Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)

XVIII. La Separación de los Caminos

¡¿Qué es esto?! ¡¿Una ilusión?! ¡Noooooo! Soy yo por fin subiendo este mardito capítulo después de dos vergonzosos meses de ausencia. ¿Qué puedo decir? La falta de inspiración, la gripe y las pruebas finales se me juntaron todas de una D: No saben como lo siento y espero que nunca vuelva a pasar.

Gracias a todos ustedes hermosos lectores de mi alma, por haber sido pacientes y fieles a esta historia. Son lo mejor del mundo y no lo digo sólo por decir.

Dedicado a CinthiaMendez2 en agradecimiento por sus votos; pero también a todos los demás en agradecimiento por su bendita paciencia.

¡Los AMO!

"Long live, the walls we crashed through.

I had the time of my life fighting dragons with you"-T. Swift.

*Cinco años atrás*

A mediados de julio, un brillante y ardiente sol extendía sus rayos sobre la tierra de Britannia, sumiéndola en el verano más caluroso que había visto en años, especialmente en el norte, a alturas del Muro de Adriano. La hierba lucía un color amarillento, los caminos estaban secos y polvorientos, los ríos llenos de los gritos de aquellos que nadaban en un intento de escapar del calor diario. A esa hora cercana al mediodía, el aire, por una vez, sólo podía describirse como caliente.

"Demasiado caliente" la espalda de Lancelot parecía protestar mientras trabajaba, sin camisa, bajo aquel sol abrasador. El sudor perlaba su piel, increíblemente bronceada teniendo en cuenta que siempre había sido pálido. Mientras alzaba el hacha sobre su cabeza una y otra vez, cortando leña que era completamente inservible en verano; sí, tenía que admitir que debió haberlo pensado dos veces antes de meterse con la esposa de ese señor romano en uno de los estados más al sur. Este castigo no sólo era una tarea completamente inútil, sino que también una especialmente tortuosa.

Dejando el hacha en el suelo, se enderezó y su brazo se flexionó para apartar los rizos negros que se adherían a su frente, exhalando por el cansancio y el tedio. Su pulso latía en sus oídos, sus músculos estaban agarrotados después de aquel constante esfuerzo, estaba acalorado y cansado, y, en general, más irritable que de costumbre. Además, estaba aquel maldito tintineo campante que no había cesado desde hacía una hora y lo estaba volviendo completamente loco.

"¡Oh, por amor a todos los Dioses, ahí está otra vez!"

- ¡¿De dónde carajo viene ese maldito ruido?!-estalló finalmente en voz alta, incapaz de soportarlo un minuto más.

A pocos pasos de donde se encontraba, la única persona lo suficientemente mal de la cabeza como para ponerse a entrenar en aquella hoguera volvió su atención a él. Devnet interrumpió su rutina de tiro al arco para mirar al hombre con curiosidad, la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado.

-¿Qué ruido? -preguntó, confundida. Estaba bastante segura de que no había oído nada. Sacudió la cabeza-No escucho nada-.

-Un maldito tintineo que va y viene y-¡Joder, ahí está de nuevo! -.

Devnet se estremeció al oír su grito y apuntó mal. Su flecha estuvo a punto de clavarse en la cabeza de un desafortunado mozo de cuadra que iba pasando por ahí. Después de gritarle una disculpa apresurada al pobre muchacho, la pequeña mestiza se volvió hacia Lancelot con el ceño fruncido y las manos en las caderas.

-¡Me asustaste! ¡Casi mato a ese pobre chico! -lo regañó.

-Me da igual su patético culo, olvídate de él. ¡Ese ruidito me está volviendo loco! ¿De dónde diablos sale?! -.