Acabo de llegar al aeropuerto de Nueva York con mi madre, venimos desde Seattle.
Estoy un poco nervioso por ver al novio de mi madre, un tal Ichiro, y mi futura hermanastra, Arden. Yo nunca he hablando con ellos, espero poder llevarme bien.
Me alegro ver feliz a mi madre después del divorcio con mi padre. Terminaron en buenos términos, pero la vi un poco baja de ánimos durante el proceso.
La verdad, siempre he estado muy ligado a ella, mucho más que a mi padre, él estaba mucho tiempo en su oficina y mi madre se arreglaba las horas en el trabajo para que coincidiera con las que yo estaba en casa.
- Estamos casi, Nelson.- informa.
Sigo nervioso, bastante.
Veo una casa gigante y preciosa, pensar que yo viviré ahí es extraño. En Seattle vivía en un apartamento con solo dos habitaciones y esto es muy... increíble.
- Vamos, cariño.- entramos a la casa.
Hay dos personas esperando en la entrada. Son un hombre de unos cuarenta años y una chica que tendría más o menos mi edad.
- Hola, bienvenidos.- nos saluda ella, con una gran sonrisa.
Es muy agradable, espero parecérselo yo.
- Hola, soy Karen y él es Nelson, también tiene quince.
Ichiro murmura algo y Arden asiente, pidiéndonos que la sigamos.
Subimos la gran escalera que hay y mi madre entra en una habitación, acompañada de Ichiro, mientras que a mí, Arden me acompaña a la que está justo al lado de las escaleras.
- Esta será tu habitación, espero que te guste.- dijo, dejándome entrar.
Tiene una cama grande, un escritorio en los pies y un armario al lado de la cama. Está pintada con colores pastel y eso hace que parezca acogedora, me gusta.
- Nunca pensé que esa habitación tendría dueño permanente, no desde que mi madre se fue.- lo dice sin más y eso me sorprende.- Pero ahora ya lo tiene.
- Sí.- dije, tímido.- Tienes una casa muy bonita.
- Bueno, mañana es tu primer día en el Instituto y seré tu orientadora por allí. No te voy a decir que te va a gustar porque no va a hacerlo, el Instituto es horrible.
- Aprecio la sinceridad.- no era una broma, pero ella se ríe un poco.
Sale de la habitación, y yo dejo mi maleta en una esquina para deshacerla más tarde.
Mi padre me llama, me pregunta como está todo y si me gusta mi nueva habitación. También suelta un par de cosas que dan a entender que no seré feliz viviendo allí, porque no está él, pero le lanzo un par de evasivas. Sé que mi madre no me traería a un sitio donde lo pasaría mal.
Estoy un poco aburrido y nervioso, así que me pongo a ordenar la ropa - o un intento de orden.-
- Nelson.- me llama mi madre, desde el otro lado de la puerta.
- Dime.- contesto cuando la abro.
- ¿Por qué no veis una película de esas que te gustan Arden y tú?
Me lo pienso. No quiero que piense que soy un friki o algo así, normalmente la gente me lo llama cuando digo que me encanta todo lo que tenga que ver con el cine.
- ¿Ella quiere?- bajo un poco la mirada, porque sé que mi madre me está enarcando una ceja.
- Pregúntaselo.- se encoje de hombros y se va.
Salgo al pasillo, miro las cuatro puertas que hay -contando mi habitación.- e intento adivinar cuál es la suya. Me es fácil porque ya había visto la de mi madre. La puerta que está justo al lado de mi habitación es el baño, y la de enfrente su habitación.
Llamo a la puerta y espero unos segundos a que la abra o me envíe a la mierda, no sé cual es más probable. Pero, por suerte, abre.
- Oh, hola.
- Quería... esto...- parece que me fuera a declarar.- ¿Quieres ver una película?
Ella sonríe un poco más y asiente, saliendo por completo de la habitación.
Le digo que me acompañe para poder elegirla. Una vez en mi habitación, le enseño toda las que tengo, Arden se sorprende un poco pero sigue leyendo los títulos.
- Big eyes... ¿Es buena?
- Nunca la he visto.- esperaba verla con mi padre en algún momento, pero me da que no va a ser posible.
- Pues ahora vas a verla.
Me pide que la siga escaleras abajo, lo hago sin saber adónde vamos. Finalmente, me lleva al salón, donde hay una televisión bastante grande.
- Voy a hacer palomitas, ¿quieres algo más?
Niego con la cabeza.
- Traeré chocolatinas también.
Se va a la cocina y yo aprovecho para poner todo lo necesario, ella tarda poco en traer la comida y se sienta en el sofá.
La película es bonita y a Arden parece encantarle.
- Haremos más esto, quiero asaltar tu maleta llena de películas otro día.
Bien, parece que le caigo bien.
Nota:
Es cortito, lo sé, pero es que no tenía mucho que meter aquí. Prometo que en los siguientes extra habrá más contenido.
Bueno, ¿qué opináis?
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La película de mi vida
RomanceMe mudé a Nueva York para seguir el único sueño que tenía. El baile. Jamás pensé que al llegar allí mis sueños cambiarían por unos ojos negros como la noche, por una sonrisa de curva perfecta y por un interior sorprendente.