Capítulo 24

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No sé en qué momento me quedé dormida, pero recién despierto y me doy cuenta que estoy en la cama, lo cual es raro, ya que yo ayer estaba en la esquina, sentada y agarrándome las piernas para intentar ahogar mis sollozos y así que nadie se diera cuenta, sin embargo ahora estoy en la cama. Me levanto y me doy cuenta que aún estoy con la ropa de ayer, no le doy mucha importancia y voy al baño, necesito lavarme un poco la cara con agua fría para espabilarme, tengo que ir al hospital a ver a Melody y no quiero parecer totalmente un alma en pena.

Al llegar al baño y mirarme al espejo, veo que tengo la cara roja, principalmente los ojos, además de que mis mejillas brillan, seguramente de las lágrimas que derramé anoche, por no hablar de que estoy más pálida que de costumbre. Sonrío ligeramente al recordar a mi madre llamándome fantasma por lo pálida que soy. Rápidamente mi sonrisa desaparece al recordar el rostro de Melody cuando se estaba asfixiando, ¿cómo puedo estar sonriendo cuando mi amiga se encuentra en esa cama de hospital por mi culpa?

Me lavo la cara, me cambio de ropa, y salgo rápidamente de la habitación. No hay nadie en casa, imagino que todos deben estar en el hospital, por lo que salgo de la casa y me dirijo hacia allí, necesito saber si Melody ya se encuentra bien, no podré estar tranquila hasta que no la vea con mis propios ojos despierta y bien. Hoy tenemos el combate de los cuartos de final, pero dadas las circunstancias, no creo que ella esté en condiciones de competir, así que lo mejor es retirarnos del torneo, no me arriesgaré a que tenga otro percance.

Llego al hospital y me encamino lo más rápido posible hacia la habitación de Melody, aunque solo haya estado una vez, sé exactamente en cuál habitación está, es la misma que aquella vez que estuvieron a punto de lavarle el cerebro. En ese entonces yo fui quien la curó, en esta ocasión, yo he sido quien la he herido, y de alguna forma, pienso redimir mi falta, sea lo que sea lo que Melody me pida, yo lo haré con tal de ganarme su perdón, el mayor problema será cómo me perdonaré a mí misma por lo que hice.

-Hola - me saluda Clarisa, la cual acaba de salir de la habitación donde se encuentra Melody.

-Hola.

-¿Vienes a ver a Melody? - me pregunta suave y con una sonrisa.

-Sí.

-Tienes suerte, hace un rato despertó y quiere hablar contigo - me tenso ante sus palabras - tranquila, no es nada malo - dice y pone una mano en mi hombro derecho - todo está bien, ¿sí?

Asiento con la cabeza, aunque realmente no lo creo. Clarisa me da otra sonrisa y se aleja por el pasillo, yo por mi parte dudo un momento, pero al final abro la puerta y entro en la habitación. Melody se encuentra en la cama mirando por la ventana distraída, creo que no se ha dado cuenta de mi presencia, pero no tarda mucho en girarse y verme. Nuestras miradas se cruzan, decir que estoy nerviosa es quedarse corta, estoy aterrada, solo espero que ella no me odie por lo que pasó. Toda la tensión de mi cuerpo se va cuando Melody me sonríe con la misma naturalidad de siempre.

-¿Cómo te encuentras? - le pregunto intentando que no se quiebre mi voz.

-Bien, los médicos son unos exagerados, mira que querer dejarme todo el día en observación por el accidente de ayer.

-Melody, casi te mato - no puedo evitarlo y mi voz se quiebra y mis lágrimas empiezan a salir.

-No es para tanto - le resta importancia con la mano - es normal que los novatos perdamos el control de nuestros dones al principio, más tú que eres humana y tus dones provienen de esa extraña máquina, por no hablar de que tu don de la mente es uno poco común.

-No es excusa.

Melody se me queda mirando, hace el amago de querer decir algo, pero al final se calla, agacha la cabeza y se muerde el labio inferior. Vuelve a levantar la cabeza y me mira con pena y lástima, no me gusta que me mire así, como si ella fuera la culpable de esto y yo la víctima, cuando es todo lo contrario. Aprieto mis puños y mi mandíbula, preferiría que me gritara e insultara a que esté así, no lo soporto, y lo peor es que siento que si me pusiera a hablar, ningún sonido saldría de mi boca.

-Amanda, me gustaría pedirte un favor - me dice con un tono bajo.

-Lo que sea - digo forzando a mi voz a salir.

-Como obviamente sabes, esta tarde es el combate.

-Descuida, entiendo que no puedas ir, no pasa nada - digo sin atreverme a mirarla a los ojos, ella suspira.

-Por esa misma razón, tú tendrás que ocuparte sola del enfrentamiento - ahora sí la miro.

-Debes estar de broma, no puedo ir sin ti, son combates de parejas.

-Sí, por eso tendrás que enfrentarte a dos tú sola, pero es eso o renunciar a nuestro lugar en el torneo - suelta otro suspiro y me mira directamente a los ojos - por eso te pido que ganes este combate y nos clasifiques para la siguiente ronda, en nombre de las dos - no sé qué decir, estoy en blanco - no te preocupes, estoy segura de que lo harás bien - me sonríe.

Yo no sé qué decir, en verdad que no lo sé, yo consideraba que lo mejor era no participar ya que ella no podía ir, pero básicamente ella me está diciendo que lo haga, que luche por las dos y que gane, y yo le dije que haría cualquier cosa, así que ahora no es momento de retractarse, por lo que me enfrentaré a esos dos y les ganaré, no perderé, cumpliré la petición de Melody aunque eso signifique acabar en el hospital por sufrir de cansancio extremo, bueno, tampoco tanto, que si no, la dejaría sola en el siguiente combate.

Melody me insiste para que vuelva a la casa y desayune, ya que sospechó y acertó en que no había desayunado, y como bien dice ella, esta tarde tengo una pelea muy importante, no puedo permitirme estar débil, la derrota no es una opción, por lo que me despido de ella y vuelvo a la casa, donde Clarisa me espera con un gran desayuno en el comedor, y mientras como, ella me va contando sobre los dones y habilidades de mis rivales, los cuales al parecer son bastante fuertes.

Freddy Fernsby tiene tres dones, el don de volar, el don de la superfuerza, y el don de tres elementos, en este caso, fuego, agua y aire. Mientras, su compañero, Simón Berguetoia, tiene dos dones, el don de la super velocidad, y el don de las espadas, es decir, que puede invocar espadas a su voluntad, cualquier tipo de espada, pero solo ese tipo de arma, ni dagas, ni puñales, ni ningún otro tipo de arma, pero aún así, esa combinación me parece aún más peligrosa que la de Freddy.

El combate no pinta nada bien para mí, aunque me puedo hacer invisible, ellos son conscientes de ello, además de que estoy segura de que no caerán tan fácilmente como Lian, por lo que más complicado todavía, y como guinda del pastel, estoy sola y le he prometido a Melody que ganaría, así que me toca diseñar un plan para poder vencer a esos dos, y desgraciadamente mi invisibilidad no es una solución viable, y la armadura de fuego no sé si podré usarla, ya que eso lo hizo mi don de la mente consciente, y después del incidente de ayer, no sé si quiero recurrir a él otra vez.

El tiempo corre en mi contra, el peso de la culpa y la promesa que le he hecho a Melody se carga sobre mis hombros, por no hablar de las palabras de la familia de Melody, las cuales se clavan en mi pecho como cuchillas, y en este caso ninguna es mentira, o al menos la mayoría no son mentira, ya que siempre aparece el hecho de que soy humana como algo negativo, y en verdad que eso me molesta, pero no es momento para eso, tengo que centrarme en mi próxima batalla, por mi amiga y por mí.

Potestatem: el torneo de los dones *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora