Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)

XXV. La Cuna de la Leyenda (Parte 2)

SORPRESA, SORPRESA, SORPRESA.

Estoy tan emocionada que he llegado al punto en el que casi no siento nada por sentir tanto. ¡Finalmente hemos llegado! ¡El último capítulo! Ni siquiera sé que decir. Obviamente habrá un apartado especial para los agradecimientos, pero desde ya quiero expresar mi gratitud más humilde y colosal por todos mis maravillosos lectores que me han acompañado en esta historia desde hace ¿cuánto? ¿Dos o tres años? ¡Lo que es el tiempo! Finalmente hemos llegado a puerto después de un largo viajo. Veamos que encontraremos aquí. Sin mucho más que decir: el último capítulo de "Su Nombre Es Poema".

Su siguiente parada era su propia tienda, al fin. Devnet entró con un suspiro de alivio, ya fantaseando en un agradable baño caliente para deshacerse de toda la mugre, pero pronto descubrió que su tina ya estaba ocupada. Puso los ojos en blanco, escondiendo una sonrisa cuando Lancelot la saludó desde el agua.

Desde aquellos días en que Lancelot había estado confinado a la cama, se habían acostumbrado a dormir en la misma habitación. Desde entonces no se separaban, por lo que ni siquiera habían pensado en otra opción que no fuese compartir una tienda. Hubiera sido una pérdida de espacio. A estas alturas, todos se habían acostumbrado a verlos juntos, aunque nadie parecía tener un nombre propio para su relación, y menos ellos mismos. Simplemente eran algo natural, como la luna y las estrellas, juntas en el cielo nocturno. Seguían a sus sentimientos a donde fuese que les llevasen y estaban bien con eso por ahora.

Lancelot, como de costumbre, inmediatamente captó la pequeña sonrisa que curvaba los labios de Devnet.

- Te ves contenta. ¿Qué pasó? -preguntó desde la bañera, con la cabeza apoyada en el borde y los ojos repasando el pequeño marco de la castaña frente a él con una sonrisa mientras ella se desnudaba.

Devnet, ahora completamente desnuda, caminó de puntillas hacia la bañera, con piel de gallina, mientras daba inspeccionaba el agua con ojo crítico.

-¿Aún está tibia? -preguntó, ignorando por completo la pregunta del hombre de momento.

Lancelot le ofreció una amplia versión de su sonrisa ladeada y alzó una ceja burlona.

- Estarás conmigo. ¿Realmente importa? - bromeó, salpicándole un poco de agua en la cara.

Devnet chilló, levantando las manos para protegerse la cara, aunque las gotas ya le habían besado la piel. Riendo y rodando los ojos, entró. El agua quizás no estaba tan caliente como le hubiera gustado, pero aún no se había enfriado. Se sentó frente a Lancelot, enredando sus piernas con las suyas, las rodillas de tocándose.

-Mi abuelo me pidió que fuera la nueva embajador entre las tribus celtas y los britanos- confesó una vez que se encontró dentro pequeño círculo de confianza de la bañera. Ella llevaba una pequeña sonrisa al hablar, aunque sus nervios todavía eran evidentes por la forma en que se mordisqueaba el labio inferior.

-¿En serio?-Lancelot alzó ambas cejas esta vez -Pensaba que tu prima se encargaba de eso-.

-Sí, pero será reina ahora, y según Merlín ambos cargos no deben mezclarse. Una reina debe ser embajadora de toda su gente. Es un trabajo pesado, como el de un rey. Yo nunca podría manejarlo-.

-La realeza no es cosa para la gente común y sencilla, como nosotros-el hombre señaló con indiferencia, levantando un brazo para tocarle la cara y frotar su pulgar sobre la húmeda mejilla de la chica antes de dejarlo caer de nuevo en el agua, con la mano colgando sobre el borde de la bañera.

Devnet resopló, divertida-Lancelot, por favor. Tú y yo no somos ni comunes ni sencillos-.

Lancelot inclinó la cabeza, aceptando ese argumento con una sonrisa, ya que era indiscutiblemente cierto. Nada en ninguno de los dos era simple, desde la forma en que actuaban a la forma en que pensaban y, sobre todo, por la forma en que sentían.