Cap 2: La Chica De Anteayer

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○●SANTIAGO●○

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○●SANTIAGO●○

45,46,47...
El sonido de mi celular me hace parar mis abdominales matutinas. Resoplo al ver la llamada del pesado de mi hermano.
Apago el móvil y prosigo con mi rutina mañanera.

Estoy viendo el mar desde la orilla, mientras me siento a tomar agua pasan dos chicas paseando a su mascota, sonrío al ver al pequeño chihuahua que me recuerda a mi perro Dover solo que él es un siberiano el triple de aquel pequeñín que pasó.

Corro a lo largo de la cinta costera hasta que mis pies terminan exhaustos, mientras me enfrío para irme, decido encender mi celular para llamar a mi hermano.

—¿Dónde carajos estás? —Me escupe él sin previo aviso.

—Se dice Buenos días. —Suelto para cabrearlo más

Oigo un gruñido al otro lado de la línea y sonrío al conseguir mi objetivo.

—Que no sabes que hoy es tu primer dia de trabajo.

—Lo sé, pero paso más tarde. —Digo sin más

—Ven ahora mismo, sino quieres que le diga a papá.

Corta.

Me subo a mi carro y conduzco hasta mi casa, llego y subo directamente a ducharme, la casa como de costumbre está vacía. Miro la hora son la una de la tarde ¿debería ir a trabajar? Total, ya se ha pasado toda la mañana.

Mi mente termina decidiendo que es más productivo hacerme unos huevos escalfados con panqueques.
Así que me pongo en ello, mientras recibo un nudes de Lina mi ex compañera de clase.

Sonrío galantemente mientras dejo el celular de lado y termino de hacerme el desayuno. Si le contesto pensará que estoy colgado por ella y de hecho no estoy colgado por nadie. No me interesa enamorarme en lo absoluto, tengo 25, recién salí de la universidad, quiero salir, fiestear y no amarrarme a nadie todavía.

—Lina: ¿Vienes esta noche bebé?

Leo su mensaje mientras me llevo mi primer bocado a la boca

-Me gustaría princesa, pero tengo trabajo temprano sorry.

-Lina: Tú te lo pierdes bombón.

Leo su mensaje y la dejo en visto.

Dover aparece para reclamarme comida y le termino de ofrecer algo de mi desayuno. Mi hermano dice que no le dé comida humana, como verán no le hago caso a nadie. Dover ama los panqueques y si eso hace feliz a mi cachorro qué más da todo.

Lavo los trastes y me tumbo en el sofá para terminar de leer mi lectura actual que trata sobre un asesino que mata a un grupo de estudiantes a excepción de una que al final se apiada de ella y se termina enamorando,esta chica lo engatusa y la muy cabrona sale huyendo.

Este final me recuerda al libro de la chica de anteayer, aún no supero su reacción ante el final.

¿Por qué las mujeres les cuesta entender que todo termina, que nada es para siempre? Creo que son muy soñadoras. Creo que los hombres nos conformamos con un final, aunque este sea un final feo.

Paso toda la tarde leyendo y cuando son las seis aparece mi hermano malhumorado, ni se inmuta a discutirme solo se encierra en su habitación.

Mientras espero mi delivery para cenar recibo la llamada de mi padre:

—Seré breve: Ve a trabajar mañana thiago, sino tendrás problemas.

Corta.

Suspiro... el cabrón de mi hermano se ha ido de boca con papá, Lorenzo cuando dice algo lo cumple, es igual a mí.

~Al día siguiente:

Lorenzo llega primero a la oficina y me da indicaciones como netamente mi jefe. Lo miro sarcástico mientras se hace el frio conmigo. Me muestra la que será mi área de trabajo y me quejo solo para hacerlo enfadar, al final solo se va argumentando que yo nunca me tomo nada enserio.

Noto como ocupan el escritorio de al lado, pero yo estoy concentrado en algunas propuestas de portadas así que no presto atención.

—Buenos días Elena. —Dice mi nueva compañera de trabajo

Reacciono al notar que me suena de algo aquella voz, mientras trato de averiguarlo, alzo mi vista.

Es la chica del final feo.

Ella me reconoce y me quita la mirada mientras finge conversar con la otra chica, sonrío mientras analizo sus movimientos. La miro divertido mientras recuerdo su expresión cuando bajé del tren ayer, sé que la descoloqué con mi desubicado comentario. Es parte de mi humor. Pero ahora que la miro bien no se ve tan mal, cabello oscuro rizado, piel canela, ojos expresivos, labios carnosos.

—¿Se te perdió algo? —Suelta al notar que la miro.

Mierda.

—Estaba tratando de recordar de donde era esa voz chillona, pero ya me acuerdo. —Suelto desafiante

Veo como empalidece y sonrío para mi mientras le presto atención a mi ordenador.

—Eres desagradable y ni siquiera eres encantador. —Dice molesta

Es entonces cuando la vuelvo a mirar, sus largas pestañas hacen que sus ojos cafés oscuros se hagan notar más. Aprieta sus labios pintados de rosa pastel.

Me levanto y llego hasta ella la otra chica nos mira confundida a ambos, dejo solo centímetros de distancia.

—Repítelo otra vez.

—Repítelo otra vez

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