Prólogo: Con los Chicos Grandes

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Hola gente ! Bienvenidos a éste fanfic de la película "Rey Arturo" de Anthony Faqua, estrenada en 2004. Algunos quizás notaron que tenía esta historia en inglés, y decidí adaptarla también al español. Espero que les guste, y no duden en dejar sus reseñas y comentarios sobre lo que piensan de los capitulos, la historia y los personajes, me encanta verla desde el punto de vista de los lectores, y además me sirve para retroalimentarme. (Y si por ahí me quiered dar un votito nunca esta de más *pone cara de YoNoFuí*) Jajaja sin mas rodeos, aquí los dejó con nuestra (a veces excéntrica) protagonista y su pandilla de esclavos (no de ese tipo, malpensados!)

—¡Arturo!

El grito a sus espaldas hizo que todos los niños mirasen sobre su hombro. Era como si un pajarito llamase a su futuro comandante; trinando sobre el bullicio de la calle principal del pueblo. Al principio, el grupo no vio nada.

Ahíseñaló Tristán, un muchacho con el pelo oscuro y despeinado, y tatuajes en sus pómulos. Su vista era tan buena como la de un halcón y divisó a la dueña de la vocesilla mucho antes de que ella apareciera, abriéndose paso entre las piernas de los que la rodeaban.

Era una niña menuda, no más alta que la rodilla de un hombre, luchando por llegar hasta ellos. Su cabello, castaño oscuro y ondulado, flotaba alrededor de su cara, echando sombras sobre sus regordetas mejillas sonrosadas. Tenía los ojos muy grandes, casi demasiado grandes para su infantil rostro pálido. Eran de una extraña mezcla de marrón moteado con azul, o tal vez azul moteado con marrón. Parecían brillar con suplicante inocencia;volviendola una criatura tan pura, que incluso el hombre más brutal no se hubiese atrevido a hacerle daño. Parecía un paquete, toda envuelta en pieles para protegerse de la mordida gélida del invierno. La nieve crujía bajo el peso de sus botas mientras incitaba a sus piernecillas regordetas a un trote.

—¿Quién es esa?preguntó un niño con el nombre de Gawain, con largas rastas de pelo rubio escapando bajo su gorro de lana, mirando a la niña con curiosidad.

Esa es Devyexplicó Arturo, incomodado por las miradas burlonas de los chicos que crecerían para ser sus caballeros algún díaEs la hija de sir Aynor. Me sigue a todas partes a veces, porque su padre era amigo de mi padre así que ... ya saben ... ella sólo ... me sigue ...

Los chicos sármatas mantuvieron un silencio respetuoso por un momento. Todos admiraban a Sir Aynor, un antiguo caballero sármata que había permanecido en Britania después de su servicio a Roma, porque se había enamorado de una sacerdotisa picta, sin duda la madre de la niña. Ahora Aynor instruía a los niños en su formación. Pero por mucho que lo admiraran, la idea de tener a su hija pescada de sus talones no les hacía mucha gracia.

Finalmente Devy los alcanzó. Normalmente, una chica de su edad y tamaño se habría sentido intimidada por los caballos que montaban, pero ella caminó entre ellos como si hubiese crecido entre sus piernas, y finalmente abrazó sus cortos bracitos alrededor de la pata del caballo de Arturo.

—¡También quiero ir!suplicó, de puntillas.

Arturo la miró, incómodo. No quería parecer tierno y débil frente a sus futuros caballeros, después de todo él sería su comandante, y los comandantes no prestaban atención a las pequeñas de cinco años.

No puedes, Devy. Vete a casarespondió, tratando de sonar severo sin herir los sentimientos de la niña. Sir Aynor atesoraba a su hija por encima del mundo entero, y había dejado bien claro que si la hacían llorar, les cortaría las orejas y luego los obligaría a comérselas.

Devy puso mala cara, sacando el labio inferior y haciendolo temblar.

—¿Por qué no?gimoteó.

Porque eres una críaintervino uno de los chicos. Devy lo miró con el ceño fruncido. Era un muchacho grandote, con una voz ronca y una cara redonda.

Disculpaespetó ella, poniendo las manos en sus caderas diminutas, un pequeño gesto que sin duda había copiado de alguna mujer de la fortalezaPero yo sé montar desde que tengo dos ... y por cierto, estas agarrando las riendas mal. La cabeza del caballo se supone que debe estar recta, no hacia la izquierda, grandísima ... grandísimabuscó en su limitado vocabulario de cinco años por un insulto adecuadoGrandísima vaca estúpidadeclaró finalmente, bastante satisfecha consigo misma.

Los chicos se rieron del fornido, burlándose del hecho de que lo había puesto en ridículo una niña de cinco años

Aparentemente no es demasiado pequeña para patearte el culo, Bors carcajeó uno.

-Deja que venga, Arturo-.

Devy se volvió hacia el muchacho que había interrumpido las risas; montado sobre un gran semental negro. Debía de terner unos nueve, porque se veía de la misma edad que Arturo. Había una pequeña sonrisa en el pálido rostro del muchacho. Su pelo oscuro y rizado, torcido en todas direcciones, caía sobre los ojos de carbón negro. La niña no pudo evitar sonrojarse levemente y mirar al piso, cavando en la tierra con la punta de su bota. Agitó sus pestañas tímidamente y sonrió.

-¿Qué?-el joven Castus parecía sorprendido por la petición de su compañero.

-Deja que venga-repitió el muchacho-Me causa gracia, es divertida-.

-No tenemos un caballo sobrante-gruñó Arturo. Había esperado tener una cabalgata sólo de muchachos para practicar su futura posición como comandante. No quería que Devy se robara la atención. Como siempre.

-Irá conmigo-dijo el muchacho, guiñando un ojo en dirección a Devy, lo que la hizo reír y alargar las manos hacia él para que la subiese. La sentó frente a él, rodeándola con sus brazos- De todos modos, tengo la impresión de que, incluso si no dejamos que venga, va a seguirnos en esas piernecitas regordetas que tiene-le dedicó una sonrisa de complicidad a la niña.

Devy aplaudió encantada, feliz de que alguien hubiese salido en su defensa; y fue a por las riendas.

-No, no, no-dijo el niño, sacándoselas de las manos-Si quieres venir, tendrás que dejarme usar las riendas, ¿de acuerdo?-.

Ella soltó un pequeño resoplido quejumbroso y asintió, dejándose caer contra el estómago del chico.

-Oh, está bien. Ella puede venir, supongo-se resignó Arturo, a sabiendas de que lo habría hecho de todos modos.

Espolearon sus caballos y se dirigieron hacia las puertas. Devy se sentía bastante importante y satisfecha consigo misma, pues había conseguido ir con los chicos grandes. Los muchachos estaban bromeando entre sí, salvo el que viajaba con ella.

-Entonces, Devy-rompió el silencio, con un tono amable-¿Cuál es tu nombre completo?-.

-Devnet-respondió ella, girándose para mirarlo-Significa "poeta". Mi madre me lo puso. Es un nombre celta-anunció con cierto orgullo. Extendió la manita y jugueteó con un pequeño colgante en el pecho del muchacho, con la forma de una bestia con colmillos: -¿Cuál es el tuyo?-preguntó.

El chico le sonrió suavemente, golpeando con ternura la punta de la nariz pecosa de la pequeña con su índice.

-Yo soy Lancelot-.

Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora