Abby Brockmann.
Llegaste a la ciudad una tarde de Septiembre.
Por esas fechas poca gente venía a mi tienda, sin embargo, tu lo hacías a diario.
Un día me dijiste: "¿Este trabajo no te parece aburrido?"
Te respondí, y cuando lo hice, te marchaste.
No pude evitar apreciar cada parte de ti.
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La película de mi vida
Любовные романыMe mudé a Nueva York para seguir el único sueño que tenía. El baile. Jamás pensé que al llegar allí mis sueños cambiarían por unos ojos negros como la noche, por una sonrisa de curva perfecta y por un interior sorprendente.