Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)

IX. La Dama Guerrera

Hola hola queridos míos...¡¿VIERON LA NUEVA PORTADA?! ¿No es linda? ¡¿NO ES LINDA?! Es hermosa, yo lo se. LBSilva (Lu) la hizo y quedo preciooooooosa <3 Si no les gusta...revísense los ojos queridos míos.

¿Como están? Me ha costado bastante escribir este capítulo, pero al final estoy satisfecha con el resultado, ojalá a ustedes también les guste. Porfavor, NO SEAN LECTORES FANTASMAS y dejenme sus comentarios y sus opiniones que me encanta leerlos. O al menos un voto, eso me haría muy feliz :D

La canción en multimedia me recuerda mucho a Devnet, y fue la que sacó este capítulo adelante también jajaja Disfruten <3

PD: dedicado a mi querida inquisidora de la ortografía HCTessa <3

GLOSARIO:

*Taing Mhór: "gracias" en gaélico.

Devnet despertó entre las mantas de su propia cama al día siguiente, aunque no tenía recuerdo alguno de cómo había llegado allí. Su rostro estaba pegajoso con los últimos rastros de lágrimas. Se recogió el pelo de la cara y frotó el sueño de sus ojos hinchados. Miro a su alrededor en busca de Lancelot, aún sabiendo que evidentemente él no estaría ahí. ¿Por qué la habría llevado a su habitación en medio de la noche?

Había amanecido hacía poco, observó al abrir su ventana para dejar entrar un poco de aire fresco. Aquello era extraño. Devnet no era precisamente una persona mañanera. Pero algo en el fondo de su mente la había despertado, como una especie de advertencia. Se trataba de aquel bendito momento justo después de despertar en el que las desgracias de las horas de vigilia aún no se recuerdan. Pero como siempre, no podía durar.

Los caballeros.

Saltó de la cama y se echó un vestido color verde oscuro, el primero que pudo encontrar, sobre la cabeza antes de salir corriendo. Ni siquiera se había molestado en ponerse zapatos, ajena al frío de la mañana. El barro estaba congelado bajo sus pies descalzos. Sus jadeos escapaban en pequeñas nubes de aliento condensado. Si algunos de los madrugadores que rondaban por el pueblo se sorprendió al ver a una doncella corriendo desbocada por la calle, con su falda volando hacia atrás por la velocidad, exponiendo sus piernas blancas como la leche, con el cabello desordenado y un vestido arrugado; a ella ni siquiera se le pasó por la mente.

El corazón le amenazó con cesar de latir cuando encontró los establos vacíos. El pánico se congeló en sus entrañas. Sus pies la llevaron en una exhalación a la puerta norte del Gran Muro. Seguro que no se irían sin avisarle. Claro que no se irían sin siquiera decirle adiós ...

Llegó al patio justo cuando las nubes de polvo dejadas por los cascos de sus caballos se disipaban con el viento. Buscó una respuesta que ya conocía entre los rostros de quienes la rodeaban. Vio a Vanora al otro lado de las rejas del patio. La pelirrojoa sacudió la cabeza con una sonrisa triste.

Devnet jadeó-¡No! -.

Recogió sus faldas y subió las escaleras del Muro de dos en dos. Un soldado romano se volvió hacia ella sorprendido y le tendió la mano para detenerla.

-Mi Señora, ¿qué está-

-¡Fuera de mi camino!-le gritó Devnet, empujándolo con desesperación. Esquivó a los centuriones que se encontraba a su paso y finalmente alcanzó el borde del Muro, sacando medio cuerpo afuera para mirar más allá. A través de las tierras salvajes al norte de la Muralla, Devnet apenas llegaba a distinguir diez caballos que se alejaban cada vez más. Arturo y sus caballeros. Y ella se había quedado atrás ...

-Ni siquiera me dieron la oportunidad de despedirme-susurró para sí misma. El viento se llevó sus lágrimas. La joven los maldijo, a los caballeros, a Roma, y a los dioses por su crueldad. El destino se reía de sus lágrimas y no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo, salvo rezar para que sus hombres, su familia, le fuesen devueltos sanos y salvos.