¿Darías otra oportunidad a quien te partió el corazón o estás dispuesto a intentarlo de cero?
Sofía tenía mil dudas en la cabeza incluyendo esa,cuando pensó que todo había acabado apenas y la función volvió a iniciar...
Alex dice que la ama,pero Thi...
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○● SANTIAGO ○●
48 Horas después del aterrizaje: Viena,Austria 16:00 hrs
—¡Bienvenido, nos da gusto que esté aquí! —Vocaliza en un desastrozo español la recepcionista.
Sonrío apenas
—Tu puesto está reservado en el segundo piso, fila 11. —Murmura antes de regresarme el ticket
Asiento dándole la espalda y corriendo antes de que el ascensor se cierre.
Me froto los ojos tratando de que resistan para el evento, desde que llegué no he conciliado sueño.
Extraño los ladridos de Dover y cómo entraba siempre a media noche a mi habitación para recostarse a mi lado.
Extraño mi cama y mi almohada. Extraño los ronquidos de oso de mi hermano, pero nada de eso se puede comparar con la desesperación que siente mi corazón de encontrarla en alguna esquina, en alguna acera caminando mientras niega y murmura cosas para así como acostumbra hacer o a abrir los ojos exageradamente cada vez que reacciona tarde como suele hacerlo antes de fruncir el ceño de manera tierna.
Me estoy volviendo loco, la veo en todos lados, pero no está en ninguno.
—¿Saldrá? —Dice una voz femenina detrás de mí.
Camino lentamente hasta quedarme frente a la que se supone es la puerta por la que debería entrar y prestar atención a la conferencia por la cual he venido. Me quedo de piedra sin saber muy bien que hacer.
¿No sienten que están en un lugar al que no pertenecen? ¿Qué no encuentran un sentido real a sus acciones?
Bueno también soy yo.
Decido seguir a un grupo de chicos de mi edad aparentemente eufóricos por vivir aquella experiencia que me planteo desde hace minutos, agitan la bandera de Colombia repetidas veces, observo la escena mientras me siento en el lugar indicado en el ticket.
Hay bullicio por todos lados, los más animados son los sudamericanos que se esmeran en indicar su procedencia desde el piso de abajo, mi área no se queda sin hacer de lo suyo, solo que me limito a bajarme la gorra a la cara para tratar de que no me explote la cabeza de aquí a que comienze el evento.
Cierro por ratos los ojos que seguramente tengan ojeras.
—¿Por qué no has ido a trabajar Santiago? ¿Por qué siempre te comportas como un irresponsable?
