Tú y yo.

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Mi reflejo en el espejo con ese vestido negro, corto y con escote es extraño. No suelo llevar ese tipo de cosas. No vengo de una familia de lujos, y siendo la pequeña de tres hermanos aún me ha tocado menos.

La puerta se abre y el ojo de Arden se asoma.

- ¿Todo bien?- pregunta.

- Si, es solo que... No soy yo, ¿sabes? Este vestido es... raro.

- Abby, mi padre cree que Van es mi novio, y estoy soltera y me gustan las mujeres.- dice introduciéndose en la habitación.

- ¿No lo sabe?- pregunto y aunque intento ocultar la curiosidad no puedo.

- No.- suspira- Lo aceptaría, creo, pero le costaría muchísimo y ahora mismo no quiero una guerra familiar.

No sé que decir así que le dedico una sonrisa de boca cerrada.

La sigo hasta abajo donde Van nos espera en el coche con Nelson detrás.

- Hola.- saludo sentándome en la parte de atrás.

Los dos chicos me saludan de la misma forma y el coche arranca.

- Y... bueno, ¿qué tal todo, Abby?- pregunta el chico que tengo al lado.

- Por ahora no he huido despavorida de Nueva York, es un avance.

- Si, sobretodo si tienes clase con Smith.- se burla recostando la cabeza en el asiento.

Nadie dice nada más hasta que llegamos a la típica mansión de película que están a las afueras de la ciudad.

- Es... ¿Vivís aquí?- le pregunto a los hermanastros.- Es decir, vivíais...

- Si.- contesta Arden con un gesto de disgusto.

Entramos y en el gran jardín hay un montón de personas con trajes muy elegantes que gritan dinero por donde los mires.

- ¡Cariño!- grita un hombre asiático que, supongo, es el padre de mi amiga.

Se acerca y abraza a su hija, le tiende la mano a Van, el cual sonríe cordialmente, y palmea el hombro de Nelson.

- Buenas noches.- me saluda.- Imagino que eres Abby.- asiento.- Encantado, soy Ichiro, el padre de Arden.

- Encantada.

Una mujer castaña de ojos azules aparece justo detrás de él.

- ¡Hijo!- se lanza a abrazar a Nelson y casi me tira al hacerlo.- Podrías venir más a vernos.

- Me alegro de verte, mamá.- se gira hacía mi.- Ella es Abby.

La mujer me sonríe alegremente.

- Soy Karen, es un placer.- le sonrio y ella se excusa diciendo que tiene que saludar a unos conocidos.

Van me hace un gesto con la cabeza para que lo siga y no lo dudo ni un momento.

Llegamos a la zona de bebidas y me sirve champán.

- Mira, sé que es una mierda pero... ¡Joder!- exclama mirando por encima de mi hombro.

Me giro para encontrarme con un hombre de pelo blanco y ojos marrones y una mujer pelirroja de ojos verdes.

- Son mis padres.- comenta.

- Pues acercarte.- aconsejo.

- Oh, no. Eso sería aún... ¡Me han visto!

La pareja se acerca y empieza a hablar con su hijo.

Yo me quedo a un lado de todo aferrada a mi copa de champán.

La película de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora