzando sus piernas entorno a su cintura. Le tomó sus mejillas sonrojadas en la oscuridad, y de mala gana rompió el contacto de sus bocas, lo que la hizo gemir en señal de protesta.

-Sigue-volvió a atraer los labios del hombre sobre los suyos, sintiendo que estaba probando el Cielo. Él sonrió contra su boca, besándola con avidez, como si no pudiera tener suficiente de ella.

-Que acaso no era ... -murmuró en broma, entre los besos fervientes que compartían-¿Un idiota arrogante? -.

Devnet se echó hacia atrás lo suficiente para observar los ojos negros de Lancelot. Se echó a reír.

-Lo eres-se mordió el labio inferior seductoramente-Pero también eres terriblemente atractivo-.

Lancelot sonrió y la besó de nuevo, estámpandola contra la pared con su cuerpo hasta que no había espacio si quiera para el aire entre ellos. Trazó un camino de besos ligeros a lo largo de su cuello. El roze de sus barba corta causaba escalofríos directamente hasta los huesos de Devnet. Trazando círculos suavemente sobre las caderas de la muchacha, Lancelot enterró la cara en el pequeño hombro blanco, succionando suavemente el punto sensible en el hueco entre el cuello y el hombro. Devnet tuvo que morderse la lengua para ahogar un grito de placer. "Dioses, por favor que no haya nadie cerca para oírnos. Eso sería demasiado embarazoso ". Se rió, aunque más por las cosquillas de la barba de Lancelot en su clavícula que por la idea de ser atrapados.

-Si ese romano te vuelve a llamar así, te juro que lo mato-gruñó el hombre en su cuello.

-¡Ja!-exlamó ella, a la vez que le desabotonaba el chaleco de cuero con una sonrisa-Eres el mayor hipócrita del mundo por decir eso-.

-Lo sé-.

Encontraron sus labios en otro beso ardiente que los dejó sin aliento al instante, pero se negaban a separarse para respirar. Luchaban por encontrar una manera de coger un poco de aire sin interrumpirse. La agonía que eso suponía era entoxicante. Las manos de Devnet finalmente estaban dentro de la camisa del hombre, y podía sentir el ritmo enloquecedor de su corazón bajo la palma de su mano. Los músculos del pecho se tensaron bajo su toque. Él gimió suavemente cuando le arañó la piel ardiente.

Devnet se inclinó para trazar su cuello con los labios, saboreando el sudor que se ascentaba sobre la pálida piel mientras le empujaba la camisa sobre los anchos hombros. Lancelot inclinó la cabeza hacia atrás con una exhalación de satisfacción, y ella aprovechó de mordisquear su nuez de Adán antes de volver su atención a la clavícula.