Capítulo 10

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Retiro lo que ayer había pensado, lo de que se acabó los miedos, las dudas y tal, menos mal que no lo dije en voz alta, no tenía ni idea de lo que me venía, adoro los lobos, es uno de mis animales favoritos, pero no me gusta que uno me persiga, porque eso es exactamente lo que me está pasando, el mellizo de los Magique se ha transformado en lobo y me está persiguiendo, porque por más que llamo a mi don de la mente para meterme en su cabeza, parece ser que el don se ha tomado este día de descanso, y solo con el viento no hago nada.

Tampoco es como que pueda pedir ayuda a Melody, ella está ocupada con la melliza, la cual ya ha mostrado su tercer don, el don de la refracción, al parecer es un don muy raro que permite desviar cualquier ataque de cualquier don, por lo que a mi amiga le está resultando imposible poder atacarla, y mientras, yo estoy haciendo otra maratón, que manía la de nuestros adversarios a que haga ejercicio, siempre corriendo, siempre corriendo, ¿no tienen nada para sacarme de golpe de la arena?, está visto que no, y yo lo preferiría.

-Melody, ¿tienes algún plan? - le pregunto jadeando, me estoy empezando a agotar, esto es como el primer día.

-¿Y tu segundo don?

-Parece que hoy es su día de descanso, no me hace caso.

-Pues andamos buenas.

-Sí, dímelo a mí.

Cuando me quiero dar cuenta, ya tengo al lobo al lado, y menos mal que mis reflejos actuaron a tiempo, porque si no, menudo bocado que me hubiera dado. El cambiaformas me gruñe, ¿por qué tenía que transformarse en lobo?, ¿no podía haber cambiado a un león o algo así?, no quiero que me fastidie uno de mis animales favoritos. La risa de la melliza es peor todavía que la de los Mystic Green, la suya es muy aguda e insoportable, casi parece la risa de una bruja chillona.

-¿Cómo aguantas la risa de tu hermana?, es super chillona - digo sin poder evitarlo, en verdad me dan ganas de arrancarme las orejas para no oírla.

El lobo me mira y mueve la cabeza como diciendo: lo sé, pero a todo uno se acostumbra; o al menos es la impresión que me da. Sacude la cabeza y me vuelve a gruñir, supongo que la pausa ya se terminó y volvemos a lo de antes, yo huir de él mientras el viento poco le hace y mi segundo don sigue perdido en el pasado, ¿para qué sirve un don que solo funciona cuando le viene en gana?, ¿tanto le cuesta ayudarme siempre que lo necesito?, está visto que sí.

En una de sus dentelladas, que casi no me da por poco, salto usando el viento para propulsarme, sé que dije que no volvería a hacerlo, pero prefiero arriesgarme a una mala caída, antes que un mordisco del lobo, en verdad pareciera que me quiere comer. Al final, con la suerte que tengo, que no sé cómo describirla, no calculo mi trayectoria y acabo chocando con la melliza, lo cual ocasiona que ambas perdamos el control sobre nuestro don y que caigamos estrepitosamente al suelo, yo encima de ella.

-Quítate de encima - se queja la chica debajo mío.

-Dame un segundo para recobrar el aliento, tu hermano no ha dejado de perseguirme y estoy agotada - digo sin quitarme de encima.

Ella chilla y patalea debajo mío, lo cual me resulta divertido, pero contengo mi risa. Cuando me quiero dar cuenta, estoy levitando, imagino que ella usó su don de la telequinesia para poder quitarme de encima. Vuelvo a intentar invocar a mi don de la mente para poder bajar, no quiero estar en el aire, está visto que solo me ocurren desgracias cuando me despego del suelo, bueno, tal vez desgracias no, pero me llevo más de un susto y casi siempre casi me golpeo feo.

Al final consigo deshacer su telequinesia de mi cuerpo, pero con tan buena suerte que vuelvo a caer sobre ella tirándola al suelo. Ella vuelve a chillar y patalear exigiendo que me quite de encima, pero esta vez no le hago ni caso, creo que me quedaré aquí un rato, se está muy cómodo, además de que mientras yo estoy con la melliza, Melody se está encargando del lobo, como debió ser desde un inicio, no se vale que ella siempre se escoja al miembro del equipo con el cual no tiene que hacer ejercicio, que se canse ella ahora.

-Juro que me las vas a pagar, maldita foca perezosa - chilla la insufrible.

-No soy una foca, pero sí soy perezosa, hazte a la idea de que vamos a estar así un rato.

En verdad que es asquerosa esta chica, sus chillidos me van a dejar sorda, ¿es que no sabe hacer otra cosa?, vamos, no soy tan pesada, ni siquiera peso 50 kilos, si la situación fuera a la inversa, me la quitaba de encima sin problemas, está visto que ella es peor que yo en educación física. Y hablando de educación física, Melody parece que por fin está haciendo algo de ejercicio al esquivar de vez en cuando al lobo, pero como ella sí tiene condición física, a diferencia de mí, no parece tener ningún problema.

-Se acabó, no aguanto más, me rindo, que me quiten a esta pesada de encima.

-Oh, vaya, Daniela Ferreira acaba de rendirse, ya solo queda uno de los Magique - dice el comentarista.

El árbitro me pide que la suelte, yo así lo hago, y la tal Daniela sale de la arena completamente cabreada mirándome con una mirada asesina, espero que no exista ningún don por el cual alguien puede mandar dagas por los ojos, porque si existiera y ella lo tuviera, ya estaría muerta de múltiples puñaladas. No sabía que una persona podía rendirse, eso no me lo había contado mi amiga, es bueno saberlo, y le pienso cantar las cuarentena por no habérmelo dicho.

-Melody McQuaid ha engañado a Jake Ferreira para que salga de la arena, ambos miembros de los Magique han salido de la arena, Las Cuarzos han ganado.

-Bien jugado con la melliza, no me esperaba que se rindiera porque tú no te quitabas de encima - dice Melody riéndose en lo último.

-Yo tampoco, que poco aguante - ella sigue riéndose - pero podías haberme dicho que una persona se podía retirar de un combate sin necesidad de que el árbitro te elimine o tú salgas de la arena.

-Bueno, creo que es obvio - se escusa.

-No para alguien que desconoce por completo todo esto - ella suelta una risilla nerviosa y yo solo bufo molesta.

Al salir del estadio, la familia de Melody nos felicita, principalmente a ella, en verdad que la actitud de algunos me está empezando a tocar mucho las narices. Melody parece notarlo, ya que sugiere que volvamos a casa y entrenemos algo antes de la cena, y sinceramente, lo prefiero a seguir aguantando a estos idiotas racistas, clasistas o lo que sean, nunca he oído de un caso de desprecio a otra especie, por lo que no sé qué nombre tendrá este desprecio.

-Vaya, vaya, ¿quién lo iba a decir?, la compañera de la joven McQuaid no es tan inútil después de todo - dice un señor que no conozco de nada, pero ya me cae como una patada al costado.

-Gregory Fernsby, que sorpresa más desagradable - dice el padre de Melody.

-¿Así no se llama el chico del otro día? - le pregunto a mi amiga en un susurro.

-Sí, él es el padre de Gregory - me responde.

-No entiendo por qué la gente le pone a su hijo el mismo nombre del padre, del abuelo todavía, pero del padre - le digo.

-Ya ves, es una tradición, no solo de tu mundo, también del mío.

-Lo dicho, ¡qué ganas!

-Nos vamos - dice el hombre a sus acompañantes, que son los chicos del otro día.

Nosotros también nos vamos, cada uno a su casa, salvo los padres de Melody, ellos dijeron que se iban de compras, no sé qué van a comprar, no pregunté. Nosotras por nuestra parte comimos un poco y nos pusimos a entrenar al rato, aunque yo menos que ella, ya me avisó la doctora que no debía excederme, y bastante tuve con el combate de hoy, ese chico me hizo correr demasiado, por suerte pude descansar un poco encima de su hermana, aunque no mucho por culpa de sus berrinches.

Potestatem: el torneo de los dones *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora