Potestatem: el torneo de los dones *Completada*

Capítulo 28

Cuando Melody me dijo lo de que era famosa, tendría fans y me pedirían autógrafos, entré en pánico, pero luego lo pensé mejor y me di cuenta de que era una estupidez. El Potestatem, desde mi punto de vista, es algo así como un concurso de talentos y habilidades, donde los muestras en una batalla, y aunque ciertamente en esas cosas logras algún que otro admirador, es muy raro que te vuelvas famosa, por lo que dejé ese miedo absurdo y volví a mi estado tranquila y aburrida.

Ahora me doy cuenta de que mi amiga no estaba exagerando, pues recién me acaban de dar el alta y estoy saliendo del hospital, y tengo a saber cuántas personas plantadas delante mío, algunas haciéndome fotos, otras con micrófonos pidiéndome que diga algunas palabras frente a las cámaras, y gente detrás pidiéndome autógrafos; en definitiva, un auténtico caos que ha hecho que mi pánico vuelva, que tenga ganas de correr hacia dentro del hospital gritando como una histérica, y que tenga un pequeño tic en mi ojo derecho y me tiemblen las manos.

Esto debe ser una pesadilla, una horrible pesadilla.

-Por favor, apártense, por favor - pide Clarisa tan natural como si fuera algo que hace todos los días, y tal vez así es.

-Amanda, ¿participarás en la próxima ronda del Potestatem? - estoy tan nerviosa que sé que si intentara hablar, solo balbucearía.

-Sí, Amanda y yo participaremos en la próxima ronda - responde Melody por las dos.

-Amanda, ¿no va a decir algo?, tenemos algunas preguntas - PREGUNTENSELO A MELODY, NO A MÍ.

No aguanto más y me hago invisible, no soporto ser el centro de atención, prefiero ser invisible, y aunque ahora lo soy literalmente, no dejo de ser el centro de atención de toda esta gente. Puedo oír algunas exclamaciones, pero no las presto atención, sino que uso mi don de la mente para levitar y alejarme de ahí. Siento todo mi cuerpo temblar, mi garganta seca y que me cuesta respirar, nunca antes me había pasado, y eso que hice teatro de pequeña, pero está visto que no es lo mismo tener todas las miradas porque estás haciendo un papel en una obra de teatro, que por esto.

Llego a la casa de Melody, aterrizo en el jardín trasero, me hago visible, y me tumbo en la hierba. Al cabo de unos minutos puedo respirar con normalidad y siento mi cuerpo más relajado, espero que no sea así cuando el anunciamiento de los combates de la semifinal, porque si no, algo me dice que iré invisible, si es que voy, toda esta atención de las cámaras no es para mí, puede que mi amiga esté acostumbrada, pero yo no, esto me provoca una ansiedad y pánico considerable, al menos sé que toda esta locura se terminará cuando vuelva a mi mundo, o eso espero.

-Amanda, ¿dónde estás? - oigo que grita Melody.

-Aquí, en el jardín trasero - le grito, y al poco la tengo al lado.

-¿Qué haces? - me pregunta mirando hacia abajo, pues yo estoy tumbada y ella de pie.

-Intentar relajarme y no volver a entrar en pánico.

-Buen plan - me dice y se tumba de tal forma que ella y yo quedamos cabeza con cabeza.

Mirar el cielo y sentir la tierra debajo de mí me relaja, la naturaleza en sí lo hace, es tan hermosa, y creo que lo es más en este planeta, me da la sensación de que aquí se preocupan más por el medio ambiente, el aire es muy puro, más incluso que donde está la casa de mis padres, y eso que ellos viven en las afueras de un pueblo justo al lado de las montañas, es decir, que el aire allí está muy limpio, pero creo que aquí lo está más todavía, además de que saben armonizar a la perfección la tecnología y la naturaleza.

El tiempo pasa, y cuando me quiero dar cuenta, Clarisa nos está llamando para ir a comer, cosa que hacemos en completo silencio, no uno incómodo, sino relajado, a pesar de todos los problemas que hemos tenido en esta última semana y algo, nuestra amistad sigue siendo la misma, o en todo caso más fuerte, ya que ahora sé muchas más cosas sobre ella, y creo que ella sabe un par más sobre mí que ni yo misma sabía, como el hecho de tenerle pánico a la fama, me pregunto cuánta gente más será como yo, lo normal es lo contrario.

Me gustaría decir que la comida fue tranquila, pero en verdad no lo fue, casi toda la familia de Melody está aquí, y como en todas las ocasiones, ellos hablan y hablan y no me hacen caso, lo cual me pone de malhumor, debí quedarme en el jardín, lejos de estos trogloditas racistas, no sé por qué los siguen invitando, tampoco es como que sean muy útiles, al final siempre hacemos lo que nos da la gana o improvisamos, al menos yo, y sobre todo lo segundo, los planes los tengo que pensar sobre la marcha.

-Amanda, Amanda - me llama Felipe.

-¿Sí?

-¿Te ocurre algo? - me pregunta preocupado.

-No, ¿por?

-Te he llamado unas cuantas veces y no me respondías.

-Lo siento, estaba pensando en mis cosas, ya sabes que no presto atención a estas reuniones - y puede que esté siendo muy directa ahora, pero la verdad ante todo.

-Deberías prestar atención, jovencita - me dice uno de los insufribles con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-¿Para qué?, luego Melody me dirá lo importante, sinceramente, no sé qué hago aquí, nunca me tenéis en consideración - digo aburrida.

Melody, que está a mi lado, intenta contener la risa ante mis palabras, las cuales sabe que son ciertas. A Clarisa, Felipe y un par más parece que les ocurre lo mismo, mientras que los idiotas, principalmente el que había hablado, están con el ceño fruncido. Como si realmente me importara si los he molestado, ellos no hacen otra cosa que menospreciarme solo por ser humana, que no esperen que sea respetuosa con ellos, es más, si no fueran familia de mi amiga, hace tiempo que les hubiera llamado de todo y los hubiera mandado a la mierda.

-Humana...

-Tú sigue llamándome así con tanto desprecio y juro que acabas en el hospital, tu actitud me tiene harta - la paciencia tiene un límite, y la mía se está agotando.

-¿Qué tal si salimos al jardín a entrenar hasta que sea la hora? - me propone Melody.

-Por mí bien - cualquier cosa es mejor que escuchar a estos imbéciles.

Salimos del comedor y vamos al jardín de atrás, y aunque ella dijo que entrenaríamos, al final sencillamente estuvimos tumbadas en la hierba mirando el cielo y hablando, lo cual considero mucho mejor, no cansa, es tranquilo, no hay posibilidad de un corte de digestión ni que me dé el flato, perfecto. Cuando llega la hora entramos, nos arreglamos un poco para estar decentes ante las cámaras y no como un par de locas, Melody coge las llaves de su coche y nos vamos al estadio.

Al llegar, la entrada está llena de reporteros, lo cual hace que me quede congelada en el sitio, no otra vez. Melody al darse cuenta de lo que me pasa, me sonríe y tira de mí hacia la entrada. Al estar cada vez más cerca de toda esa gente, mi don se activa automáticamente y me hace invisible, y no solo a mí, también a mi amiga, la cual al estar mirando al frente, creo que no se ha dado cuenta, pero es gracias a nuestra invisibilidad que podemos pasar sin que nadie nos note, y así me libro de las cámaras y los reporteros. Suspiro aliviada.

-Ya puedes retirar la invisibilidad - me dice Melody, al parecer sí se dió cuenta y sencillamente lo ignoró.

-Sí - digo y nos vuelvo a hacer visibles.

En la arena ya solo estamos cuatro equipos, Gregory y Peter, uno de dos chicas, otro de un chico y una chica, y nosotras. Las gradas, como siempre, están llenas, unos gritan, otros no, algunos dicen algunas palabras a los participantes, del tipo familiar o amigo o del tipo fan. Por parte de Melody, y supongo que yo también, Clarisa y Felipe están ahí, en el caso de Clarisa con los pulgares levantados. La hora llega, los espectadores se callan, y el comentarista hace su habitual aparición.

-Bienvenidos a todos, después de unos cuartos de final emocionantes, damos lugar a las rondas de la semifinal, donde conoceremos a los dos equipos que se disputarán el título de ganadores del Potestatem - hay algún que otro aplauso, grito y silbido - sin más que decir, conozcamos los enfrentamientos de esta ronda.

En la pantalla se muestran los dos combates que se darán, y por lo visto, nos toca enfrentarnos al equipo femenino, tendré que esperar a la final para poder luchar contra Gregory. El comentarista dice unas palabras más, y poco después todos salimos del estadio, en el caso de Melody y mío, invisibles para no tener ningún inconveniente, no quiero tener dos ataques de pánico en un día, uno es más que suficiente, además de que mañana tendré que competir, mejor estar relajada.