X. Petite y los Caballeros de la Mesa Redonda

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¡HOLO! *es "hola"* ¡HOLA! Les tengo un capítulo bien largo, bien surtido que ojalá les saque una sonrisa y les haga amar esta historia. Mi plan maléfico es volverlos bien adictos y que después me lleven a la cárcel (?) Ya me callo, me callo.

Como siempre, les pido que me dejes sus comentarios sobre el capítulo y que voten, que me hace mucha ilsuión. Aunque escriba para mi, ánimos me da ver que a los demás les gusta n.n #NoLectoresFantasmas

Un beso grande, querubines <3

PD: Dedicado a Olayar, que de la nada desperté y tenía diez votos suyos en esta historia!

PPD: Los que hayan entendido la referencia a Megamente en esta nota de autor comenten "jalapeño" xD

*Ocho años atrás*

Devnet avanzaba a saltitos por el pasillo, tratando que sus diminutos dedos blancos tocasen el suelo de piedra lo menos posible, estremeciéndose con cada pequeña mordida de la helada superficie sobre sus plantas. La muchacha no llevaba más que camisón, pero los cálidos rayos de la luz del sol se filtraban por las ventanas a lo largo del pasillo, anunciando que el tan anhelado verano estaba pronto a llegar a aquella tierra. El largo cabello castaño de la chica rebotaba en su espalda con cada salto que daba. Se sentía particularmente alegre esa mañana.

Al final del pasillo, se encontró con un par de gruesas puertas de madera que guardaban la entrada al dormitorio común de los caballeros sármatas. Una sonrisa algo traviesa jugueteó sobre los labios como de rosa de la chica. Luchó con ambas manos para girar las perillas de las pesadas puertas, tan silenciosamente como pudo, con el ceño fruncido por el esfuerzo, y las abrió apenas lo suficiente para que su delgado porte pudiese deslizarse dentro, cerrándola trás ella sin emitir sonido.

La habitación había sido probablemente alguna especie de comedor en el pasado, pero ahora, dos hileras de camas postradas contra la pared la recorrían de extremo a extremo, dejando un pasillo en el centro, y un estrecho espacio entre cada una de ellas. Desde el interior de esas camas, Devnet podía percibir las inhalaciones profundas y rítmicas de los caballeros, sumidos en sus sueños; y los ronquidos ocasionales de uno o dos. Aquí y allá, gruesas matas de pelo que variaban desde el oro blanco hasta el negro sin sombra brotaban como la mala hierba entre las mantas, enrroscándose en todas las direcciones, descuidadas por la almohada a lo largo de la noche. Los chicos y jóvenes hombres durmientes ofrecían una imagen tan pacífica, que sólo era de esperarse que aquello no durara mucho más tiempo. Devnet ahogó una risita femenina tras la palma de su mano.

Alguien había olvidado una pieza de armadura en el piso, al pie de una de las camas. La niña se agachó para cogerla, agarrando además un palo de la pila de leña de la chimenea. Retrocedió hasta apoyar su espalda en las puertas, respiró profundamente y luego se echó a correr por el pasillo entre las camas, golpeando la armadura con el leño y gritándo a voz en cuello:

-¡DESPIERTEN! ¡DESPIERTEN! ¡DESPIEEEEEERTEN!-chillaba, riéndose incontrolablemente.

El golpe del metal apenas lograba mitigar los múltiples rezongos y maldiciones de los chicos. Algunos se incorporaron de un salto en la cama y miraron a su alrededor, alarmados y algo desorientados. Otros golpearon sus almohadas con los puño y murmuraron insultos furiosos a la niña. Pero la mayoría simplemente se dio la vuelta y se tapó la cabeza con las mantas.

Cuando llegó al otro lado de la habitación, Devnet arrojó sus improvisados instrumentos sin cuidado y se subió a la primera cama a su derecha, saltando sobre el cuerpo enfurruñado de Bediviere.

-¡DESPIERTA! ¡DESPIERTA, BEDS! -Gritó, antes de saltar a la cama de al lado.

-¡Por el amor de todos los Dioses, alguien sáquela de aquí y enciérrala dentro de un maldito armario! -.

Su Nombre es Poema (TGWNWAP versión castellano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora