Son unos completos idiotas, solo por ser humana me desprecian, son unos completos obtusos, no saben mirar más allá, a falta de una palabra mejor, son unos malditos racistas. Siento mi sangre hervir de enojo, incluso me duele la cabeza solo de pensar en ellos. Si hago esto, es por Melody, porque se lo prometí y quiero verla feliz, por mí todos se pueden ir a la mierda, este no es mi planeta, este no es mi problema, nada de esto lo pedí, y por tanto, nada me ata aquí, así que, que no colmen mi paciencia.
De repente, empieza a soplar un viento muy fuerte, tanto que se sobrepone al viento que he creado para impulsarme, y tampoco tengo tanta energía como para crear otro viento más potente que este justo enfrente de mí, la verdad es que la batalla me ha consumido más energía de la que pensaba en un principio, esa chica, Lian, en verdad me hizo usar bastante mi poder, y a eso hay que añadirle el gasto por haber usado un tiempo considerable mi don de la invisibilidad.
Al final ese viento se sobrepone totalmente, por lo que pierdo el control sobre el poder que me mantenía en el aire, en consecuencia termino siendo arrastrada por él, y dado que mi cuerpo gira y gira, no tengo ni idea de en qué dirección voy, además de que siento que la sangre se me sube a la cabeza, así que me encuentro totalmente mareada y desorientada, solo espero que esto termine pronto, y que por milagro de Dios termine en el suelo sana y salva, aunque no creo que tenga tanta suerte.
Me desmayo, o eso creo, ya que cuando abro mis ojos, me encuentro con que estoy en el suelo, rodeada de naturaleza, puedo oír a los pájaros cantar y a algún animal moviéndose entre los arbustos. Me levanto como puedo, siento mi cuerpo como si fuera gelatina, sobre todo mis piernas, las cuales a duras penas me pueden sostener, y para rematar mi desgracia, tengo hambre y ya está anocheciendo, debo encontrar la forma de volver, no creo que Melody y su familia me encuentre en un lugar como este, las ramas y las hojas de los árboles no permiten demasiada visión que digamos.
Intento usar mi don de la mente para elevarme sobre el follaje, pero fallo estrepitosamente, no soy capaz de elevarme ni un mísero centímetro del suelo, esto es patético. Resignada, empiezo a andar, no tengo suficiente energía para usar mis dones, pero no por ello me voy a dar por vencida, si no encuentro el camino de vuelta, al menos espero encontrar un refugio para pasar la noche, nunca he hecho una acampada en el bosque, pero siempre hay una primera vez para todo.
Cada vez hay menos luz, y no he encontrado ni una sola alma en el camino, tampoco un lugar donde refugiarme, por suerte no llueve, pero aún así no creo que la noche sea precisamente calurosa, así que lo mejor es que busque algo de leña y haga un fuego. Lo bueno de estar en un bosque es que no faltan las ramas caídas, y como no ha llovido estos días, están completamente secas, perfectas para una fogata, ya solo falta una chispa que prenda la madera, el problema es que no tengo ni cerillas ni mechero.
Reuniendo la poca energía que me queda, creo una pequeña llama con mi don de los elementos, así que consigo que todo arda y el fuego me caliente un poco. La verdad es que no tengo mucho frío, mi resistencia a temperatura bajas es buena, el problema lo tengo cuando hace mucho calor. Mis tripas rugiendo me recuerdan que no he comido nada desde la hora de la comida, y todo está demasiado oscuro como para aventurarme a buscar algo de comer, debí pensarlo antes, fallo de mi parte.
-Que mala pata, peor suerte que la mía no la hay - me quejo en voz alta.
De un momento a otro, una densa niebla empieza a cubrir todo el bosque, lo que me faltaba, la niebla puede apagar la fogata, ¿algo más?, seguro que sí, estoy 100% segura de que algo más va a pasar, últimamente mi suerte es nefasta, ¿existe el don de la mala suerte?, si existe, seguro debo tenerlo, eso explicaría muchas cosas que me han pasado en esta última semana y algo, y todo empezó con la voz terrorífica de esa espeluznante carpa, si ya sabía yo que no debí meterme ahí.
-¿Te has perdido pequeña?
Un escalofrío me recorre de arriba a abajo, esa voz no parece humana, más bien parece espectral. Me pongo a mirar a mi alrededor en busca de la mujer que me ha hablado, pero no veo a nadie, así que una de dos, o mis recuerdos de esa carpa me han jugado una mala pasada y realmente nadie me ha dicho nada, o bien el fantasma de una señora mayor me ha hablado, y aunque no tengo miedo a los espíritus, tampoco me apetece mucho encontrarme con uno de ellos, no sé qué intenciones puede tener.
Sigo mirando para todos lados intentando asegurarme de que no hay nadie, que todo haya sido fruto de mi imaginación. Suspiro aliviada al comprobar que estoy sola, pero mi respiración se atasca cuando logro vislumbrar una silueta entre la niebla, la cual se va acercando más y más hasta que puedo apreciarla mejor, como intuía por la voz, se trata de una señora mayor, con el pelo blanco, la piel muy pálida, y su ropa vieja y desgastada, y lo que es peor, no le veo las piernas.
-Hola.
-AAAAAH, ¡¡UN FANTASMA!!
-No soy un fantasma, jovencita - me fijo mejor, y me doy cuenta que sí tiene piernas, solo que la niebla las difumina.
-Oh, lo siento - me disculpo avergonzada, ya me vale.
-No pasa nada - me sonríe - ¿qué hace una jovencita como tú en un bosque como este?
-Buena pregunta, y la respuesta es sencilla, una suerte catastrófica.
-¿Y eso?
-Pues porque una ráfaga de viento muy fuerte me arrastró cuando estaba volando, cuando desperté me encontré aquí.
-Pobrecita, no me extraña que estuvieras tan asustada - yo me avergüenzo un poco, no voy a negar que estaba asustada, y como si el destino me odiase, mi estómago se hizo presente - además debes de tener hambre, acompáñame.
Antes si quiera de tener tiempo para responderla, ella empieza a andar, y dada la niebla que hay, lo mejor es que la siga si no quiero perderla de vista, no se por qué, pero esta señora me transmite confianza, además de que es la única persona que he encontrado en este bosque, me vendrá bien para poder localizarme y saber cómo volver a casa. El camino lo pasamos en silencio, aunque tampoco es como que caminemos mucho, ¿cómo es posible que no viera esta cabaña antes?, estoy segura que pasé por aquí.
-¿Cómo se llama? - le pregunto una vez estamos dentro de la cabaña.
-No tengo un nombre como tal - frunzo el ceño.
-¿A qué se refiere? - no entiendo lo que quiere decir.
-Si alguna vez tuve un nombre, no lo recuerdo - dice como si nada - generalmente las personas me llaman como quieren.
-Disculpa si te ofendo, pero no le veo sentido a lo que haces, ¿por qué no mejor buscas tú un nombre que te guste?
-La verdad es que no soy una mujer muy imaginativa, además de que no me importa mucho, no es algo relevante, solo es una palabra por la cual el resto te pueden llamar.
-Pues yo no lo veo así, ¿en serio no hay ningún nombre por el cual te gustaría que te llamaran? - ella se queda pensando.
-Bueno, una vez oí el nombre de Aira, me pareció bonito, pero lo dicho, no me parece importante.
-Pues bien, te llamaré Aira - le digo con una sonrisa, ella también me sonríe, y cuando mi estómago se vuelve a hacer presente, hasta suelta una pequeña risa.
-En verdad tienes hambre, dame un momento y te preparo algo.
Le doy las gracias algo apenada, realmente Aira es muy amable. Una vez vuelve de lo que debe ser la cocina, lleva consigo un plato con pescado y patatas asadas, ¡qué rico!, y por supuesto, mis tripas volvieron a rugir con solo ver la comida. Al final Aria me contó un poco de su vida, ella vive aquí en el bosque sola, no tiene familia, y hace mucho que no tenía visitas; yo por mi parte también le conté un poco de mi vida, básicamente le dije que era humana, que tengo una amiga de aquí que me hizo su socium proelium, y que estamos participando en el torneo; después de eso, me fui a dormir con el estómago lleno.
ESTÁS LEYENDO
Potestatem: el torneo de los dones *Completada*
Fantezie¿Qué pasaría si de un momento a otro descubres que tu mundo está conectado a otro?, y no solo eso, sino que tu mejor amiga proviene de ese otro mundo. Pero eso no es todo, su especie es como la humana en apariencia, pero ellos, a diferencia de nosot...