Hace unos meses que estoy en Nueva York, me siento bien. Hoy está lloviendo, así que tenía pensado ver una película junto a Arden, pero va a venir Verónica a estudiar y me toca hacerlo solo.
Relacionado con la relación de ambas, siguen siendo amigas muy cercanas. Pero solo amigas y veo a Arden un poco triste cada vez que escucho como Verónica le habla de sus amores.
- Nelson, tengo que irme con papá a no sé dónde, dile a Verónica que volveré pronto y que espere. - dice Arden, apoyada en la puerta de mi cuarto.
Asiento, mientras como palomitas. Cuando iba a irse, se gira y me roba un buen puñado de ellas.
- ¡Oye!- me quejo, ofendido.
Voy a emplear mi venganza, pero suena el timbre y ella baja corriendo a abrir la puerta.
Es Verónica. Ella se acerca para decirle que va a quedarse conmigo hasta que vuelva. Verónica asiente y entra hasta el salón.
A saber de qué voy a hablar yo ahora con ella. Odio los silencios incómodos, pero creo que odio más las conversaciones triviales.
- Esto... ¿quieres comer algo?- pregunto lo primero que se me ocurre.
Asiente y ambos entramos a la cocina. Llevamos unos meses siendo amigos, así que ya sé más o menos que la gusta y que come cuando Arden la invita.
- Sigo esperando para explicarte química, eh.- comenta, después de unos minutos de silencio.
Dios, ya ni me acordaba de eso.
- Ya tengo alguien que me lo explica,- miento - pero muchas gracias.
Alza las cejas, sorprendida. Seguimos con el silencio incómodo y largo, así que la única opción de terminarlo es pedirle ver una película. Me dice que le gusta Disney, tristemente solo tengo Hércules.
Pasamos la película en silencio, pero no es uno tenso del todo. Ni siquiera a terminado cuando me giro para mirarla - porque pienso que está dormida - y sonríe, dejando claro que no.
Tengo que dejar de mirarla, causa en mí algo... extraño. No me gusta esa sensación. Pero no puedo apartar mi mirada de ella, que se acerca poco a poco a mí, se me acelera el pulso. Quiero alejarme, bueno, no quiero, pero debo alejarme.
Ese debate interno sigue hasta cuando ella tiene sus labios puestos sobre los míos, los aparta rápido y yo la miro, sorprendido.
- Perdón... yo...
La interrumpo atrayéndola hacia mí. Ni siquiera sé si lo estoy haciendo bien, es la primera vez que beso a alguien en toda mi vida, pero ella no parece quejarse.
- Ey...- murmura - no quiero... causarte problemas.- dice.
La miro, frunciendo el ceño.
- ¿Por qué... me causarías problemas?
- Arden es mi amiga... y tú su hermanastro, no sé.
Me incorporo un poco, siendo consciente de lo que acabo de hacer. He besado a la chica que le gusta a mi hermanastra. Me gustaría decir que no me ha gustado, que no lo volvería hacerlo... pero sí lo volvería a hacer. Creo que acabo de confirmar que me gusta.
- ¿Entonces quieres parar?- pregunto, mirando sus ojos verdes.
- No.
Es la palabra clave para que vuelva a besarme. Estamos así hasta que oímos como el coche aparca, es el de Ichiro.
- Baja y quédate en el sofá haciendo... algo.
Ella asiente y lo hace, sin decir nada más.
○○○○○
Llevo tres meses viéndome con Verónica, el único que lo sabe es Lewis y no para de aconsejarme que salga con ella. Pero ninguno de los dos se atrevía dar el paso hasta hoy, que seré yo. O eso tengo pensado.
Hemos quedado en el mismo parque de siempre, uno alejado de nuestra zona para que nadie nos descubra. Nos hemos comprado un helado y sentado en el mismo banco que siempre.
- Verónica...- me preparo mentalmente - ¿Quieres que... demos un paso más?
Abre mucho los ojos y mira a su alrededor, sonrojada.
- ¿Hablas de...?- nos señala.
- De que salgamos, sí.
Parece quedarse procesandolo un momento, como si antes no lo hubiera entendido y me abraza tanto que casi me deja sin respiración.
- ¡Pues claro que quiero!- grita, emocionada.
El resto de la tarde la pasamos juntos y paseando por las calles. Pero llega el momento de ir a casa y tengo claro que voy a decírselo a Arden. Sí, hoy es el día de decir todo lo que llevo dentro.
Llamo a su puerta y me preparo.
- ¿Nelson?- pregunta - pensé que habías salido con Le...
- No, estos días no he ido con Lewis, he ido con Verónica.- lo digo tan rápido que tengo que coger aire.
- ¿El final has dejado que te explique química?- pregunta, aún sentada.
- Es mi novia.
La sonrisa se le borra de golpe y se queda mirándome fijamente.
- Seguro que eso sonaba mejor en tu cabeza.- susurra.
Seguimos con la mirada puesta en el otro, y ella, al ver que no me rio ni hago nada, se levanta de la silla.
- Nelson, dime que es una puta broma. Dímelo.- pronuncia lentamente.
Trago grueso y niego, mirándome los pies.
- Vete de mi habitación.- me pide.
- Deja que te...- intento explicarle.
- He dicho que te vayas de mi habitación.- insiste.
No lo hago, me quedo en el mismo sitio.
- Si no sales por esa puerta ahora mismo vas a empeorarlo todo, te lo aseguro.
- Lo siento, Arden.- murmuro.
No sé qué activa eso en ella exactamente, pero se acerca a mí un poco más antes de que salga.
- Eres una mierda de persona, te... te he contado cosas que nadie más sabe...- agacho la cabeza.
En otros momentos, le hubiera dicho algo porque sus palabras me han molestado, pero sé que tengo la culpa.
- El mayor error de mi vida ha sido hablar contigo, confiar en ti y aceptar el estúpido plan.
Cierro los ojos, pero no salgo de la habitación hasta que se desahogue.
- ¡He dicho que salgas de mi habitación, joder!
Se le quiebra la voz al decir eso último y me siento todavía peor, jamás he visto a Arden llorar por algo realmente importante. Odio ser el causante de ello.
La única solución es dejar a Verónica, pero no puedo hacerlo, estos tres meses han sido de los mejores que he pasado en un largo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
La película de mi vida
RomanceMe mudé a Nueva York para seguir el único sueño que tenía. El baile. Jamás pensé que al llegar allí mis sueños cambiarían por unos ojos negros como la noche, por una sonrisa de curva perfecta y por un interior sorprendente.