XXII. La Sangre de Britania

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Y aquí estamos, finalmente la Gran Batalla. El destino de esta historia se define. Fue un capítulo muy difícil de escribir. Hasta ahora los enfrentamiento bélicos en esta historia eran más o menos a distancia, pues Devnet suele pelear con su arco. Pero ahora la batalla será cara a cara, y es complejo narrar los hechos y las sensaciones cuando no los has vivido. Espero que el capítulo haya quedado tan vívido, épico y emocionante como pretendía (osea, que les ponga la piel de gallina) y que disfruten de él .

Como siempre, espero que dejen sus votos y sus comentarios al respecto, porque en verdad no hay nada más gratificante que el "feedback" de mis queridos lectores.

¡Un beso grande y disfruten!

PD: Dedicado a @MariaPilarGomezMarti en agradecimiento por sus votos :) ¡Muchísimas gracias!

Devnet estaba aterrorizada, negarlo no tenía sentido. "El miedo es natural, no debemos avergonzarnos de sentirlo, es nuestro instinto de supervivencia" su padre le había explicado una vez, hacía muchos años "Lo que no podemos consentir es que se tome el control sobre nuestras acciones".

Las puertas del Muro se habían abierto de nuevo y Devnet podían oír a los sajones irrumpiendo en el valle como una horda de bestias salvajes. Miles de ellos. Se aferró con tanta fuerza a su arco que los nudillos se le pusieron blancos. De repente, sintió el toque de una mano sobre su hombro. Devnet se volvió para mirar a Guinevere.

-Podemos hacer esto-le aseguró su prima con una sonrisa reconfortante-Somos guerreras-.

Devnet asintió y respiró profundamente, llenándose los pulmones con el aire de Britannia. El aroma de su tierra. De su hogar. Prefería que la maldijesen antes de permitir que aquellos brutos escandinavos se apoderaran de su tierra.

-Somos guerreras-repitió, sonriendo a pesar de su miedo. El miedo no era su enemigo.

-Mira-Guinevere le dio un codazo antes de señalar con la barbilla hacia las colinas que rodeaban el valle al sur.

Devnet miró en esa dirección y sonrió al distinguir las altas estructuras de las catapultas al mando de su abuelo. La imagen de aquellas enormes maquinarias de guerra masivos le infundió los ánimos necesarios para superar su miedo. Sonrió a su prima.

-Muy bien, mandemos a esos cabrones de vuelta al infierno del que se arrastraron-afirmó, alistando la flecha en su arco.

Tal y como habían sospechado, el ejército sajón se repartió entre los dos flancos, al juzgar por el sonido de los pasos que se acercaban rápidamente en su dirección. Guinevere ordenó traer aceite y fuego para encender las flechas y prender fuego a la zanja que había sido cavada previamente a lo largo del valle para dividir al enemigo.

Muchos hombres dieron un paso al frente, algunos cargando olla llenas de aceite y otros con antorchas encendidas. Recorrieron la línea de arqueros de cabo a cabo, prendiéndoles las flechas. La llama ardiente envió una oleada ardiente contra el rostro de Devnet, pero para ella, ese fuego letal era como una hermosa flor mortífera que florecía aún ante la adversidad. Como un pedazo de sol ardiente ensartado en la punta de su flecha.

-A mi orden-dijo Guinevere a continuación, alzando su arco en el ángulo preciso-Esperen a que hayan cruzado la trinchera-.

Devnet evaluó con la vista el campo de batalla, y se dio cuenta de que a su izquierda, cerca del cementerio de la fortaleza, unas figuras se adivinaban entre el humo. Jinetes. Uno se adelantó y con un vuelco de corazón, Devnet reconoció a Arturo, a pesar del humo. El centurión miraba a los Pictos, y sin una sola palabra, de repente alzó su espada.

Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora