Capítulo 33 - Amar en todas las circunstancias

98 4 0
                                    

Narra Wesley

Es su cumpleaños de nuevo. ¿Qué se supone que deba hacer? Tal vez deba enviarle un mensaje solo diciendo feliz cumpleaños, ¿o no? O, ¿si mejor la llamo? No, no. Eso lo empeoraría, recuerdo la última vez y fue mucho drama, pero condujo a un buen desenlace. ¿Qué se supone que deba hacer? Tengo un poco más de 6 meses esperando una señal de vida de ella y solo tuve un mensaje de voz en la cual me daba excusas baratas y se daba por vencida. Quise correr a atender su llamada, pero no era justo, había enviado muchos mensajes y nunca obtuve respuesta de ninguno, ¿qué lograba ella en no responderlos? ¿Se estaba burlando de mí? ¿Solo lo hacía porque sentía lastima por mí?

Mientras miraba su hermoso rostro en mi teléfono y me hacía todas estas preguntas en mi interior, un ruido celestial me hizo salir del trance que me encontraba. Era tan suave, tan placentero, me hacía sentir infinitas emociones que no sabía expresar. Ella tenía razón, él iba a necesitar mucho de mí. Acuné en mis brazos a la pequeña criaturita milagro de Dios y de la vida que lloraba suavemente y sonreí, su pequeña carita de ángel, suave y rosada piel me emocionaba cada vez que lo miraba. ¿Sueno medio femenino cierto? No me importa, ahora entiendo lo que sienten las mamás cuando tienen a su hijo en brazos por primera vez. Estaba feliz. Es mi hijo, mi amado y hermoso hijo.

Después de que William se durmió de nuevo lo acosté en su cuna y lo abrigué bien. Caminé a la habitación y desperté a Queen, ya se me hacía tarde para volver a la oficina y alguien debía cuidar del bebé. Ella se levantó, fue por algo de comer a la cocina y cinco minutos más tarde ya se encontraba en la habitación del bebé. La enfermera que le ayudaba llegó cuándo yo iba saliendo.

Sí. Ya sé lo que están pensando. Queen y yo de nuevo juntos. No, no es así. Simplemente acordamos que William viviría conmigo por el tiempo en que ella quisiera, en mí apartamento tendría todas las comodidades y a él no le faltaría nada. Yo duermo en la habitación de huéspedes con William, ella duerme en mí habitación.

Llegué a mí oficina en B&S company, y mi secretaria me esperaba con la agenda del día.

- Buenos días señor Preston, ¿qué tal está William?

- Buenos días Susan. Él está grandioso igual que todos los días. Es un buen chico.

- Sí que lo es señor. Me alegra saberlo.

- Gracias Susan. Dime, ¿que tengo para hoy?

- Reunión a las 8:30 con el señor Bob por las cuentas de China. A las 10:00 tiene cita en Calific con la señora Annabel por la nueva administración. Al medio día almuerzo con la compañía Paper Town, y a las 2:00 cita con el pediatra de William señor.

- Perfecto Susan, infórmele a Bob que en quince minutos estaré en su oficina, necesito hablar unas cosas personales con él.

- Muy bien señor – se dio la vuelta. Pero segundos después alguien tocó mi espalda. – Señor, por cierto. Ya la revista llegó.

- ¿revista? ¿de qué revista hablas?

- Aquí señor – sacó una revista de sus documentos – llegó esta mañana. "La familia Preston-Thompson presentan al nuevo integrante de la familia" – leyó ella mientras la miraba - Se ven hermosos los tres. William es precioso.

- No tenía idea de esta revista. – miré la foto donde estábamos los tres que nunca había visto - Muchas gracias Susan, creo que me la llevaré.

Dejé el maletín en el escritorio y llamé a casa, Queen solo decía "todo está bien" o "está dormido", siempre que salía de casa y llegaba a la oficina quería saber de él. Aunque fue difícil lograr entenderla, Queen había estado actuando de manera distinta desde que nació el bebé, acordamos, después de pelear mucho por el bien de William de no pelearnos. Le dije amablemente que teníamos que hablar sobre la revista. Ella no dijo nada, pero sé que lo arreglaríamos de alguna forma.

El destino nos trajo aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora