Entre ayer y hoy no hay mucho que contar, parte fue descansar, parte fue fue entrenar, aunque hubo más lo primero que lo segundo. No es que nos relajásemos y diéramos todo por ganado, somos conscientes de que debemos esforzarnos para ganar, pero ambas hemos salido hace poco del hospital, y ninguna de las dos quiere volver si tiene opción, por eso decidimos tomarnos el entrenamiento con más calma para evitar posibles problemas.
Quedan exactamente diez minutos para que empiece nuestro combate, ya que nuestro enfrentamiento va primero, pero lo raro es que no veo a nuestras adversarias, cosa muy rara ya que tienen fama de ser muy perfeccionistas, y la puntualidad es un requisito básico. Tal vez estoy exagerando, como he dicho, quedan diez minutos, pero ya están aquí el público, los dos equipos que compiten detrás de nosotras, los reporteros, es decir, todo el mundo, y de ellas ni rastro. Algo me da mala espina.
La hora llega, Melody y yo ya estamos en la arena, pero somos las únicas, ni rastro de Julia Méndez o de Mónica Guzmán. Miro a mi amiga con el ceño fruncido, ella me devuelve la mirada, a lo cual se encoge de hombros, aquí está pasando algo raro. Los espectadores también parecen estar preguntándose qué pasa, a lo cual el comentarista avisa que si no aparecen en menos de cinco minutos, serán descalificadas, y dado que el árbitro está atento a su reloj de muñeca, yo diría que así es.
Pasan los cinco minutos, pero ni rastro de ellas, por lo que nos anuncian ganadoras por falta de asistencia de nuestras rivales. A mí esto no me gusta ni un pelo, alguien que ha llegado tan lejos no se rinde así como así, debe de haber pasado algo grave, pero no es algo que yo pueda saber, lo único que puedo hacer es salir de la arena junto a Melody para dejar paso al siguiente combate, pero la desazón no se me va, ni siquiera la presencia de los reporteros me quita la idea de la cabeza y la preocupación por la misma.
Llegamos a casa a los pocos minutos, ninguna de las dos ha dicho nada al respecto, aunque estoy segura de que ella quiere decirme o preguntarme algo, lo cual me pone nerviosa, detesto cuando la gente se me queda mirando y no dice nada, ¿acaso tiene miedo de preguntar?, no tiene sentido. Hago una mueca de desagrado y la miro directamente a los ojos, pero a los pocos minutos desvía su mirada de mí, a lo cual suspiro pesadamente.
-Pregunta de una vez - le digo un poco harta.
-¿Crees que haya pasado algo con Julia y Mónica? - me pregunta, a lo cual asiento.
-Eso creo.
-¿Y qué crees que les haya pasado? - suspiro.
-No lo sé, y eso es precisamente lo que me tiene intrigada - Melody enciende la televisión.
-Aquí Celia Summer retransmitiendo desde la calle Sherton, donde se ha producido un accidente debido a la caída de varias vigas de hierro de un edificio en construcción, hasta el momento no se han confirmado el número de víctimas de este incidente, pero hasta donde sabemos, varias personas estaban debajo en el momento del accidente.
Que no sea lo que yo estoy pensando, que no sea lo que yo estoy pensando. Las cámaras nos dan las imágenes de lo que está ocurriendo, policías controlando a la gente para que no se acerque, bomberos, o eso creo que son, retirando las vigas con sus dones, porque es la única explicación lógica para que un par de hombres puedan levantar las vigas a pulso y otras se levanten solas, y también un par de ambulancias, imagino que para la gente que rescaten, ya que deben estar heridos y necesiten llevarlos al hospital.
En un par de minutos todas las vigas han sido retiradas, y los paramédicos empiezan a poner a los heridos en las camillas. Desde la posición en la que están las cámaras, me es imposible ver a las personas que están siendo atendidas, y algo me dice que entre ellas están Julia y Mónica, es la única razón que encuentro para que ellas hayan faltado al torneo de esta tarde. Cuando los paramédicos suben a las personas heridas a las ambulancias, sus rostros son más visibles, y por tanto mis sospechas son confirmadas.
-¿Esas son...? - pregunta Melody sorprendida.
-Eso parece - digo seria.
-Por eso han faltado - no digo nada, solo asiento con la cabeza - pobrecitas.
-Pues sí, para qué negarlo.
Seguimos viendo las noticias, la reportera hace algunas preguntas a las personas de la calle, algunos son testigos de lo que pasó, y más o menos dicen lo mismo, que de repente cayeron las vigas, no hubo aviso ni tiempo de reacción, solo un par de personas, las que estaban en los extremos de la zona afectada, pudieron librarse de quedar sepultados; a otros solo les atrapó un trozo del cuerpo, y entre los que estaban ahí, hubo un par que pudieron ayudarlos con su don de la fuerza o de la mente.
Muchos no entienden cómo pudo ocurrir, estos accidentes son muy poco frecuentes, y generalmente son provocados, aunque en este caso, según la policía, no hay indicios de que fuera intencionado, sino que parece que se escapó un tornillo de un aparato, que produjo una secuencia en cadena que desembocó en el desequilibrio de las vigas y su posterior caída. Yo por mi parte no me lo trago, por mucho que diga la policía que fue un accidente, será porque he visto muchas series policíacas durante mi niñez y adolescencia, pero a mí no me huele bien.
-Déjame adivinar - me dice Melody - no crees que haya sido un accidente.
-Pues no, la verdad es que no.
-¿Puedo preguntar por qué?
-No lo sé, pero me parece mucha casualidad, eso de la secuencia en cadena no me gusta.
-¿Y qué razón tendría alguien para provocar todo eso?
-No lo sé, tal vez entre las víctimas del suceso hay alguien a quien otro quería eliminar.
-Has visto demasiadas series policíacas - niega mi amiga - según tú, ¿contra quién era el atentado?
-Ni idea - le soy sincera.
-¿Julia y Mónica?
-¿Ellas?, no creo, más bien parecen daños colaterales.
-¿Quién sabe?, te sorprendería todo lo que uno se juega en el Potestatem - no sé si se está burlando de mí o no.
-Aún así, nosotras éramos contra quienes luchaban, y es obvio que no tenemos nada que ver, y aunque algunos de tus familiares son idiotas, no creo que lo sean tanto.
Tal vez Melody tenga razón y mi imaginación lo está exagerando todo, pero en verdad creo que ese hecho no fue un accidente, tampoco creo que tenga que ver con el Potestatem, realmente no me influye en nada, pero aún así no se me quita de la cabeza. Miro de nuevo a la televisión en busca de algo más, pero para mi desgracia, esa noticia ya se ha acabado y están hablando de otra, algo sobre un banco o no sé qué, eso no me interesa en lo más mínimo, así que apago la televisión y suelto un suspiro cansado, no debo centrarme en esto, sino en la final, que será en dos días.
Mi amiga me sugiere ir al jardín a entrenar y yo acepto, a ver si así puedo dejar de pensar en ello, pero no funciona, mi cabeza sigue dándole vueltas al asunto, aún tengo ese mal presentimiento de antes. Melody se da cuenta de que no estoy nada concentrada, por lo que suspira y me dice que ya seguiremos mañana, que aproveche esta tarde para despejarme, lo cual se lo agradezco, ya que realmente necesito pensar, quitarme esta paranoia de encima, últimamente mi mente me está jugando un par de malas pasadas.
Decido cambiarme de ropa y dar un paseo por la ciudad, lejos de los edificios en construcción, no quiero tentar a la suerte. Me pongo una visera y unas gafas de sol para que nadie me reconozca, no me apetece tener un mal encuentro, y el hecho de que hoy sea un día soleado, como la mayoría de los días, se nota que aquí el verano está muy marcado, me ayuda a no parecer sospechosa por el hecho de llevarlo. No sé lo que pretendo con este paseo, despejar la cabeza lo puedo hacer perfectamente en el jardín, pero bueno, andar no me hará mal.

ESTÁS LEYENDO
Potestatem: el torneo de los dones *Completada*
Fantasy¿Qué pasaría si de un momento a otro descubres que tu mundo está conectado a otro?, y no solo eso, sino que tu mejor amiga proviene de ese otro mundo. Pero eso no es todo, su especie es como la humana en apariencia, pero ellos, a diferencia de nosot...