Capítulo 13 - Juego de dos

50 3 0
                                    

Narra Wes:

Abrí la boca varias veces para decir algo, pero no pude. No encontraba las palabras, quedé mudo ante lo que acaba de pasar. Soy un hombre, no soy de piedra, verla quitarse la ropa delante de mí y quedándose solo en esa diminuta y sexy ropa interior me puso como loco. Pero es solo un juego, ella solo quiere provocarme y se equivoca si cree que caeré tan fácilmente. Aunque en éstos momentos se que estoy perdiendo. Estoy molesto conmigo mismo por todo lo qué pasó antes. Soy un idiota. Después de mil veces que ella me dijo lo mucho que la había lastimado antes hoy lo seguía haciendo.

¿Cuánto tiempo va a durar ésto? Solo llevamos juntos 3 días y la he hecho llorar, sentirse mal. La he lastimado. ¿Seguirá siendo así hasta que me vaya? ¿Seguiré lastimandola con mí cobardía? ¿Seguiré haciéndole daño con mis estupideces? ¿y si mejor me voy?

Me siento una basura cada qué la veo llorar y es por mi culpa, porqué, demonios ¿qué tipo de hombre soy si hago llorar a la mujer qué amo? La amo, pero no se si es pasajero, no se si es porqué la extraño demasiado o porqué estoy enamorado no lo se. Mi cabeza es un lío. Estoy actuando peor qué un adolescente, debería darme vergüenza de no tener los pantalones para tomar una maldita decisión sobre mi vida.

Bufé, subí las escaleras dando pisadas fuertes y ruidosas. Estaba realmente molesto por todo, azoté la puerta de mi habitación mientras apretaba con fuerza la franela que me había dado Sarah, no pude evitar llevarla a mi rostro y oler su delicioso aroma. Aunque se viera morboso necesitaba hacerlo, no se si era por un deseo sexual o solo por sentir el aroma de ella. Hace apenas unas horas la tenía entre mis brazos y puedo jurar que fue la sensación más hermosa y placentera que he podido sentir en mi vida.

Necesitaba espacio, necesitaba pensar. Mi corazón me pedía a gritos que dejara todo a un lado y me quedará con Sarah, es el amor de mi vida ¿como podía solo ignorarla? No podía. Pero mi conciencia, mi mente insistía en que estaba haciendo algo mal, y ese algo era la chica que me espera en casa, Queen.

Doblé la franela y la guarde en uno de los niveles del armario, me quité la ropa y fui a la ducha. El agua fría hizo parte del trabajo en despejar mi mente, necesitaba salir, respirar. Me puse ropa abrigada y bajé a la cocina. No tenía hambre así que le dije a Ina que comería más tarde, no quería salir en auto apunté mi número en una hoja y se lo dí a Ina, le dije que iría a caminar y que cualquier cosa me llamara. Ella asintió y yo me alegre de no encontrarme a Sarah mientras salía del apartamento.

Empecé a caminar sin destino aparente, iba contando las cuadras para al regresar no perderme, fue inútil perdí la cuenta tan rápido como empecé a contar. Calculé que caminé unos 15 o 20 minutos, me encontré una plaza con un pequeño parque para niños, se notaba que era sábado por la cantidad de personas que caminaban, hablaban y los niños que jugaban. Me senté en un banco, miré al cielo y sabía que estaba jodido, qué demonios iba a hacer con mi puta vida? Necesito a alguien con quién poder hablar y contar con su ayuda. La imagen de mi hermano llegó a mi cabeza, él era el único que me entendería. Saqué mi móvil, busqué en los contactos y ahí estaba él. Le dí llamar.

Un repique, dos repiques..

- HERMANO! - Gritó

- Hermano, me alegro de oírte

- ¿Donde carajos estás pedazo de idiota? Llegué a Canadá hace 3 días a casa de mi padre, fui a buscarte a tu apartamento y me encontré con Queen y su primo. Me dijo que estás de viaje, ¿porqué no me habías dicho canalla? - Ya lo podía imaginar haciendo un puchero.

- Oye bro, lo siento por no avisar. Tú tampoco dijiste que irías a visitarme así que estamos a mano - Respondí. Pero luego reaccioné a lo que acaba de decir. - Oye, oye, oye. Detente un momento Brandon.

El destino nos trajo aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora