Capítulo 2

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-No me lo creo - digo completamente anonadada.

Melody ha convencido a mis padres, ¿¡¿cómo demonios los ha convencido?!?, no hay persona más cabezota que mi madre, todos los días tengo que mandarle algún mensaje por WhatsApp para que no se preocupe por mí, además de que siempre que he tenido algunos días libres en la universidad he tenido que volver a casa, y sin embargo ahora me dejan quedarme aquí si es necesario todo el verano, y no porque lo necesite para los estudios, sino por el simple he hecho de que Melody se lo ha pedido.

-¿Qué les has hecho a mis padres? - le pregunto segura de que algo les ha hecho.

-Solo he usado mi don de la mente - me dice con simpleza.

-¿Puedes alterar la mente? - flipo.

-Hasta cierto punto - me responde - pero el don de la mente no solo sirve para eso, sino que también puedo leer mentes, ver recuerdos, mover objetos.

-¿Así fue cómo moviste esos objetivos ayer?

-Así es - me responde con una sonrisa.

-¿Tienes otros dones a parte del de la mente?

-Sí, creo que se me olvidó decírtelo ayer, pero tengo cuatro dones: el don de la mente, la energía, los cuatro elementos y la sanación.

Asiento con la cabeza, ayer me contaron un montón de cosas sobre su mundo y el torneo que se va a hacer. Al parecer, todos los habitantes de ese planeta tienen desde uno hasta cinco dones, los cuales se desarrollan cuando uno cumple los 18 años, y se podría decir que hay niveles y categorías, como el hecho de que lo normal sea que una persona tenga uno o dos dones, tres es raro, cuatro muy raro, como lo es mi amiga, y cinco ya es épico, ha habido muy pocos casos en toda la historia.

Después están los dones en sí, los hay más comunes y menos comunes, en el caso de mi amiga, si no me falla la memoria, porque me hablaron de un montón de dones, tiene uno bastante raro, que es el don de la mente, otro raro que es el don de los cuatro elementos, ya que lo normal es uno o dos elementos, tres también es raro; otro poco común, pero que se suele dar, que es el don de la energía, y un don común que es la sanación, al parecer es un don bastante típico.

-¿Y yo cuántos dones puedo tener?, ya me habéis dicho que es variable, que los casos de humanos son muy distintos, pero así en general - pregunto.

-No puedo decírtelo con certeza - dice mientras se lo piensa - pero yo diría que dos o tres.

-¿Y cuándo tengo que ir a esa máquina que me dará los dones?

-Desgraciadamente, en estos casos hay que esperar hasta el día de inscripción.

-Entonces no tendré tiempo de practicar - me quejo.

-Pues no - dice en un suspiro - normalmente en estos casos se espera un año para que así el humano también domine su don o sus dones.

-Déjame adivinar, este no es como otros casos - ella me sonríe culpable.

-Lo siento, sé que debería esperar un año para que te acostumbres, pero en verdad quiero participar, llevo deseándolo desde los 8 años, he tenido suerte encontrándote justo antes de mi mayoría de edad, no quiero esperar más - me dice con ojitos de cordero degollado.

-De acuerdo, de acuerdo, ya veré cómo me lo hago.

Melody vuelve a sonreír como niña pequeña y sigue caminando mirando al frente. ¿Soy la única que ve venir la tormenta?, vale que aprendo rápido, pero tampoco soy capaz de aprender una cosa de un día para otro, menos unos dones que ni siquiera debería tener en primer lugar, y a eso hay que añadirle que todo se desarrollará en un torneo, un torneo de lucha especialmente creado para usar los dones, donde puedes salir herido como en cualquiera otra batalla, yo particularmente no lo veo.

Sé que cualquier persona normal con dos dedos de frente se negaría a semejante locura, el problema es que no soy normal, mi amiga mucho menos, su familia ya ni os cuento, soy demasiado curiosa para algunas cosas, me encanta la magia y esto realmente me suena a mágico, quiero conocer ese otro mundo que está conectado a este, tengo curiosidad por saber cuáles son mis dones, y lo más importante de todo, lo he prometido y mi amiga puede alterar mi mente si ahora digo que no.

-Ya hemos llegado - me anuncia Melody.

Me pongo a mirar a nuestro alrededor, y nada, solo puedo apreciar que estamos en un claro en mitad del bosque. Se suponía que íbamos a un lugar donde poder atravesar la fina línea que separa mi mundo del suyo, pero creo que se ha confundido de lugar, aquí no hay nada, solo naturaleza, y aunque me encanta la naturaleza, no es a lo que hemos venido. Miro a Melody completamente confundida, ella sin embargo mira al frente con una sonrisa.

-Aquí no hay nada - le digo mirándola como si estuviera loca, que podría ser una opción.

-Ah, claro, se me olvidaba que tú no puedes verlo - me dice con una risita, yo frunzo el ceño - ven.

Me agarra del brazo y me arrastra por el claro. Al poco, es como si nos tragase un túnel con todos los colores del arcoiris, para posteriormente volver a estar en mitad del claro. Vale, ha sido la cosa más rara, junto con lo de la levitación de los platos y el conseguir convencer a mis padres, que he visto y vivido nunca. Antes si quiera de poder preguntar a Melody si esto ha sido alguna clase de broma o algo, me vuelve a llevar a rastras, su fuerza no es normal, si es verdad lo de los dones, me planteo seriamente el hecho de que ella tenga el don de la fuerza.

En pocos minutos hemos salido del bosque, y es entonces cuando me quedo con la boca abierta, no me creo lo que ven mis ojos, esto parece una ciudad futurista, la tecnología que hay aquí solo la había visto en películas de ciencia ficción, incluso hay coches voladores, y bueno, personas volando por su cuenta, pero eso creo que es cosa de un don, el don de vuelo, o tal vez del aire. Muevo la cabeza de un lado a otro, todo esto es de locos, y creo que me quedaría observando quieta todo por un rato si no fuera porque Melody sigue tirando de mi brazo para que la siga.

-Por aquí - me dice, cosa que no tiene sentido porque sigue tirando de mí - sube - me dice señalando un coche que parece normal.

-¿Es tuyo? - le pregunto.

-Sí, mis padres me lo regalaron por mi cumpleaños, pero no puedo llevarlo a tu mundo.

Cada vez crece más en mí la idea de que este coche no es normal. Le hago caso y me subo en el asiento de copiloto, me pongo el cinturón y espero a que arranque. Al hacerlo y apretar un par de botones, tengo que agarrarme al asiento al sentir que nos elevamos, no me gustan las alturas. Melody por su parte conduce como si nada, yo por mi parte me concentro en mirarla a ella y no fijarme en la posible altura mortal en la que nos encontramos.

-Relájate - me dice mirándome de reojo - estos coches son tan o más seguros que los vuestros, lo único, que vuelan.

-Y si se caen, te matas, como los aviones.

-En eso te equivocas, estos coches tienen un sistema para en caso de caída, además de asientos eyectables con paracaídas, es más fácil morir en un accidente de tráfico en tu mundo que por la caída de un coche aéreo.

-¿Y un choque entre dos coches aéreos?

-Eso nunca ha pasado - me dice con el ceño fruncido - por lo que no puedo decirte.

-Eso me tranquiliza un poco - murmuro para mí misma - ¿a dónde vamos?

-A una de las casas de mi familia, allí pasaremos la noche, mañana son las inscripciones.

-¿Una de las casas? - ¿es que todos viven en familia o tienen varias casas?

-Sí, digamos que mi familia tiene varias casas a parte de cada uno la suya propia.

-¿Sois ricos? - pregunto sorprendida, no me dieron esa impresión, y no es que sea una clasista ni la típica chica que juzga solo por las apariencias, pero es que en verdad me resultaron una familia muy sencilla, no digo humilde, pero sí sencilla.

-Algo así - me responde divertida.

Definitivamente aún tengo muchas cosas que averiguar, solo espero que no todas sean tan sorpresivas como las que me estoy llevando hasta ahora, y yo que creía que conocía a mi amiga, estaba equivocada, muy equivocada.

Potestatem: el torneo de los dones *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora